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Una multitud exige en Perú respeto a las mujeres

La justicia fue el centro de las críticas durante las marchas 'Ni una menos' por no resolver casos o absolver a agresores.

"El problema de la violencia de género es que el silencio absorbe los golpes y no es fácil denunciar”, dijo el presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, en la primera marcha laica y no partidarizada contra la violencia hacia la mujer realizada este sábado en la capital, en decenas de ciudades del país andino y en otras 25 del extranjero. Las autoridades calculan que unas 50.000 personas salieron a las calles de Lima. Otras fuentes no oficiales elevan el número a más de 100.000.

“Poder Judicial: ¡vergüenza nacional!”, “Poder Judicial, no te dejes comprar”, eran algunos de los lemas de los manifestantes en la movilización ‘Ni una menos’ a lo largo de casi tres kilómetros en el centro de Lima.

Debido a la gran cantidad de participantes, transcurridas más de cuatro horas, seguían llegando personas al punto final de la caminara, el frontis del Palacio de Justicia, donde la judicatura había desplegado un par de inmensas pancartas con el mensaje: “El Poder Judicial rechaza la violencia contra la mujer”.

La movilización convocó a miles de familias con niños, mujeres, jóvenes, hombres, estudiantes de colegios, institutos y universidades, artistas, intelectuales, representantes y trabajadores de entidades públicas, miembros de gremios y, también, de partidos políticos.

Gloria, de 50 años, comentó a EL PAÍS que participó en la marcha “para que no haya violencia, debemos aprender a que nos respeten y hacer que aprendan a respetarnos. Yo ya salí de ese problema, no quería ser como mi mamá, a quien mi padre golpeaba y le dejaba la cara hinchada”, relató.

Las organizadoras de la marcha ‘Ni una Menos’ exigen que el Estado aumente el presupuesto destinado a prevenir la violencia de género

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“Tuve que enfrentar a mi pareja cuando tenía 37 años: una vez me tiró una cachetada, y a la segunda vez me defendí con una sartén. Otra vez me quiso ahorcar y le mostré un cuchillo: puse una denuncia en la comisaría y le di una copia a un familiar mío. Le advertí a él que si me pasaba algo, estaba ese papel, él había preparado una cuerda debajo de la almohada. Luego de eso, nunca más: salió de la casa”, añadió la trabajadora de un taller de confecciones.

En la marcha también participaron el defensor del Pueblo, Eduardo Vega Luna; el primer ministro Fernando Zavala, y la vicepresidenta Mercedes Aráoz, entre otros miembros del gabinete.

Pese a que esta semana, en reacción al movimiento ¡Ni una Menos’ el Poder Judicial anunció que ofrecerá una capacitación obligatoria para los magistrados sobre enfoque de género, para evitar la discriminación en la aplicación de justicia, la representante de la Defensoría del Pueblo, Patricia Sarmiento, afirmó que dicha medida no basta.

“Están también los policías, los fiscales, los trabajadores del Instituto de Medicina Legal que no saben cómo preguntar, cómo tratar a las mujeres”, explicó Sarmiento en Radioprogramas.

Luego de participar en la marcha, el ministro de Interior, Carlos Basombrío, informó nuevas medidas para la Policía Nacional: “Vamos a capacitar a los comisarios para que sean más cuidadosos y tengan mejores protocolos; la ministra de la Mujer nos va a ayudar en eso”, refirió.

La movilización en Lima, organizada en varios bloques, estaba encabezada por sobrevivientes de feminicidio y otros delitos, o por familiares de víctimas. Muchos portaban pancartas con la fotografía y el nombre de los agresores y pedían al Poder Judicial o a la Ministra de Justicia que atendieran sus casos.

En la manifestación no solo exigían que el Estado haga respetar los derechos de las mujeres en casos de agresión como feminicidios o violación sexual: algunos grupos pedían al Ministerio Público acuse a los responsables de las miles de esterilizaciones forzadas cometidas en la década los años 90, y un debido proceso en el juicio por las violaciones sexuales cometidas por el Ejército en la región Huancavelica.

Las organizadoras de la marcha ‘Ni una Menos’ plantean que el Estado incremente el presupuesto “destinado a la atención y prevención de la violencia basada en género y la reapertura de los programas de promoción de la igualdad de género y lucha contra la violencia hacia las mujeres, tanto en el gobierno central como en los gobiernos regionales y locales”.

Una encuesta de Ipsos Perú difundida el sábado indicó que para el 53% de los limeños, si una mujer se pone minifalda, es culpable del acoso masculino. Además, el 76% considera que la mujer tiene la culpa de ser golpeada si su pareja descubre una infidelidad.

Organizaciones locales de ‘Ni una menos’ llevaron adelante plantones o caminatas en Arequipa, Ayacucho, Cusco, Chiclayo y Huancayo, entre otras capitales de regiones; mientras que las comunidades de peruanos en el extranjero iniciaron las movilizaciones en China, por la diferencia horaria, y terminaron en Washington y Santiago de Chile, coincidiendo con la hora de la marcha en Lima.

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