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El reformista iraní Musaví rechaza la libertad a cambio de dejar la política

Los líderes del Movimiento Verde se convierten en objeto de debate ante las presidenciales de 2017

Varias personas en el parque Mellat de Teherán, Irán, el 12 de agosto.
Varias personas en el parque Mellat de Teherán, Irán, el 12 de agosto. ABEDIN.TAHERKENAREH (EFE)

Tras seis años bajo arresto domiciliario, Mir-Hossein Musaví, uno de los líderes de las protestas post electorales que sacudieron Irán en 2009, no da su brazo a torcer y rechaza la liberación a cambio de retirarse de la escena política como le exigen los conservadores. Así lo ha revelado Mohammad Reza Bahonar, secretario general del Frente de los Seguidores de Imam, uno de los grupos afiliados con esa corriente.

“He pedido a Musaví que anunciara su retirada de la política para quedar en libertad, pero se ha negado”, declaró Bahonar el pasado sábado en una entrevista. Musaví y Mehdi Karrubí, candidatos a las presidenciales en 2009, lideraron las revueltas populares contra lo que consideraron un pucherazo organizado por la línea dura del régimen para mantener a Mahmud Ahmadineyad en el poder. “Si ellos quisieran llevar su vida no habría problemas, pero desean la libertad y causar revuelos; está claro que el sistema no va a permitirlo”, añadió el político conservador.

Aunque los reformistas defienden que el conocido como Movimiento Verde no pretendía derrocar al sistema islámico que rige en Irán, los conservadores se han aferrado a la idea de “sedición” del líder supremo, el ayatolá Ali Jameneí, para repudiar a sus impulsores. Ambos, junto a Zahra Rahnavard, esposa de Musaví y activista por derecho propio, permanecen bajo arresto domiciliario desde poco después de aquellas protestas, sin que se hayan presentado cargos contra ellos o fijado fecha de juicio.

“Si procesan a Musaví y Karrubí, les condenarán a penas muy duras y eso tal vez no le convenga al sistema. El fallo perjudicaría tanto a los reformistas como a los conservadores”, aseguró Bahonar.

Rohaní se granjeó el respaldo electoral de gran parte de los simpatizantes reformistas con la promesa la liberación de los líderes verdes. Sin embargo, en sus tres años al frente del Gobierno no ha tomado medidas serias al respecto

Elham Aminzadeh, consejera especial del presidente Hasan Rohaní para los Derechos de la Ciudadanía, declaró el domingo que “el Consejo de Seguridad Nacional ha concluido que el arresto domiciliario fue necesario para garantizar la seguridad, pero que ahora nada amenaza la seguridad pública, ni tampoco hacen falta las limitaciones”.

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Sus palabras han reavivado la polémica sobre la necesidad de liberar a Musaví y Karrubí y han copado la portada de mayoría de los periódicos locales. “Rohaní no se ha olvidado de su promesa (…) es una de las exigencias de los jóvenes”, ha recordado el reformista Mohammad Reza Aref, presidente de la facción moderada Omid (Esperanza) en el Parlamento.

Tal vez sea cierto, pero no parece fácil de conseguir. Tal como el general Esmaeil Ahmadi Moghadam (ex jefe de la policía iraní) explicó en 2012, el confinamiento de Musaví y Karrubí contó con “el visto bueno del líder supremo”. De ahí la incapacidad del presidente para adoptar medidas efectivas. Por otro lado, parece que esta situación hasta les viene bien a los moderados que, a falta de un rival reformista, aspiran a presentar a Rohaní como la única alternativa para los sectores progresistas de la sociedad iraní ante las presidenciales de la próxima primavera. Aun así, Rohaní, incapaz de materializar las expectativas económicas generadas por el levantamiento de las sanciones, necesita adoptar medidas más contundentes en los meses que le quedan de mandato para demostrar al electorado que es un hombre de palabra.

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