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El PKK causa al menos 12 muertos y más de 200 heridos en cuatro ataques

Los rebeldes kurdos han atentado con explosivos y disparos de lanzagranadas contra varios objetivos policiales y militares en las provincias orientales de Turquía, si bien muchos de los heridos son civiles

Andrés Mourenza
Estado de uno de los edificios afectados por la fuerte explosión de un coche bomba en Elazig, este de Turquía, este jueves.
Estado de uno de los edificios afectados por la fuerte explosión de un coche bomba en Elazig, este de Turquía, este jueves. STRINGER/TURKEY (REUTERS)

El fallido intento de golpe de Estado del pasado 15 de julio no sólo no ha detenido el conflicto en la región kurda de Turquía, retomado hace un año tras el fracaso del proceso de paz entre el Gobierno y los insurgentes kurdos, sino que ha adquirido un carácter más violento. La organización armada Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) está aprovechando la debilidad de las fuerzas de seguridad turcas —diezmadas por las purgas antigolpistas— para cometer atentados más osados. Entre el miércoles y el jueves, cuatro ataques en diversos puntos del este y sudeste de Turquía provocaron la muerte de al menos 12 personas y que más de 200 resultaran heridas.

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En torno a las 9.20 hora local (las 8.20 peninsulares), un coche bomba explotó junto a la Dirección de Seguridad de Elazig (Anatolia Oriental), matando a 3 agentes de policía e hiriendo a 146 personas, según informó la delegación provincial del Gobierno. Numerosas ambulancias fueron desplazadas al lugar para trasladar a los heridos a los hospitales cercanos. De entre los afectados por el atentado, 14 personas se encuentra ingresadas en estado grave.

El vehículo utilizado en el ataque -que se cree era manejado por un militante suicida- iba cargado de una importante cantidad de explosivo como da cuenta el hecho de que provocase un agujero en la carretera de 2 metros de profundidad y 5 de diámetro. Las imágenes tras la explosión muestran el edificio policial gravemente dañado e incluso árboles arrancados de cuajo por la onda expansiva. “Da igual que su nombre sea PKK, Daesh (Estado Islámico) o FETÖ (los seguidores del clérigo Fethullah Gülen, al que se acusa del golpe de Estado). Todos los terroristas que ataquen a nuestro país, nuestra nación y la humanidad están destinados a perder”, afirmó el portavoz del Gobierno, Numan Kurtulmus, tras el ataque: “Los traidores que atenten contra nuestro país, nuestra patria y nuestra bandera, así como aquellos que los dirigen o quienes colaboran con ellos, recibirán lo que se merecen”. El primer ministro turco, Binali Yildirim, ha anulado todos sus compromisos y se ha desplazado de emergencia a Elazig junto al jefe del Estado Mayor, Hulusi Akar, y el ministro de Defensa, Fikri Isik.

También a primeras horas de la mañana de este jueves, un grupo de militantes del PKK atacó con armas de largo alcance y lanzagranadas un punto de control policial a la entrada de la localidad de Semdinli, en la provincia de Hakkari, en el extremo suroriental del país. Tras el ataque inicial se estableció un combate entre las fuerzas de seguridad y los rebeldes, en el que dos agentes resultaron heridos y fueron ingresados en el hospital estatal. Diversos blindados militares fueron despachados para participar en el combate, pero los militantes kurdos hicieron estallar un artefacto explosivo improvisado que provocó que uno de los vehículos volcase.

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En una zona rural de provincia oriental de Bitlis, en la tarde de ayer se entabló un combate entre fuerzas de seguridad turcas y militantes del PKK, en el que falleció un miembro del cuerpo paramilitar kurdo de la Guardia Rural (leal a Ankara). Poco después del mediodía de este viernes, cuando uno de los vehículos que participaba en la operación militar regresaba a su base, presuntos militantes del PKK hicieron estallar un explosivo casero a su paso. Cinco soldados murieron en el ataque y otros tantos sufrieron heridas de distinta consideración y fueron evacuados en helicóptero a un hospital cercano, informó la agencia DHA.

Anoche, otro importante ataque tuvo lugar en la provincia de Van, junto a la frontera iraní. Un vehículo cargado con una tonelada de explosivo fue detonado junto a la comisaría de Policía y la casa cuartel del distrito de Ipekyolu, provocando la muerte de 3 personas —un agente y dos civiles— y heridas a 73, la mayoría de ellas civiles. Entre los heridos, se halló a uno de los presuntos autores del atentado. La explosión fue muy potente y provocó escenas de pánico, entre otros, en los asistentes a un salón de bodas cercano.

Desde julio de 2015, el conflicto kurdo se ha reanudado con violencia inusitada. Más de 1.700 personas —en torno a un tercio, civiles— han fallecido en los combates entre fuerzas de seguridad y rebeldes kurdos y en diversos atentados, según un informe de la ONG Crisis Group. Además, barrios enteros de varias localidades que han sido sometidas al cerco del Ejército han sido destruidos y numerosos cargos electos de partidos prokurdos han sido detenidos por su supuesta relación con el PKK, organización considerada terrorista por Turquía, la UE y EEUU.

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