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Túnez avala un nuevo Gobierno: más joven, más mujeres, los mismos retos

Una de las claves del Ejecutivo es el mayor peso de islamistas moderados y laicos conservadores

El Parlamento tunecino dio su aval este sábado por una clara mayoría a un nuevo Ejecutivo presidido por Youssef Chahed que, con 40 años de edad, se ha convertido en el primer ministro más joven de la historia de Túnez. Este será el séptimo Gobierno desde la revolución de este país magrebí, el único del mundo árabe que ha transitado de una brutal dictadura a una democracia imperfecta durante el último lustro. Su principal reto será poner fin a una grave situación de crisis económica y social que se arrastra al menos desde 2011. Para conseguirlo, Chahed confía en un equipo rejuvenecido, con caras nuevas, pero con un programa político más bien continuista.

El nuevo primer ministro tunecino, Youssef Chahed, durante su intervención en el Parlamento en la sesión de investidura
El nuevo primer ministro tunecino, Youssef Chahed, durante su intervención en el Parlamento en la sesión de investiduraZOUBEIR SOUISSI (REUTERS)

Este es el Gobierno más joven y con más presencia de la mujer, que por primera vez asumirá ministerios estratégicos”, dijo Chahed en el discurso en el que expuso su programa frente el Parlamento. En concreto, su gabinete cuenta con cinco menores de 40 años y ocho mujeres, entre ellas, Lamia Zirbi, la flamante ministra de Finanzas. Históricamente, las mujeres, con una cuota testimonial, solían ocupar ministerios de segundo orden. En la votación del pleno, que tuvo lugar tras una larga sesión de casi 15 horas, la propuesta de Chahed recibió 167 votos a favor, 22 en contra y 5 abstenciones.

La gestación del nuevo Gobierno ha sido lenta y tortuosa desde que el presidente del país, Beji Caïd Essebsi, propusiera un nuevo Ejecutivo de “unidad nacional” el pasado 2 de junio. Tras unas largas negociaciones, el Parlamento retiró su confianza el 31 de julio al anterior premier, Habib Essid, un tecnócrata independiente al que se criticó por su timidez a la hora de impulsar nuevas reformas.

Una de las claves del nuevo Ejecutivo es el mayor peso de los grandes partidos, Ennahda, islamistas moderados, y Nidá Tunis, de tendencia laica y conservadora, al que pertenece el propio Chahed. Ambas formaciones, que se profesaban gran hostilidad, sellaron un pacto tras las elecciones de 2014. El actual Gobierno ha ampliado ligeramente su base de apoyo a siete partidos, dos de ellos extraparlamentarios.

El nuevo primer ministro, un agrónomo que antes asumía la cartera de Asuntos Locales, dedicó buena parte de su intervención a explicar las causas del estancamiento de la economía tunecina -su crecimiento medio ha sido de un 1,5% del PIB desde 2011-, y advirtió a la población de la inminente llegada de nuevos “sacrificios”. “Si la situación continúa como ahora en 2017, necesitaremos una política de austeridad, despedir a miles de funcionarios públicos e imponer nuevas tasas”, declaró, a la vez que justificó la reciente firma de un crédito con el Fondo Monetario Internacional (FMI) de más de 2.600 millones de euros.


Continuidad en la lucha antiterrorista

La otra gran prioridad del nuevo Ejecutivo será la lucha contra el terrorismo. Sin embargo, en este terreno, la percepción generalizada es que el país se ha encaminado en la buena dirección después de haber pasado más de diez meses sin ningún atentado, y de que las fuerzas de seguridad repelieran un asalto de decenas de combatientes del autodenominado Estado Islámico en una ciudad fronteriza con Libia. Por esta razón, Chahed mantendrá en su cargo a los ministros de Interior, Defensa y Justicia. En 2015, Túnez padeció tres brutales atentados que segaron la vida de decenas de turistas extranjeros, devastando el sector turístico del país.


El discurso del primer ministro ha sido todo un ejercicio de demagogia. Dijo estar preocupado por los jóvenes de las regiones marginadas, y que este es un Gobierno de unidad nacional. Pero la realidad es que este es el Gobierno del FMI”, declaró en los pasillos del Parlamento Amr Amrusia, diputado de verbo afilado por el Frente Popular, una coalición de izquierdas que constituye el principal partido de la oposición.

Amrusia es representante de la región minera de Gafsa, una de las más pobres y donde más fuerza cobraron las protestas sociales del pasado mes de enero, lideradas por jóvenes desempleados. Según los expertos, la nominación de Chahed por parte del presidente Essebsi, un político nonagenario, pretende neutralizar el creciente desencanto de la juventud, protagonista de la revolución del 2011, pero de la que no se siente beneficiario. Ahora bien, no está claro que los jóvenes alienados de las regiones y barriadas pobres del país se sientan identificacos en Chahed, descendiente de una aristocrática familia de la capital.

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