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Guerra abierta entre Cuauhtémoc y su antiguo equipo en la alcaldía de Cuernavaca

Los empresarios que auparon al exfutbolista a la política revelan ahora el contrato con el que 'compraron' al Cuau por 400.000 dólares

David Marcial Pérez
Cuauhtémoc Blanco
Cuauhtémoc Blanco

El salto a la política de Cuauhtémoc Blanco, el penúltimo ídolo del fútbol mexicano, levantó suspicacias desde el primer día de campaña. La inesperada conquista a comienzos de este año de la alcaldía de Cuernavaca, la capital de Morelos, en nombre de un partido diminuto casi en extinción elevó aún más las sospechas. Sus rivales políticos y hasta el propio Gobernador del Estado han estado acusando al Cuau de ser poco más que un títere al servicio de los dirigentes del Partido Social Demócrata (PSD). El último dardo y, hasta ahora, el más profundo ha venido precisamente desde dentro del partido. Roberto Yáñez, exsecretario municipal ha presentado un contrato según el cual Blanco cobró 400.000 dólares a cambio de ser candidato del PSD.

Roberto y su hermano, Julio Yañez, son los dos empresarios que auparon al exfutbolista a la alcaldía y que ahora le están dejando caer. En 2009, rescataron este pequeña formación local de la ruina económica, se hicieron con el control y tras varias intentonas en nombre propio —Julio Yañez peleó incluso por la Gobernación del Estado— decidieron utilizar el carisma y el tirón popular de Blanco para dar el salto definitivo.

La sombra de una supuesta Operación Cuauhtémoc orquestada a golpe de chequera por los dos hermanos ha sido una constate durante los apenas 9 meses que lleva en el cargo. Un antiguo alcalde, el priista Manuel Martínez Garrigos, afirmó en diciembre que se pagó medio millón de dólares y unos cuantos cursos de retórica para el delantero.

La sombra de una supuesta Operación Cuauhtémoc orquestada a golpe de chequera por los dos hermanos ha sido una constante

El contrato revelado ahora detalla incluso el horario laboral del político prefabricado: de nueve a once de la mañana y de cuatro a seis de la tarde. Otra cláusula especifica el trato que debe dar a las masas: está obligado a tomarse fotos, firmar autógrafos y saludar con la mano a ellos y con un beso a ellas.

Hasta ahora, la pareja de empresarios siempre habían negado la tesis de la compraventa. “Mi hermano le conocía y le dijo que hacía falta alguien que la gente quisiese, alguien en quien pudieran creer y confiar. Él lo pensó mucho pero finalmente aceptó porque le pareció que nuestro proyecto tenía potencial”, dijo en enero a este periódico Roberto Yañez. El mismo que el jueves declaraba: “Ese contrato es cierto, el contrato existe, y Cuauhtémoc nos cobró siete millones de pesos por participar como candidato a la presidencia municipal de Cuernavaca”.

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Blanco, por su parte, ha salido este viernes a la palestra para desmentirlo todo, acusar a sus antiguos mentores de corruptos y anunciar que les denunciará por falsificar su firma.

En medio de la guerra abierta en la alcaldía de Cuernavaca se encontraría la figura de José Manuel Sanz, el representante que lleva dirigiendo los negocios del ahora regidor desde que empezó su carrera en el fútbol. Una de las primeras decisiones de Blanco fue nombrar a su hombre de confianza como vicealcalde y darle competencias en seguridad y finanzas. “Sanz, cada vez con más poder en la alcaldía, se ha ido alejando de los Yáñez y acercándose a la oposición”, explica un antiguo portavoz del equipo de Cuauhtémoc, ahora relevado en medio de la gresca política desatada en el municipio.

Cuernavaca, considerada tradicionalmente como el refugio turístico y residencial de las clases acomodadas defeñas, es también el municipio con una de las tasas más altas de violaciones, secuestros y extorsiones. El asesinato a principios de año de la alcaldesa de Temixco, un pueblo vecino, por un grupo de siete encapuchados elevó al límite la tensión en el Estado. Blanco llevaba en su programa electoral la promesa de acabar con el Mando Único, la medida decretada por el Gobernador, el perredista Graco Ramirez, de integrar las policías municipales bajo el paraguas estatal.

Ambos se intercambiaron durante días reproches y acusaciones. Las autoridades estatales llegaron a retirar parte de los equipos de seguridad cedidos al ayuntamiento y el alcalde les acusó de dar un golpe de Estado y les responsabilizó de lo que pudiera sucederle a él y a su familia. Blanco, finalmente aceptó el Mando Único. Ahora, los nuevos rivales del Cuau le acusan precisamente de echarse en brazos del Gobernador.

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Sobre la firma

David Marcial Pérez
Reportero en la oficina de Ciudad de México. Está especializado en temas políticos, económicos y culturales. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en El País. Antes trabajó en Cinco Días y Cadena Ser. Es licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid y máster en periodismo de El País y en Literatura Comparada por la UNED.

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