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Roberto F. Caldas | presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos

“La financiación de la Corte es absolutamente urgente”

El presidente del tribunal americano reconoce que la crisis financiera de la institución ha llegado a un punto crítico

Sonia Corona
Roberto F. Caldas, presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Roberto F. Caldas, presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.Saúl Ruiz

El juez Roberto de Figueiredo Caldas (Sergipe, 1962) está convencido de que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) puede atender con mayor detalle los casos que llegan al tribunal. El presidente de la Corte, sin embargo, reconoce que el organismo atraviesa una de sus peores crisis financieras que el impide llevar Justicia a todos los rincones del continente Americano. Caldas está de visita en México para celebrar un periodo de sesiones de la CIDH y también para hacer un llamado a los países miembro de la Organización de Estados Americanos (OEA) sobre la precariedad en la que el tribunal permanece.

La CoIDH trabaja fuera de su sede en San José (Costa Rica) una vez al año para dar difusión a los casos en los que resuelven y para mostrar a la comunidad judicial que sus decisiones pueden sentar un precedente para los sistemas de Justicia de los países miembros de la OEA. “Las cuestiones que llegan a la Corte Interamericana normalmente son de una gran trascendencia para los países del continente, de una actualidad impresionante, por eso los casos son tan importantes y hacen precedente, se convierten en verdaderos modelos para que la Justicia nacional pueda tratar juicios y casos similares”, explica Caldas, en entrevista con EL PAÍS.

La atención a casos de desaparición forzada, abuso de autoridad y discriminación en América Latina han dominado en los últimos años la agenda de la Corte. Sin embargo, cuando países europeos como Dinamarca y Noruega retiraron su apoyo financiero al tribunal para atender la crisis de los refugiados en Europa, el foco se concentró en solucionar las carencias del organismo. “La Corte Interamericana históricamente no tiene recursos suficientes para ser la Corte que todos desean. Nosotros estamos en ese momento de crisis cuando la cooperación internacional europea, que garantizaba alrededor del 50% de los recursos para el funcionamiento de la Corte, sale”, cuenta Caldas.

La Corte tiene una calidad jurídica que es referente para el mundo, las sentencias son muy importantes, pero no tenemos los recursos adecuados

El juez del máximo tribunal de derechos humanos de América reconoce que la situación es crítica y se ha sumado al llamamiento del presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, James Cavallaro, para que los Estados americanos respalden el financiamiento de todo el Sistema Interamericano de Derechos Humanos (SIDH). “La Corte tiene una calidad jurídica que es referente para el mundo, las sentencias son muy importantes, pero no tenemos los recursos adecuados. No logramos llegar a la gente que más lo necesita”.

Caldas hace cálculos: Este año la Corte ha tenido 4,5 millones de dólares como presupuesto, una cifra considerablemente menor a los 5,6 millones de dólares con los que contaron en 2015 cuando consiguieron la mayor financiación de su historia. Y los países de la OEA, que se benefician directamente de las resoluciones del tribunal, apenas aportan dos millones de dólares. Sin las aportaciones europeas, la Corte se encontraría en una situación sumamente difícil. “La financiación de la Corte es absolutamente urgente”. La institución ha recortado sus gastos en los últimos meses, ha dejado de traducir sentencias en algunos idiomas y ha mantenido a su plantilla de jueces y abogados en mínimos. “Los jueces de la Corte no trabajan todos los días porque no hay recursos para pagar sus honorarios y tienen que trabajar en otras cosas para mantenerse”, expone.

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El próximo lunes, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, los integrantes de la Corte y de la Comisión se reunirán en la Ciudad de México para debatir sobre el problema que afecta al grupo de instituciones de derechos humanos más importante del continente.

Caldas tiene claro que un presupuesto fijo con aportaciones específicas de los países puede ayudar a mejorar las finanzas de la Corte. Para eso, asegura, el tribunal tiene que difundir la importancia de los derechos humanos en los países americanos. “Hace poco los derechos humanos eran vistos como algo subversivo, de izquierdas, de derechos de bandidos. Esa impresión que pasa por parte de la sociedad, es comprensible que pase por los representantes de esa sociedad, los políticos. Es una situación de educación de los derechos humanos. Tenemos que convencer a las personas de que los derechos humanos son para el bien común”, apunta.

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Sobre la firma

Sonia Corona
Es la jefa de la redacción de EL PAÍS en México. Cubre temas de Política, Economía, Tecnología y Medio Ambiente. Fue enviada especial para las elecciones presidenciales de 2020 en EE UU. Trabajó en Reforma y El Huffington Post. Es licenciada en Comunicación por la Universidad de las Américas Puebla y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS.

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