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Argentina confía en consolidar inversiones por 40.000 millones de dólares desde que Macri es presidente

El Gobierno usa el Foro para intentar transmitir la imagen de que el país ha cambiado y es estable

El presidente de Dow Chemical, Andrew N. Liveris (d), en el Foro de Inversión y Negocios de Argentina.
El presidente de Dow Chemical, Andrew N. Liveris (d), en el Foro de Inversión y Negocios de Argentina.David Fernández / EFE

Argentina ha vuelto “al tablero global de las inversiones”. Esa es la conclusión del Gobierno de Mauricio Macri sobre el Foro de Inversión y Negocios de Argentina, celebrado esta semana en Buenos Aires con la participación de algunos de los empresarios más relevantes del mundo. El Ejecutivo señala que no hay una cuenta final de las inversiones logradas durante el foro, pero sí espera que se consolide lo que ya estaba apuntado. Según el ministro de Producción, Francisco Cabrera, desde el cambio de Gobierno, el pasado diciembre, se han concretado inversiones por cerca de 40.000 millones de dólares, de los que 25.000 están ya en ejecución. En los últimos cinco años, con el parón de la economía y el cepo cambiario, que impedía sacar los beneficios fuera de Argentina, se paralizaron la mayoría de las inversiones extranjeras en el país. Ahora Macri apuesta todas sus cartas a lograr reactivarlas.

El foro de inversiones, que concluyó ayer después de tres días en los que 1.900 empresarios y ejecutivos de 67 países debatieron en un ambiente de gran optimismo sobre el futuro de Argentina, salió incluso mejor de lo esperado. Nada lo empañó. Ni siquiera las habituales manifestaciones de Buenos Aires. Los organizadores colocaron vallas de seguridad y mucha policía por si acaso, pero no hizo falta. El sindicalismo e incluso la oposición más dura le concedieron una tregua a Macri. Por la sala principal del Centro Cultural Kirchner pasaron empresarios, ministros, gobernadores peronistas y el máximo representante del Poder Judicial, Ricardo Lorenzetti, en un intento por trasladar la imagen de que Argentina ha cambiado y ahora es un país estable donde los tres poderes se respetan por lo que los inversores no deben esperar sobresaltos. Ese era el mensaje central del foro.

Cabrera admite que la mayor preocupación de los empresarios extranjeros es la continuidad política, y por eso se desplegaron estrategias para convencerlos de que Macri va a seguir hasta el final y que su salida dentro de unos años no implicará un cambio radical. Macri se impuso por un estrecho margen -de solo 3 puntos- a su rival kirchnerista, Daniel Scioli, en las presidenciales de 2015 y su imagen positiva ha caído por debajo del 50%. La elevada inflación -superior al 40%-, el aumento del transporte público y de los servicios básicos y el alza del desempleo -que se acerca al 10%-, han golpeado al Ejecutivo macrista, que debe rehacerse de cara a las elecciones legislativas del próximo año. Este foro puede servir para relanzar su imagen.

Infraestructura y energía

Las obras de infraestructura y los proyectos energéticos han centrado el interés de los inversores en los últimos meses por ser las áreas en las que “Argentina ha estado más atrasada”, detalló Cabrera en una entrevista con la prensa extranjera. Sin embargo, la cifras aún tienen que concretarse. Por ejemplo, uno de los anuncios más impactantes, el de la alemana Siemens, que firmó un memorando para una inversión de 5.000 millones de euros en Argentina, no implica que la empresa vaya a poner ese dinero sino que participará en varios proyectos públicos y privados de energía, infraestructura y movilidad. La minera brasileña Vale anunció también que retoma su proyecto de extracción de potasio en Mendoza, en el que se encargará de aportar también financiación. En la letra pequeña de todos estos acuerdos estará la clave.

Cabrera se mostró confiado en que en los próximos meses se confirmen nuevas inversiones en estudio, como una apuesta multimillonaria (5.500 millones) de Dow Chemical para instalar una planta de polipropileno en Bahía Blanca, en el sur de la provincia de Buenos Aires.

Algunos empresarios han reclamado un ajuste mayor para bajar el déficit fiscal, unos costes laborales más bajos y un tipo de cambio más competitivo. Pero el Gobierno ha dejado claro que sus planes no van por ahí. Ni siquiera en una nueva devaluación, que dispararía aún más la inflación. “En general la discusión en Argentina sobre el tipo de cambio esconde una discusión más de fondo sobre los factores que tienen que ver con la competitividad”, apuntó el secretario de Industria, Martín Etchegoyen.

“Por ahora está descartada una reforma laboral”

El mundo empresarial ha recibido con optimismo el giro liberal de Macri, pero presiona para acelerar el ajuste, algo que no está en los planes inmediatos del Gobierno, que se enfrenta a una economía en recesión, debe lidiar con unos sindicatos muy fuertes y está en minoría en el Parlamento. El ministro de Producción, Francisco Cabrera asegura que "por ahora está descartada" una reforma laboral. "Los empresarios realistas saben que en Argentina hoy es muy difícil hablar de flexibilización (laboral) porque tiene muy mala fama, lo que hay que hacer es avanzar por los caminos posibles para mejorar la productividad", continuó.

La inflación, que se mantiene por encima del 40% interanual, ha subido este año más que los sueldos, por lo que muchos sindicatos presionan para reabrir las negociaciones salariales colectivas por considerar que se quedaron cortas, mientras que Macri se opone.

Paralelamente, el Gobierno trabaja para reducir costos laborales no salariales, principalmente el seguro de riesgos en el trabajo. Según Cabrera, "se ha generado un circuito de litigiosidad" alrededor de estos seguros que beneficia sobre todo a los abogados. También prevén tomar medidas contra el absentismo laboral y reducir las cargas patronales para los contratos laborales de primer empleo.

Otra petición es la de bajar los costes logísticos. Trasladar un contenedor del norte del país hasta el puerto de Buenos Aires cuesta actualmente casi el doble que el desplazamiento marítimo desde la capital argentina hasta Rotterdam. Mediante una fuerte inversión en infraestructuras -entre ellas la reactivación y mejora de la red ferroviaria de carga- el Gobierno pretende reducir notablemente los costes internos de transporte. “Si uno resuelve estos aspectos de competitividad, baja mucho la presión sobre la competitividad cambiaria”, agregó Etchegoyen. Argentina está pues dispuesta a poner una alfombra roja a los inversores, y espera que este foro haya terminado de convencer a los indecisos. La clave, como admiten muchos, sigue estando en la inflación, que por primera vez en agosto parece remitir ligeramente aunque aún en cifras inimaginables en cualquier otro país del entorno. “Un 1% mensual no nos sirve, queremos una inflación de un país normal”, sentenció Federico Sturzenegger, gobernador del Banco Central.

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