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Putin refuerza su liderazgo gracias a la victoria de Rusia Unida

La participación electoral, la más baja en la historia de la Rusia postsoviética, empaña el resultado

Putin y Medvédev analizan los resultados electorales en la sede de Rusia Unida en Moscú.Foto: reuters_live | Vídeo: EKATERINA SHUTUKINA (AFP) / REUTERS-QUALITY
Pilar Bonet

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha recibido un espaldarazo a su imagen y su liderazgo gracias a la victoria en las urnas del partido Rusia Unida (RU), que tendrá una mayoría constitucional (más de 300 diputados o dos tercios del total de 450) en la próxima Duma Estatal (cámara baja del parlamento). Para los observadores internacionales, los comicios, aunque dejan mucho que desear, suponen una mejora en relación a anteriores Legislativas.Las elecciones fueron “más transparentes, pero “los retos para los compromisos democráticos permanecen”, según la posición expresada por la misión de la Asamblea Parlamentaria de la OSCE y ODIHR.

El “entorno electoral se vio afectado negativamente por restricciones a las libertades fundamentales y los derechos políticos, por los medios de comunicación firmemente controlados y el endurecimiento del control sobre la sociedad civil”, dijeron los representantes de la OSCE y ODHIR en Moscú el lunes. Tanto los observadores internacionales como los rusos del movimiento de Defensa de los Derechos de los Votantes “Golos”, valoraron positivamente el papel de la Comisión Electoral Central (CEC) y de su presidenta, Ella Pamfílova, pese a las dificultades de esta para controlar los acontecimientos sobre el terreno en los colegios electorales y en los recuentos. En relación a las Legislativas de 2011, el número de observadores se redujo a la mitad, según Gregory Melkonyants, copresidente de Golos.

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Pamfílova ha pedido la investigación de varios colegios sospechosos de haber organizado “pucherazos” registrados por cierto por las cámaras de vídeo que vigilan las urnas. Golos ha denunciado la práctica del “carrusel” (personas que van de un colegio a otro votando repetidas veces con certificados de desplazamiento) en Moscú. Con el escrutinio casi completo, el nuevo parlamento se configura como un conjunto formado por un “peso pesado” (RU con 343 diputados) y tres “pesos pluma”: El Partido Comunista (PCE), con 42 escaños (antes 92), el Partido Liberal Democrático de Vladímir Zhirinovski, con 39 (antes 56) y Rusia Justa con 23 (antes 64).

La figura del presidente ha sido esencial para potenciar al “Putin colectivo”, tal como algunos periodistas llaman a RU, una fuerza cuya función hasta ahora ha sido sobre todo la de formalizar las directrices que llegan del Kremlin. En su campaña, RU utilizó la retórica antioccidental imperante (con mayor o menor intensidad) en el lenguaje oficial y medios de comunicación del Estado por lo menos desde el verano de 2013. Putin ha atribuido la victoria del partido del que es fundador a la necesidad de estabilidad sobre el telón de fondo de la crisis económica y también a la “reacción de nuestros ciudadanos a los intentos de presionar a Rusia desde el exterior, a las amenazas, las sanciones y los intentos de agitar la situación desde dentro”.

La participación electoral fue del 47,9% (52 millones de personas) y es la más baja en la historia de la Rusia postsoviética. Más baja todavía fue en las grandes ciudades de Moscú (35,18%) y San Petersburgo (25%). En las elecciones de 2011 participó un 60,21% del electorado ruso. RU perdió la mayoría constitucional en 2011, tras haberla mantenido desde 2003. La abstención en los grandes centros urbanos, practicada como muestra de protesta o desinterés, ha facilitado el fortalecimiento de la Rusia profunda, provinciana y rural. “La Rusia urbana, avanzada e independiente se ha dormido durante las elecciones”, afirmaba el sociólogo Dmitri Oreshkin, miembro del Comité Electoral Popular, un organismo coordinador de varios grupos de observadores. Según el sociólogo, Moscú, San Petersburgo y otras regiones dejaron la iniciativa a las denominadas “regiones del régimen electoral especial”, a saber unas veintena de territorios, “donde no hay ni observadores ni elecciones limpias” y que abarca diversas zonas de Siberia, el Volga y el Cáucaso. En estos territorios, las “élites utilizan los recursos administrativos a su alcance para lograr el resultado deseado”, dijo Oreshkin, según el cual las elecciones han “subrayado una tendencia muy peligrosa”, a saber que. “Rusia se divide en dos mundos”. “En estas elecciones la Rusia urbana ha dejado la Duma en manos de las regiones del régimen electoral especial”. Oreshkin cree que “Rusia se escinde en dos componentes y eso resulta una amenaza potencial a la unidad del Estado”. Según el experto, “Putin se ha convencido de que el sistema funciona y de que, en el campo electoral, la retorica patriotica es superior al empeoramiento de la situación economica”.

El sociólogo pronostica que Putin explotará la retórica patriótica y militar y que en los próximos años las tensiones y luchas que en otros sistemas políticos se dan en un entorno abierto entre diversos grupos políticos se producirán dentro de la élite de Putin y sus seguidores. Por otra parte, el sistema mixto empleado en la elección de la Duma y el hecho de que la mitad de los diputados han vencido en circunscripciones mayoritarias, puede contribuir a las tensiones, dado que los diputados así elegidos dependen más de su circunscripción y de las élites regionales que los elegidos por listas de partidos.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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