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Peña Nieto: “No hay barreras que detengan el movimiento de personas”

Los presidentes latinoamericanos defienden en la ONU la aportación de los inmigrantes

El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, en la cumbre de refugiados de la ONU
El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, en la cumbre de refugiados de la ONU Peter Foley (EFE)

El presidente de México, Enrique Peña Nieto, sostuvo este lunes en Nueva York que la historia demuestra que “no hay barreras que detengan el movimiento de las personas”. Ni “naturales ni tampoco artificiales”, subrayó. Sus palabras hay que enmarcarlas en el contexto de la Reunión de Alto Nivel sobre Grandes Desplazamientos de Refugiados y Migrantes con la que ha arrancado el encuentro anual de Naciones Unidas. Pero pueden tener también una lectura interna en un Estados Unidos en el que el candidato republicano a la presidencia, Donald Trump, sigue vendiendo como principal reclamo de su campaña la construcción de un muro con México para detener la inmigración, lo que ya le ha costado más de un gran disgusto político a Peña Nieto.

“Para cada río, ha habido siempre un puente, para cada obstáculo ha habido siempre un camino”, insistió Peña Nieto, quien como presidente de un país que es “origen, tránsito, destino y retorno” de personas migrantes defendió la “innegable” aportación que estas comunidades hacen en los países en los que se asientan por la “energía y talento” que aportan.

El presidente mexicano abogó por una respuesta basada en los derechos humanos, en el reconocimiento a las contribuciones que realizan en sus países de destino y en su inclusión social en los mismos, así como en el principio de responsabilidad compartida y en políticas que ofrezcan un manejo “seguro y ordenado” de los flujos migratorios. Para garantizar que se cumplen estos propósitos en el futuro, el presidente reveló que ha ofrecido a su país como sede de una “reunión internacional preparatoria” en 2017.

El estreno de Temer en la ONU

En lo que constituye su estreno ante Naciones Unidas, el presidente brasileño, Michel Temer, también tomó la palabra como líder de un país “construido con la fuerza de millones de personas de todos los continentes” y que, afirmó, “valora su diversidad”, aunque su gabinete haya sido acusado, precisamente, de no reflejarla.

Temer celebró que la ONU haya celebrado por primera vez en sus 71 años de historia una cumbre sobre los refugiados y los migrantes y advirtió de que, para afrontarlo, “no podemos cerrar los ojos ante la raíz” de esos fenómenos. “Solo soluciones negociadas a crisis políticas y un desarrollo inclusivo impedirá el desplazamiento forzado de grandes grupos de personas”. “Las preocupaciones legítimas de los gobiernos por la seguridad de sus ciudadanos deben respetar los derechos inherentes de cada ser humano. En nuestras relaciones con los extranjeros, con los otros, ponemos a prueba nuestra fidelidad a nuestro compromiso con la civilización”, agregó.

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