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Apuesta por un ‘Brexit’ blando

La editora de 'The Economist', Anne McElvoy, y el catedrático José María de Areilza reflexionan tras el referéndum británico en el Hay Festival, reunidos por EL PAÍS

Desde la izquierda, Anne McElvoy, directora de 'The Economist', José Ignacio Torreblanca, director de Opinión de EL PAÍS y José María Areilza, Profesor de ESADE y titular de la Cátedra de Jean Monnet.
Desde la izquierda, Anne McElvoy, directora de 'The Economist', José Ignacio Torreblanca, director de Opinión de EL PAÍS y José María Areilza, Profesor de ESADE y titular de la Cátedra de Jean Monnet.A. Martin

La directora del semanario The Economist, Anne McElvoy, y el títular de la cátedra Jean Monnet-ESADE, José María de Areilza, han coincidido este sábado en la necesidad de suavizar la salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE), por la que se decantaron por mayoría los votantes británicos en el referéndum del pasado 23 de junio; ambos entienden que todavía hay más cosas que unen a las dos partes de las que las separan. La posición mayoritaria de los escoceses a favor de la permanencia en la UE, y la apuesta de Irlanda del Norte por no arriesgar el proceso de paz en el divorcio con el club comunitario son algunos de los puntos que pueden apoyar ese llamado Brexit suave.

Durante un encuentro organizado por EL PAÍS dentro del Hay Festival de Segovia, McElvoy se ha mostrado contundente a la hora de subrayar que la consulta se convocó en el momento equivocado, a la vez que ha abogado por mirar hacia el futuro en una situación que no considera irreversible. "Hay que respetar los resultados, no se va a votar otra vez, incluso, si se hiciera ahora podría aumentar el apoyo al no, ya que la opinión pública no da señales que muestren que la situación política sea diferente", ha subrayado en una conversación en inglés, moderada por Ignacio Torreblanca, director de opinión de EL PAÍS.

Mientras, Areilza ha considerado que debería haber existido más cautela a la hora de convocar la consulta, aunque ha reconocido que el ahora ex primer ministro David Cameron tuvo mucho valor al hacerla, en un momento de gran incertidumbre económica y miedo a la inmigración. Para el experto en Derecho, la consulta se ha celebrado en un momento muy difícil de la UE, cuando está débil políticamente y en crisis. "Fue el peor momento para hacer la consulta porque los británicos no tenían una visión positiva de la UE", ha remarcado.

Sobre la brecha entre los ciudadanos británicos y las instituciones ha hablado también Anne McElvoy. "El problema ahora es cómo conseguimos repararla para lograr una Europa [que trabaje unida] pero quizá más diversa (...); estoy a favor de rescatar la relación con la UE, no creo que se deba cortar, pero no es momento de lamerse las heridas", ha afirmado la directora de The Economist, que se ha mostrado partidaria de que las elecciones generales en Reino Unido abran un camino para buscar vías de entendimiento con la UE; una fórmula que el jurista Areilza no comparte.

El titular de la cátedra Jean Monnet-ESADE ha confiado en que se pueda vivir un "Brexit suave, blando económicamente". Para ello, ha apuntado, "es muy importante que Escocia siga conectada al mercado" comunitario. Por eso es indispensable que haya un buen liderazgo en la UE y calibrar bien los objetivos, ha dicho.

La periodista británica ha apuntado que la posición de Escocia e Irlanda del Norte —dos regiones donde fue mayoritario el voto por la permanencia— es clave para suavizar el Brexit. McElvoy se ha permitido contar un chiste para ser más gráfica: "Se encuentran en un bar tomando cervezas un inglés, un escocés y un norirlandés, el inglés se quiere ir, así que se van todos...".

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