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Flint, una crisis sin fin

El agua potable está contaminada con plomo y el escándalo atrae a ambos candidatos

Donald Trump se ha propuesto seducir a la comunidad afroamericana de Flint. Los habitantes de esta ciudad del Norte de Detroit viven una crisis que no acaba. El agua potable está contaminada con plomo, tras unas desastrosas decisiones de la administración que se conocieron en 2014. Desde entonces, todos tienen que beber y lavarse con agua embotellada.

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Donald Trump hizo una aparición no hace mucho en la Bethel United Methodist Church, en un barrio de mayoría negra, pero le salió el tiro por la culata. La reverenda Timmons lo interrumpió cuando empezaba con sus críticas: "No le he invitado para que nos de un discurso político", comentó la reverenda ante las cámaras y un Trump cogido por sorpresa.

El Jardín de Louis Holmes II colinda con el aparcamiento de la iglesia. "Pero ese día estaba en el Norte del Estado", nos cuenta. Este joven de 28 años, 8 hijos y 38 hermanos trabaja en el sector de la construcción, dando forma a Michigan según van viniendo los contratos. El espectáculo de los dos candidatos a las elecciones presidenciales le crea dudas; pero, por su experiencia, votará a Clinton. "Trump ni siquiera sabe hacer negocios". Lo único que desea es que la crisis acabe: "No se puede vivir aquí, los índices de delincuencia aumentan y el trabajo ha desaparecido". ¿Y mudarse? "Solo podré hacerlo cuando mis hijos sean independientes". Y la hija menor de Louis solo tiene dos años.

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