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Los policías locales de Chiapas son acusados de traficar con migrantes

Las autoridades del Estado del sur de México desmantelaron una red de tráfico de inmigrantes que era operada por policías locales

Un hombre camina sobre las vías del tren en Arriaga (Chiapas)-
Un hombre camina sobre las vías del tren en Arriaga (Chiapas)-REUTERS

Las vejaciones a los inmigrantes durante su paso por México no cesan. Unos 19 centroamericanos que viajaban en un autobús rumbo a la frontera de México con Estados Unidos fueron secuestrados por policías municipales de Chiapa de Corzo, una localidad del sur del país. Las autoridades estatales informaron que la red de tráfico de indocumentados se pudo detectar tras recibir diversas denuncias ciudadanas a través del Centro de Comando (C-4). Los policías estatales sorprendieron “en flagrancia” a los agentes locales cuando pretendían extorsionar a los inmigrantes.

El martes pasado, según informó la Secretaría de Seguridad de Chiapas, los policías detuvieron a un autobús de turismo y al detectar que había personas provenientes de Centroamérica que no portaban documentos para justificar su legal estancia en el país, los bajaron de la unidad y los escondieron en las patrullas policiales. Unas 19 personas fueron trasladadas a las instalaciones de la corporación donde fueron escondidas en un cuarto. Entre los secuestrados había mujeres y niños que buscaban llegar a Estados Unidos. Los migrantes contaron que los policías les pidieron los nombres y números telefónicos de sus familiares en Guatemala, Honduras y El Salvador para pedir 3.000 pesos de rescate por cada uno (unos 157 dólares).

El fiscal del Estado, Raciel López Salazar, dijo que los policías son investigados por secuestro exprés, por el que podrían alcanzar una pena de 50 años de prisión. Las indagatorias apuntan a que el secuestro fue organizado por el subdirector de la Policía municipal, Hernán Gómez Grajales, hermano del alcalde de Chiapa de Corzo (100.000 habitantes), un pueblo mágico del Estado de Chiapas. Tras la detención de los agentes, unos 200 policías estatales tomaron el control del municipio.

Los policías se han convertido en la principal amenaza para los inmigrantes. Un informe de la red de organizaciones defensoras de migrantes revela que la Policía Federal y la municipal son las más señaladas por participar en delitos en contra de las personas que buscan llegar a EE UU. Los agentes policiales de todos los niveles les cobran cuotas para permitirles seguir su camino. "Lo que más nos preocupa es que en el tráfico de personas hay autoridades implicadas que van escoltando los camiones", dijo Carlos Bartolo, coordinador de la Casa de Migrante Hogar de la Misericordia en Chiapas durante la presentación del estudio en junio pasado.

El documento Migrantes en tránsito por México: rostro de la crisis humanitaria que se realizó con base en 30.000 entrevistas arrojó que durante 2015 unas 7.000 personas fueron “levantadas” durante su tránsito por México y se desconoce su paradero. El colectivo de instituciones que participaron en el informe advirtieron que los principales delitos de los que son víctimas estas personas son el robo, la extorsión, el secuestro, la privación ilegal de la libertad y el homicidio. Durante 2015 se presentó una reducción en los delitos atribuidos a la delincuencia organizada, al pasar de 1.257 registros en 2014 a 956 en 2015. Sin embargo resulta alarmante que se hayan incrementado los delitos atribuidos a las autoridades. “Estos presentaron un aumento al pasar de 467 en 2014 a 868 en 2015, incrementándose más del 180%”, se establece en el estudio.

Cuatro migrantes mueren asfixiados en un camión

A principios de octubre 60 migrantes fueron abandonados dentro de un camión de carga en un paraje de la localidad de Tres Valles, en el Estado de Veracruz. Según las autoridades, cuatro de ellos murieron asfixiados al viajar hacinados en el automóvil que no contaba con ventilación.

Los centroamericanos relataron que viajaron durante 48 horas sin recibir alimento ni agua y se dirigían a la frontera con EE UU. Pese a que le suplicaron al conductor de la unidad que les prestara auxilio, éste nunca detuvo la marcha y sólo paró cuando se acercaron a un retén policial. Los indocumentados fueron rescatados por policías estatales que fueron alertados por los gritos. Posteriormente fueron trasladados a diversos hospitales debido a la deshidratación que presentaban.

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