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La lucha por el poder desata una rebelión en la derecha mexicana

Tras el contundente triunfo del PAN en las pasadas elecciones estatales, varios de sus militantes acusan al líder Ricardo Anaya de usar al partido como plataforma

Ricardo Anaya, presidente del partido mexicano Acción Nacional.
Ricardo Anaya, presidente del partido mexicano Acción Nacional.Saúl Ruiz

Apenas en junio pasado, la sonrisa de Ricardo Anaya no cabía en su rostro. El presidente del conservador Acción Nacional (PAN) celebraba el aplastante triunfo de su partido en las elecciones locales, no solo en números sino en territorios conquistados: ganó siete de las 12 gubernaturas que se disputaban, arrebatándole cuatro al oficialista PRI, que nunca había perdido en esos Estados: Veracruz, Tamaulipas, Quintana Roo y Durango. Los analistas otorgaban al líder panista el mérito de haber revivido a un partido decaído tras el duro sexenio de Felipe Calderón (2006-2012) y lo proyectaban avante para la presidencial de 2018. Pero una sombra amenaza el camino de Anaya hacia esa fecha: sus correligionarios creen que utiliza al partido como trampolín para llegar a Los Pinos.

El fin de semana, un grupo de panistas publicó una carta en la que reprochan a Ricardo Anaya ser “juez y parte” en la batalla panista por conseguir sus objetivos “en beneficio de México”. Dieciocho reconocidos militantes de Acción Nacional firmaron el documento en el que lo acusan de utilizar la estructura y los recursos del partido en beneficio de su proyecto personal “a través de medios cuestionables e incurriendo en un grave conflicto de interés”, en referencia a sus presuntas aspiraciones presidenciales. Al grupo se sumó más tarde el expresidente Calderón, cuya esposa (Margarita Zavala) aspira también a obtener la candidatura panista para 2018. “La dirigencia de Ricardo Anaya está poniendo en riesgo la unidad del PAN”, expresó Calderón Hinojosa en su cuenta de Twitter.

El presidente de Acción Nacional no ha expresado de forma oficial alguna intención de convertirse en candidato a la presidencia de México, sin embargo, su partido considera que aunque en público lo niegue, Anaya está utilizando los anuncios que la ley electoral le permite para posicionar su imagen personal. El grupo de panistas llegó al extremo de compararlo con uno de los acérrimos opositores del partido, una de las figuras más repudiadas de la política mexicana: el excandidato presidencial Andrés Manuel López Obrador.

“No existe un solo presidente de partido (ni siquiera el tan criticado presidente de Morena) que haya aparecido en tal cantidad de spots de radio y televisión en un solo año”, dicta la carta de los panistas, en referencia a López Obrador, líder del partido izquierdista Movimiento Regeneración Nacional (Morena).

Los firmantes, entre los que se encuentran exgobernadores (como Alberto Cárdenas, de Jalisco) y el propio presidente del Senado, Roberto Gil Zuarth, exhortaron al presidente de su partido a asumir públicamente sus aspiraciones en caso de tenerlas, permitiendo que se elija a quien esté dispuesto “a procurar las garantías necesarias para un proceso armónico y a conducirlo de principio a fin (…) con apego a la norma pero sobre todo con apego a lo que es correcto y ético”.

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En respuesta, Ricardo Anaya rechazó confirmar o descartar sus aspiraciones a la presidencia del país, pero declaró que la unidad del partido que piden sus militantes se debe construir “entre todos”, no solo desde la dirigencia. “El enemigo está fuera, no dentro del partido”, sentenció a los inconformes.

Acción Nacional no ha tenido buenos momentos en los últimos días. Uno de sus militantes, Guillermo Padrés -exgobernador del norteño Estado de Sonora- se encuentra prófugo luego de que las fiscalías general y estatal emprendieran una investigación contra él por corrupción, fraude fiscal y por obtener recursos de procedencia ilícita. El PAN decidió retirarle sus derechos partidistas y días después la Interpol lanzó una orden de buscarlo en 190 países. Este lunes, Padrés debía presentarse ante la Comisión Anticorrupción del PAN para rendir cuentas, pero como se había previsto, no acudió.

En México, los Gobiernos y puestos públicos son utilizados tradicionalmente como plataforma para proyectarse hacia una candidatura mayor. El ministerio del Interior (Gobernación) suele ser la antesala para la candidatura presidencial en los Gobiernos priistas, o algunas gubernaturas como las de las entidades priistas Hidalgo y Estado de México, de la que proviene el actual presidente, Enrique Peña Nieto. El mismo expresidente Felipe Calderón fue presidente del PAN 10 años antes de ser presidente del país, y en el sexenio anterior al suyo ocupó el cargo de ministro de Energía. Fueron sus aspiraciones, justamente, las que le obligaron a dejar ese cargo, a petición del entonces mandatario Vicente Fox.

Hoy, la esposa de Calderón es quien busca competir por la presidencia, y los panistas reprochan a su líder competir desde una posición con ventaja. “Es indispensable garantizar que las estructuras, atribuciones y prerrogativas del partido se destinen exclusivamente para el fortalecimiento de la institución, e impedir que se distraigan para la promoción de proyectos personales”, puntualiza la misiva enviada por los panistas a Ricardo Anaya.

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