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El partido Pirata se perfila como gran vencedor en las elecciones de Islandia

Los últimos sondeos dan a la formación antisistema el 20,5% del voto en los comicios del sábado, frente al 5,1% de 2013

Tras una enorme crisis financiera y un primer ministro salpicado por los Papeles de Panamá, Islandia está a punto de convertirse en el faro europeo para los nuevos partidos que buscan convertir los famosos sorpassos a las fuerzas políticas de establismhment en una realidad. O al menos es lo que indican los últimos sondeos. El partido Pirata, nacido en 2012 fruto de la crisis financiera que dejó en bancarrota a la isla en 2008, cosecha una intención de voto del 20,5% para las elecciones generales de este sábado, según el portal de estadística islandés Market and Media Research (MMR), frente al 5,1% que obtuvo en 2013.

Birgitta Jonsdottir, del Partido Pirata, vita este sábado en Reikiavik.
Birgitta Jonsdottir, del Partido Pirata, vita este sábado en Reikiavik.Frank Augstein (AP)

Las encuestas apuntan que uno de cada cinco islandeses votará a los Piratas, afirmaban durante esta semana los medios locales. En un Parlamento (Alþingi) ya fragmentado en siete fuerzas políticas, el partido Pirata liderado informalmente —pues no tiene líder como tal sino una suerte de portavoz— por la poetisa Birgitta Jonsdottir, de 49 años, escala posiciones. Las encuestas más optimistas le otorgan una quincena de los 63 escaños parlamentarios; actualmente tiene tres.

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Los colegios electorales han abierto ya. Las encuestas apuntaban este viernes a que en este país de 320.000 habitantes los conservadores del Partido de la Independencia, que gobierna en coalición con los centristas, sería el partido más votado con el 25,1% de las papeletas a su favor. Los Piratas se convertirían en la segunda fuerza política del Parlamento, pero con opciones de gobernar si forman un alianza con otros partidos de la oposición. 

El juego electoral está más que reñido. Porque aunque ganen los partidos de establishment que han pilotado desde el centro-derecha la crisis financiera y han afrontado el bochorno de tener un primer ministro salpicado por los Papeles de Panamá, los Piratas islandeses —así como su matriz sueca que vio la luz a principios de siglo XXI— insisten en una alternativa progresista.

Este viernes, la formación antisistema ha mantenido reuniones con los otros grupos políticos de la actual oposición para evitar que se repita un Gobierno conservador. "Creemos que una coalición entre estos partidos [rojiverdes, socialdemócratas y el centrista Futuro Brillante] ofrece una alternativa clara a los actuales partidos que gobiernan, una elección que pensamos que creará nuevas oportunidades para la sociedad islandesa", dice el comunicado pirata.

La subida en intención de voto de los partidos progresistas se debe al "ambiente de corrupción" que existe en el país, relatan fuentes diplomáticas. Si esta coalición alternativa saliese adelante, obtendría un respaldo del 61% y podría formar Gobierno.

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Entre otras promesas, la líder pirata —famosa por ser la abanderada de un movimiento que clamaba por una mayor privacidad en la red y por haber colaborado con Wikileaks— ha anunciado que otorgará el asilo político a Edward Snowden, el extrabajador de la NSA estadounidense que filtró documentos del Pentágono y que ahora se encuentra temporalmente refugiado en Moscú (Rusia). Abogan también por los derechos civiles, el derecho a la privacidad, la transparencia y la democracia directa.

Los Piratas han sido tachados desde sus orígenes de no posicionarse en el espectro político ni a un lado ni al otro, pero Jonsdottir ha repetido en diversas entrevistas que su voluntad es recoger lo bueno de cada ideología. 

Un país que castiga a sus políticos

En Islandia, no sólo se castigó a los líderes políticos por la —mala— gestión de la crisis de sus entidades financieras que dejó en 2008 al país en la más auténtica bancarrota y con una deuda con Reino Unido, su principal acreedor, de más de 4.000 millones de euros. Sino que varios directivos de los bancos principales del país, como el Kaupthing, tuvieron que soportar penas de prisión.

Las elecciones anticipadas de este sábado son la consecuencia del último varapalo que ha sufrido el máximo representante del Gobierno, el primer ministro Sigmundur Davíð Gunnlaugsson, quien dimitió el pasado abril a raíz de que el nombre de su esposa, Anna Sigurlaug Palsdottir, apareciese en la investigación de prácticas financieras opacas y de ingeniería fiscal conocida como los Papeles de Panamá.

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