_
_
_
_
_
Igor Crnadak| Ministro de Exteriores de Bosnia

“Aunque hay tensión en Bosnia no estamos en una situación de preguerra”

El ministro de Asuntos Exteriores bosnio cree que el nacionalismo y la retórica de la guerra pone en peligro el equilibrio de un país fracturado

Juan Diego Quesada

¿Puede tener futuro un país al que se le notan las costuras? Bosnia Herzegovina es una nación en la que conviven en precario equilibrio serbios, croatas y musulmanes, tratando de espantar los fantasmas de una guerra civil que costó la vida a más de 100.000 personas. Cada cierto tiempo la relación entre unos y otros parece que va a saltar por los aires. Este año de elecciones locales ha sido especialmente tenso, ya que algunos políticos se han valido de una retórica bélica y ultranacionalista para ganarse el apoyo de los suyos.

Igor Crnadak, en el Tatra Summit 2016
Igor Crnadak, en el Tatra Summit 2016

Igor Crnadak, ministro de Asuntos Exteriores, de la formación conservadora serbia Partido del Progreso democrático (PPD), dice que sí, que todo esto es cierto, que no se pueden esconder los problemas debajo de la alfombra, pero que su trabajo es hacer encajar todo este puzle. ¿Cuál es el camino para lograrlo? Según él, la adhesión a la Unión Europea.

Más información
La muerte acecha a la justicia con los crímenes de la ex-Yugoslavia
La Haya absuelve al ultranacionalista serbio Seselj de crímenes de guerra
La condena a Karadzic es un fallo que mira al presente, a Siria

Crnadak respondió a las preguntas de este periódico en el foro Globsec Tatra Summit 2016 que se está celebrando este fin de semana en Bratislava.

Pregunta. Este ha sido el año más crispado en Bosnia desde la guerra. Hemos escuchado declaraciones muy altisonantes de los políticos. ¿Cómo es la convivencia?

Respuesta. Somos un país estable, muy seguro. Puedes caminar por la noche en Banja Luka, Sarajevo, Mostar... y disfrutar, divertirte, y no vas a tener problemas. Las tensiones políticas existen, eso no se puede negar. Cada uno ve de una forma diferente el futuro del país. Los bosnios musulmanes creen en un sistema de partido único, un único líder; los croatas creen en una forma distinta de manejar el país; y en la República Srpska (República Serbia) incluso hay gente que quiere la independencia si fuera posible...

P. Todo eso es imposible de compaginar.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

R. Después de todo tenemos que enfrentar la realidad. Los acuerdos de Dayton buscaron un balance entre lo que cada uno ambicionaba durante la guerra y lo que era posible. Pienso que 21 años después de la guerra lo que nos queda es estar unidos. Buscamos el diálogo y el compromiso y por eso soy bastante optimista respecto a este país.

P. Pareciera que todo puede saltar por los aires en cualquier momento.

R. Le voy a dar un ejemplo de cómo se viven el deporte en el país. Es la forma más sencilla de verlo. Cuando la selección de Croacia juega un partido, no ves a nadie en las calles de Mostar. Cuando Djokovic compite, Banja Luka se vacía. Cuando Bosnia participa en algo a nadie le importa. Esto no se puede cambiar desde la administración pero es la realidad. Es lo que ocurre. Somos diferentes a otros países, pero eso no tiene que ser un obstáculo para que no seamos exitosos. Vamos camino de intentar integrarnos en la Unión Europea.

P. ¿Tiene alguna fecha en mente? Con el Brexit y con los problemas que enfrenta el país no parece que vaya a ocurrir a corto plazo.

R. Hay que ir paso a paso. Ahora hemos hecho lo que ha pedido la Comisión Europea y creo que a finales de 2017 podemos ser oficialmente un miembro candidato. Eso es lo más lejos que me atrevo a predecir.

P. El referéndum sobre el día nacional bosnio que auspició el presidente ultranacionalista Milorad Dodik, desafiando al resto de entidades, pudo romper la convivencia en el país.

R. La idea cambiar el día nacional fue estúpido, no tiene ningún beneficio. Bueno para nadie excepto para Dodik que hizo política con esto. Una vez que ocurrió (el Tribunal Superior ilegalizó la fecha) le dio fuerza a Dodik para seguir adelante con el referéndum y le ayudó para promocionarse en las elecciones locales. Solo fue una herramienta para él. Todo el referéndum, toda la retórica que utilizó es solo para ganar votos. Es uno de los mayores populistas que he visto nunca.

P. ¿Le compara con Donald Trump?

Sí, tienen algunas similitudes con él. De todos modos no quiero hablar de políticos norteamericanos, no quiero interferir en las elecciones de otro país.

P. ¿Los políticos bosnios se han extralimitado con sus declaraciones? Algunas eran claramente agresivas e intimidantes.

R. Absolutamente. Es muy importante para Bosnia que serbios y croatas acaben con esta retórica bélica. Este ultimo año se ha incrementado esto pero creo que se debe a que ha habido muchas elecciones en la región. Dos elecciones en Croacia, una local en Bosnia, referéndum en la República Serbia. Hay muchas declaraciones innecesarias desde muchos lados. Tenemos buenas relaciones con Croacia, y no creo que estemos en una situación de preguerra. Es una exageración que provocan esas declaraciones innecesarias.

P. Se está expandiendo la idea de que el presidente ruso Putin está valiéndose de los serbios en Bosnia para influir en los Balcanes.

R. No hay nada que esconder en este tema. Rusia es el cuarto o quinto socio comercial. Está invirtiendo mucho en el país. Vamos a seguir teniendo relación pero ellos saben que la UE es nuestra prioridad. Esto no tiene que ser visto como una amenaza para Europa.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Juan Diego Quesada
Es el corresponsal de Colombia, Venezuela y la región andina. Fue miembro fundador de EL PAÍS América en 2013, en la sede de México. Después pasó por la sección de Internacional, donde fue enviado especial a Irak, Filipinas y los Balcanes. Más tarde escribió reportajes en Madrid, ciudad desde la que cubrió la pandemia de covid-19.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_