Los diputados fulminan la propuesta de Peña Nieto de avalar el matrimonio igualitario

La estocada final al matrimonio igualitario en México ha llegado en un día sombrío para muchos mexicanos. La Comisión de Puntos Constitucionales desechó la iniciativa del presidente Enrique Peña Nieto que permitía la unión entre personas del mismo sexo en todo el país. El mandatario del PRI deseaba homologar este tipo de uniones en los 32 Estados. El golpe a la propuesta presidencial vino de su propio partido político. Diecinueve diputados votaron en contra, ocho en favor y uno más se abstuvo. El varapalo pone fin a un proceso legislativo en el que la propuesta siempre tuvo escasas posibilidades de éxito por las presiones de la Iglesia y los sectores más conservadores.

“¿Cómo nos va a recordar la historia?”, preguntaba Daniel Ordoñez, del izquierdista PRD a sus compañeros diputados. El legislador recordó a los priistas que estaban dando la espalda a una propuesta progresista de su propio presidente. Ordoñez, diputado por la Ciudad de México, una de las once entidades que permiten ya la unión entre personas del mismo sexo, dijo que las resistencias de los priistas no se debían a temas de argumentación jurídica. “Son posturas éticas y morales, nada más”, afirmó.

César Camacho, el líder de los diputados del PRI, acudió al abarrotado salón donde se discutió la iniciativa presidencial a vigilar el voto de su bancada. El exgobernador del Estado de México había sido uno de los primeros en dar un mal presagio a la norma. “La estudiaremos después de un cúmulo enorme, casi interminable, inabarcable de asuntos”, dijo en agosto. Esa pila infinita se agotó por fin la mañana de este miércoles, mientras los mexicanos trataban de entender los resultados de las elecciones de Estados Unidos. Camacho dijo posteriormente en Twitter que en México no hay temas vedados. “El matrimonio igualitario fue discutido responsable y ampliamente”, escribió.

Camacho, que fue presidente del PRI al inicio de este Gobierno, dijo que corresponderá a los gobiernos estatales permitir la figura jurídica en sus leyes locales. La propuesta de Peña Nieto, sin embargo, deseaba cambiar este estatus y reducir la discrecionalidad de los gobernadores basada en ideologías. “No puede haber en nuestro país quienes en algunos Estados o entidades tengan ciertos derechos y en otros no”, aseguró el presidente en mayo pasado al presentar la propuesta en Los Pinos rodeado de representantes de la sociedad civil. La propuesta de Peña llegaba meses después de que la Suprema Corte de Justicia las avalara en junio de 2015.

La exgobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega, fue una de las pocas diputadas del PRI que respaldaron la iniciativa en la discusión. “Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”, dijo la exmandataria en referencia a las presiones de la Iglesia, que ha abanderado una agresiva cruzada durante meses para impedir la aprobación de la norma.

“Soy católico a mucha honra, pero también creo en la separación Estado-Iglesia y este caso me parece un caso paradigmático de separación”, dijo durante la discusión Agustín Basave, diputado y expresidente del PRD. Su opinión, sin embargo, fue minoritaria. El bloque conformado por los legisladores del conservador Partido Acción Nacional (PAN), el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), el Partido Encuentro Social, Nueva Alianza y algunos del PRI. “Hay que hacer de México un país de libertades”, dijo el diputado Ordoñez. Por el momento eso tendrá que esperar.