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Las frases más recordadas de Fidel Castro

El líder cubano llegó a pronunciar más de 2.500 discursos

Fidel Castro, en un discurso en 1999.Vídeo: ADALBERTO ROQUE (AFP) / EPV

Capaz de pronunciar discursos ininterrumpidos durante horas y horas, Fidel Castro dejó con su prolífica oratoria frases para la historia que marcaron el imaginario de los cubanos y crearon toda una escuela de retórica revolucionaria.

Algunos de sus biógrafos calculan que pronunció más de 2.500, la mayoría de pie y de cinco horas de duración o más. En 1959 batió el récord de nueve horas seguidas hablando.

Estas son alguna de sus frases más recordadas:

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Patria o muerte, venceremos. Esta es sin duda la consigna más recordada de Fidel Castro. Así concluía cada una de sus intervenciones, un remedo del grito "Independencia o muerte", utilizado por los mambises contra el Ejército español durante la guerra de Independencia de Cuba.

Condenadme, no me importa, la Historia me absolverá. Pronunciada en 1953, durante el juicio por el frustrado asalto que encabezó contra el cuartel Moncada.

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¿Voy bien, Camilo? Esta es la pregunta que formuló al jefe del Estado Mayor del Ejército Rebelde, Camilo Cienfuegos, el 8 de enero de 1959, durante el discurso en el cuartel de Columbia, tras la entrada triunfal de los guerrilleros en La Habana. "Vas bien, Fidel", respondió Cienfuegos, uno de los más populares líderes revolucionarios, desaparecido en octubre de 1959 en un accidente aéreo en circunstancias que nunca llegaron a aclararse.

La propaganda no puede ser abandonada ni un minuto, porque es el alma de nuestra lucha. Castro afirmó esto en 1953, durante su reclusión tras el fallido asalto al cuartel Moncada.

Sin dar un solo paso atrás, ni para coger impulso. Frase pronunciada en múltiples ocasiones, la primera vez probablemente en su discurso en la Plaza Cívica en mayo de 1961.

Esta es la Revolución socialista y democrática de los humildes, con los humildes y para los humildes. En 1961, en vísperas de la invasión de Bahía de Cochinos, Castro proclamó así el carácter socialista de la revolución. "Y por esta Revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes, estamos dispuestos a dar la vida", añadió.

Dentro de la revolución todo, contra la revolución nada. Esta es una de sus frases más polémicas, que le valió críticas y sentó las bases de su particular política cultural. "¿Cuáles son los derechos de escritores y artistas, revolucionarios o no revolucionarios? Dentro de la revolución, todos; contra la revolución, ningún derecho", advirtió en junio de 1961.

En una fortaleza sitiada, toda disidencia es traición. Con esa frase de San Ignacio de Loyola justificó en varias ocasiones la represión a opositores y críticos.

El imperio. Así se refería a su peor enemigo, Estados Unidos, país al que dedicó muchos de sus discursos.

Fue estudiando el capitalismo que me volví comunista. En el libro Guerrillero del tiempo, conversaciones con el líder histórico de la Revolución cubana, de Katiuska Blanco.

Ellos [EE UU] internacionalizaron el bloqueo, nosotros internacionalizamos la guerrilla. Eso decía para justificar la ayuda prestada por Cuba a las guerrillas latinoamericanas.

Revolución es cambiar todo lo que debe ser cambiado. En el año 2000, en una de sus tradicionales alocuciones en la Plaza de la Revolución por el Día de los Trabajadores, sintetizó su concepto de "revolución" en un párrafo reproducido luego en mensajes televisivos y afiches colocados en las paredes de muchas entidades públicas por todo el país. "Revolución es igualdad y libertad plenas, es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos, es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos", decía entre otras cosas.

Esta Revolución puede destruirse, los que no pueden destruirla hoy son ellos [EE UU]. Ante un auditorio de estudiantes universitarios en 2005, Fidel Castro aseveró que uno de los mayores errores de la revolución cubana "fue creer que alguien sabía cómo se construía el socialismo". Algunas de sus afirmaciones en esa alocución fueron recibidas como una especie de legado y aviso para las nuevas generaciones. Nosotros sí, nosotros podemos destruirla, y sería culpa nuestra", advertía.

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