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Peña Nieto admite “insatisfacción” popular

El mandatario pidió a la entregada militancia que no se contagie de “derrotismo” y a sus posibles sucesores que primero es el proyecto “y luego los nombres”

Jacobo García
Peña Nieto durante el Congreso del PRI
Peña Nieto durante el Congreso del PRI

El presidente de México, Enrique Peña Nieto, volvió este domingo al terreno donde mejor se maneja, el del discurso motivacional y electorero arropado por los suyos. El escenario ideal para cualquier político en horas bajas, acogido por la militancia coreando su nombre.

Durante el Sexto Consejo Político Nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI) el mandatario asumió su papel como ‘primer militante’ y apeló a algunos de los retos que afronta un partido con más de cinco millones de afiliados: la corrupción, la unidad y el desgaste electoral tras cuatro años en el poder.

“No se dejen contagiar por los derrotistas (…) rendirse va en contra de nuestro código militante” dijo durante un evento para nombrar al Consejo Político Nacional hasta 2019, el organismo encargado de elegir al próximo candidato.

El acto, a medio camino entre lo político y lo festivo, estuvo amenizado desde la grada por cientos de seguidores que colorearon con gritos de ánimo y cánticos la toma de posesión de 731 consejeros nacionales que forman “el ejército priísta que llega para ganar los comicios”. Para ello, dijo Peña Nieto, “Tenemos que tocar las puertas, salir a la calle y dejar la comodidad del escritorio para convencer a los electores”.

"Primero el proyecto y luego los nombres" dijo Peña Nieto a todos los candidatos posibles a sucederle

En la mira de las palabras de Peña Nieto están las elecciones del próximo año en Nayarit, Coahuila, Veracruz y el Estado de México, viejo bastión del PRI y la entidad que más votos proporciona en la elección presidencial. Retener el Estado de México como lanzadera para las presidenciales se ha convertido en la madre de todas las batallas que tendrán que afrontar el PRI el próximo año.

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Tratando de inyectar optimismo a una militancia en horas bajas, Peña Nieto volvió a correr, saltar, hacerse fotos, abrazar y besar a los simpatizantes como hizo tantas veces durante la campaña de 2012 que lo llevó a la presidencia.

Escuchando sus palabras estaban algunos de los nombres que suenan para sucederlo en las papeletas: el mejor posicionado, Miguel Ángel Osorio Chong, actual Secretario de Gobernación, el más querido, Jose Antonio Meade, Secretario de Hacienda, el más desconcertante, Aurelio Nuño, Secretario de educación, el más enigmático, Luis Videgaray, mano derecha del mandatario o el más controvertido, Manlio Fabio Beltrones, todopoderoso excoordinador del partido en el Congreso.

A todos ellos dedicó un claro mensaje: “Dejemos para otros partidos las promociones anticipadas; Primero el programa y el proyecto y después los nombres”, dijo parafraseando el célebre lema de presidencial de los años 60 y 70 cuando la elección del candidato del PRI era una cuestión tan personal como el color de la corbata.

 Ante la pugna interna que se avecina la grada respondió con igual anacronismo y uno de los gritos más escuchados entre trompetas y mariachis fue el de “¡Unidad, unidad!”.

 El acto del PRI llegó en uno de los momentos más bajos del mandatario. La semana pasada una encuesta de Buendía & Laredo confirmó que la popularidad de Peña Nieto sigue descendiendo. Solo 25 % de las personas entrevistadas aprueban su gestión. Según esta encuesta sólo uno de cada diez mexicanos opina que el presidente tiene los problemas del país bajo control y siete de cada diez creen que México camina hacia un rumbo equivocado. Desde que existe este mecanismo de medición, nunca antes un presidente mexicano había exhibido números tan bajos.

En la sección destinada al mea culpa Peña Nieto reconoció que hay “insatisfacción” y “desconfianza en la autoridad es instituciones” que Peña Nieto atribuyó al costo de transformar al país con las reformas energéticas, fiscal y laboral que impulsó durante su gobierno.

Para revertir la situación Peña Nieto pidió a los priístas ser íntegros en el ejercicio del gobierno y dar resultados concretos la población. “Quienes dañan el prestigio de nuestro partido, no merecen ser parte de él” señaló. “Quienes hayan violado la ley, habrán de enfrentar la consecuencia de sus actos. La deshonestidad no encontrará espacio en el PRI del Siglo XXI”, agregó.

El mandatario se refirió de esta forma a algunos de los escándalos que han rodeado al partido más grande de América Latina en los últimos meses y que afectan a varios exgobernadores acusados de corrupción. Actualmente el gobernador de Veracruz, Javier Duarte, está prófugo tras ser acusado de enriquecimiento y lavado de dinero entre otros cargos. También están en la mira el exgobernador de Chihuahua, César Duarte, y el de Quintana Roo, Roberto Borge. “Lamento que los actos de corrupción de los gobernador del PRI lastiman al parido pero no por unos se debe juzgar a todo el partido” se excusó Peña Nieto.

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Sobre la firma

Jacobo García
Antes de llegar a la redacción de EL PAÍS en Madrid fue corresponsal en México, Centroamérica y Caribe durante más de 20 años. Ha trabajado en El Mundo y la agencia Associated Press en Colombia. Editor Premio Gabo’17 en Innovación y Premio Gabo’21 a la mejor cobertura. Ganador True Story Award 20/21.

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