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La voz contra el ‘Brexit’ es un periódico en papel... y funciona

El éxito de 'The New European', que salió dos semanas después del referéndum, plantea un insólito modelo de éxito para la prensa

Pablo Guimón
La página web de 'The New European'.
La página web de 'The New European'.samuel sánchez

Matt Kelly, ejecutivo británico de la industria de los periódicos, tuvo la idea cuando paseaba por Londres el 24 de junio, el día después de que Reino Unido decidiera en referéndum abandonar la Unión Europea. “El ambiente era melancólico, había mucha gente deprimida”, recuerda. “Entonces pensé: si perteneces al 48% que votó por quedarse, ¿qué periódico puedes comprar que represente esto? Hay 16 millones de personas guiadas por la misma sensación de conmoción y consternación, un colectivo apasionado e identificable que trasciende las estructuras políticas tradicionales de derecha e izquierda. Definitivamente, había una oportunidad de negocio”.

En menos de dos semanas, a principios de julio, el primer número de The New European estaba en los quioscos de todo el país. Un rotativo semanal del que se comprometieron solo a hacer cuatro números. “Pensamos que podría ser un nuevo modelo editorial: un periódico que llega al lugar muy rápido y existe durante un tiempo determinado”, explica Kelly. Periódico pop-up, lo llamaron.

“El clima es hostil para lanzar un periódico en papel, qué duda cabe”, reconoce. “Está el precede te de The New Day, la cabecera que lanzó este año en Reino Unido el grupo Trinity Mirror, con una inversión enorme, y duró solo nueve semanas. Nos preguntamos si no sería la actitud, y no el negocio en sí, lo que fallaba. ¿Qué ocurre si pensamos en bajo coste y corto plazo? Los periódicos en realidad son cosas fáciles de producir. Igual lo que hay que hacer no es un plan de negocio para tres años sino para cuatro semanas”.

Ayuda el hecho de que Archant, el quinto mayor grupo de prensa regional del país, tenía los medios tecnológicos, la plantilla y la red de distribución necesarios para poder experimentar. Las economías de escala reducen los costes y los riesgos de embarcarse en esta aventura de la edición pop-up.

Sucede que The New European funcionó. Y mejor de lo previsto. Aquel primer número vendió 40.000 ejemplares y, tras el previsible pero no excesivamente pronunciado bajón estival, arrancaron el nuevo curso con más de 25.000 ejemplares por número, cifras en las que siguen hoy. “Necesitamos vender 17.000 ejemplares para hacer dinero”, explica Kelly. “El modelo de negocio se basa en las dos libras que cuesta el ejemplar. Hay publicidad, pero para un proyecto así es difícil en un entorno dominada por las grandes agencias de contratación que deciden su inversión anualmente”.

El éxito ha sido tal, apunta Kelly, que lo que inicialmente vio como una oportunidad de negocio se ha convertido en una oportunidad política también. “Muchos autores muy buenos quieren escribir en nuestro periódico, porque no abundan plataformas que representen ese sentimiento europeísta de centro, un terreno que está mucho más desierto en la prensa que el de la derecha”, explica. “Gran parte de la prensa británica defiende una idea perversa de la UE. Por eso creo que ahora es nuestra responsabilidad ser una plataforma de debate factual sobre Europa. Y también decir: ¿sabéis qué?, la batalla no ha terminado; creemos que hay espacio para más democracia; creemos que los británicos deben ser consultados de nuevo cuando se conozcan las consecuencias de la decisión de abandonar la UE”.

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Resulta evidente que existía una posición política —o un nicho de mercado, en términos empresariales— que nutrir. Pero no menos evidente es que la manera lógica de dirigirse a una audiencia, hoy en día, es a través de Internet. ¿O no? “Si lanzas un nuevo vehículo lo haces online, está claro”, reconoce Kelly. “Pero yo quería que la gente lo exhibiera por ahí para demostrar que pertenece a ese 48%. Es una forma de visibilizar la indignación. Hay pocas formas de demostrar a la gente lo que crees: llevar una chapa, participar en una manifestación… Desde luego, mirar un móvil no te permite visibilizar tu indignación; llevar un determinado periódico bajo el brazo, sí”.

Kelly tampoco ignora el potencial de Internet y, de hecho, hace unas semanas reforzaron la web de The New European. “Es muy importante nuestra presencia online porque la gente quiere compartir nuestras historias y así extender su voz por las redes, que es donde se produce el debate”, defiende. “Siempre ha sido nuestra idea matar el periódico de papel en algún momento, pero la marca sobrevivirá. Revistas, eventos… hay muchas posibilidades”.

¿Y no cree que llegará un momento en que el interés por el Brexit bajará? “Lo descubriremos si dejan de comprar el periódico, eso no nos asusta”, asegura Kelly. “Pero será el gran tema estos próximos dos años. Mire lo rápido que ha ido todo en estos meses. Salen temas fascinantes cada semana y creo que el año que viene habrá muchas historias que evitarán que seamos aburridos. Confío en que seguiremos aquí en las navidades de 2017”.

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Sobre la firma

Pablo Guimón
Es el redactor jefe de la sección de Sociedad. Ha sido corresponsal en Washington y en Londres, plazas en las que cubrió los últimos años de la presidencia de Trump, así como el referéndum y la sacudida del Brexit. Antes estuvo al frente de la sección de Madrid, de El País Semanal, y fue jefe de sección de Cultura y del suplemento Tentaciones.

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