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Columna
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Los políticos mexicanos acaban de descubrir la violencia de género

La respuesta de la clase política mexicana a la agresión contra Guevara es tan oportunista como atroz fue la golpiza que recibió la senadora

Este martes se reportó que el presidente Enrique Peña Nieto había llamado a la senadora y medallista olímpica Ana Gabriela Guevara para ofrecerle apoyo ante la brutal agresión que sufrió a manos de cuatro hombres el domingo 11 de diciembre.

El gesto solidario de Peña Nieto fue uno de muchos que recibió la legisladora. Pero si el presidente mexicano tuviera el mismo detalle con todas las mujeres que son agredidas diariamente en el país, simplemente no le alcanzaría el tiempo. Necesitaría hacer una llamada por minuto, y eso contando que estuviera despierto las 24 horas del día. Igual número de mensajes por minuto tendrían que enviar todos los políticos que por redes sociales expresaron apoyo a la velocista y legisladora.

Y es que, según datos de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas a 2015, más de 1,200 agresiones contra mujeres son cometidas cada día en México, casi tantas como minutos tiene el día. Y cada día, siete mujeres son asesinadas, según el Inegi.

Por eso la respuesta de la clase política mexicana, de legisladores, dirigentes partidistas o funcionarios públicos a la agresión contra Guevara es tan oportunista como atroz fue la golpiza que recibió la senadora. Parece que acaban de descubrir que en México hay violencia de género.

“#NoTienenMadre. Punta de cobardes”, escribió en Twitter el senador panista Javier Lozano.

“Lamento el incidente de mi compañera Senadora”, expresó el líder de los senadores del PRI, Emilio Gambia en la misma red.

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El presidente del Senado, Pablo Escudero, del Partido Verde, dijo que lo ocurrido a Guevara “no tiene lugar en un Estado de Derecho”.

Pero si nos atenemos a los datos de la CEAV, calculados a partir de encuestas de victimización porque la cifra negra de delitos es mayor al 90% por la falta de denuncia, podemos asumir que en los 346 días de 2016 antes de que Guevara fuera golpeada más de 400 mil mujeres fueron agredidas en México por “puntas de cobardes” en “lamentables incidentes” que “no tienen lugar en un Estado de Derecho”, parafraseando lo dicho por los senadores. En ese mismo lapso, más de 2 mil mujeres fueron asesinadas.

Esas agresiones que pasaron tan desapercibidas como las más de dos mil que se dieron en las 24 horas anteriores y las 24 posteriores a la noche del 11 diciembre que no fueron condenadas de manera tan enérgica, si es que fueron condenadas del todo.

Cuestionar las reacciones de la clase política no es minimizar la agresión que sufrió Guevara. Es que la misma realidad la minimiza pues en igualdad de circunstancias ella es solamente una en más de un millar de personas que corrieron con su misma suerte ese 11 de diciembre.

A Guevara la distingue su calidad de legisladora y deportista ejemplar. Y por lo mismo tiene en su poder aprovechar la agresión para que sus colegas volteen a ver el tema de violencia de género y pongan manos a la obra. Tras su recuperación y al narrar el ataque, Guevara convocó a una cruzada nacional contra la violencia de género con mesas de trabajo de distintos actores sociales y dijo que va a insistir para que se dictaminen las iniciativas pendientes que hay sobre esta materia.

La palabra clave en este llamado no es “iniciativas” sino “pendientes”, pues significa que en el Congreso hay ya proyectos de ley sobre esta materia que están congelados porque hasta antes del 11 de diciembre la violencia de género no era un tema que ocupara su atención.

Apenas en abril pasado más de 6 mil personas marcharon en la Ciudad de México y miles más en varias ciudades del país para exigir el fin a la violencia de género. La marcha avanzó por el Paseo de la Reforma, enfrente del edificio del Senado, pero por lo visto ningún colega de Ana Gabriela Guevara se dio por enterado en aquel momento.

Y como para los legisladores mexicanos no hay iniciativa que resista un periodo vacacional, el Congreso terminó el 15 de diciembre su periodo de sesiones y el siguiente empieza el 1 de febrero.

Esto significa que desde hoy hasta que el Congreso mexicano regrese a trabajar y retome (si es que no se le olvida) el tema e violencia de género, 55.000 mujeres habrán sido agredidas y 329 asesinadas desde que los legisladores se fueron a receso, llenos de indignación por el ataque a su compañera, hasta que regresen a trabajar.

Javier Garza Ramos es conductor del noticiero Reporte100 en Imagen Laguna y consultor de la Asociación Mundial de Periódicos.

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