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Peña Nieto no calma la calle y aumentan los saqueos por el alza de la gasolina

El presidente dice comprender el "enojo" de los mexicanos por el aumento del combustible. 500 personas han sido detenidas por robo y vandalismo en el Estado de México y la capital

Un militar asegura una tienda después del saqueo en Veracruz, México.Vídeo: INSTAGRAM | A. PLASCENCIA
Jacobo García
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A pesar del tono comprensivo, la intervención del presidente Enrique Peña Nieto no ha calmado las protestas en contra del aumento al precio de la gasolina y este miércoles se multiplicaron los disturbios y bloqueos por todo el país.

En el Estado de México (Edomex) hubo al menos 500 detenidos por actos vandálicos en 13 municipios mientras que las tiendas del Centro Histórico de la capital, donde hubo 64 detenidos, cerraron antes de tiempo ante los rumores de nuevos saqueos. La Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio  dio a conocer que 170 tiendas habían sido cerradas y 79 saqueadas, principalmente en Edomex. Precisamente en el populoso Ecatepec la policía tuvo que intervenir a tiro limpio en una tienda Elektra para impedir que los saqueadores siguieran llevándose colchones y televisiones con la excusa del alza en la gasolina.

La ira colectiva se alimentaba del aumento de la gasolina pero a ello se suman la subida de la electricidad, el desabasto de combustible, la creciente inflación y la depreciación diaria del peso.

Por este motivo Peña Nieto apareció al mediodía del miércoles en la televisión para calmar las protestas ante la ola de malas noticias que golpean los bolsillos de los mexicanos desde el inicio de la Navidad.

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La andanada de aumentos, principalmente de la gasolina que subirá hasta un 20%, ha dado paso a una incubadora de protestas que Peña Nieto quiso neutralizar con su sorpresiva aparición pública. Sin embargo, no hubo marcha atrás ni en la subida ni en las manifestaciones.

 “Comprendo el enojo que esto provoca en la población” dijo Peña Nieto, “pero no hacerlo hubiera supuesto poner en riesgo la estabilidad económica del país” había justificado. “No es fácil tomar esta medida y apelo a su comprensión. El ajuste en los precios refleja el aumento en los precios internacionales de la gasolina. Es una medida responsable en un tema prioritario para mi gobierno: preservar la estabilidad económica del país” señaló el mandatario para quien “de no hacerlo, el costo sería mayor”.

Pero mientras Peña Nieto hablaba, los focos rojos se prendían a lo largo de todo el país.

Convocados por las redes sociales desde Tamaulipas, en la frontera con Estados Unidos, a Tapachula, en el límite con Guatemala, un día más se multiplicaron los bloqueos de carreteras, la toma de autopistas, saqueos, asaltos a las gasolinerías o incluso agresiones a trabajadores de la paraestatal PEMEX en el marco de las protestas contra el aumento de entre un 15 y un 20% en el precio de las gasolinas

Varios supermercados en las afueras de las Ciudad de México, en las populosas Azcaptzalco y Cuatitlán, fueron saqueados por grupos de manifestantes. La noche del martes, en Nicolás Romero, también en el Estado de México, un grupo asaltó un hipermercado Chedraui y una tienda OXXO. En un gesto inusual el ejército llegó a la barriada para imponer el orden.

Paralelamente por cuarto día consecutivo, varias carreteras que conectan la Ciudad de México con Querétaro, Puebla o Pachuca, así como el anillo Mexiquense que rodea la capital, sufrieron bloqueos. La misma escena se repitió en Veracruz, Michoacán, Tamaulipas, Chihuahua, Tabasco o Jalisco donde incluso hubo una huelga de autobuses urbanos.

La protesta contra el 'gasolinazo' suma focos de inconformidad cada hora. “Hemos tenido agresiones en 400 gasolinerías y esto aumenta de forma viral con el paso de las horas” dijo Antonio Caballero, portavoz de la asociación G-500.

Su asociación, que agrupa a 1.800 estaciones de servicio, el 15% de las más de 11.000 que hay en el país, amenazó con cerrarlas todas si continuaban los disturbios. En la misma línea la organización de gasolineros de Veracruz anunció que otras 50 estaciones de servicio fueron “vandalizadas” y estaban fuera de servicio.

Políticamente el mandatario, con uno de los índices de popularidad más bajos del continente, salió ayer por primera vez a defender la “difícil” decisión. Desde que entró en vigor la liberalización de las gasolinerías y el Gobierno fijó un subida de entre el 15 y el 20% al precio del carburante, el Secretario de Hacienda, José Antonio Meade ha recorrido con los estudios y emisoras defendiendo que el “ajuste” se debe a la subida internacional del combustible y no a un nuevo impuesto. Actualmente un 36% del precio del litro de gasolina Magna (0,76 dólares) corresponde a impuestos.

Sin embargo las palabras de Meade no han frenado el desgaste en el Gobierno, que en dos días ha “lamentado” dos veces la situación actual. El martes, en señal de repudio tras el anuncio de Ford de detener sus inversiones en México, y el miércoles, para justificar el “doloroso” aumento de los combustibles.

Desde la izquierda el Partido de la Revolución Democrática (PRD) se ha sumado a una protesta que desborda los partidos políticos, sumidos en el marasmo navideño. Para la presidenta del partido, Alejandro Barrales, el gobierno de “hace todo lo posible para crear inestabilidad social” y recordó que la decisión de aumentar un 20% la gasolina llegó pocos días después de que se aprobara un incremento del salario mínimo del 10% y que las previsiones de inflación para este año rocen el 4’5%.

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Sobre la firma

Jacobo García
Antes de llegar a la redacción de EL PAÍS en Madrid fue corresponsal en México, Centroamérica y Caribe durante más de 20 años. Ha trabajado en El Mundo y la agencia Associated Press en Colombia. Editor Premio Gabo’17 en Innovación y Premio Gabo’21 a la mejor cobertura. Ganador True Story Award 20/21.

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