Alemania amenaza con recortar ayudas a los países que no admitan a los deportados

“Un caso como el de Anis Amri no puede repetirse”. El mejor resumen sobre el paquete de medidas esbozado por el Gobierno alemán lo ha dado este martes el ministro de Justicia. El socialdemócrata Heiko Maas se refería a las deficiencias que mostró este tunecino de 24 años que, pese a estar fichado como islamista peligroso y haber recibido una orden de expulsión, pudo moverse libremente para atentar en Berlín y dejar 12 muertos y medio centenar de heridos.

Para evitar otro fracaso similar, el Gobierno alemán ha anunciado una catarata de iniciativas que van desde un mayor control a los islamistas que operan en el país hasta una agilización de los trámites de expulsión a aquellos a los que se haya rechazado su solicitud de asilo, pasando por la amenaza a sus países de origen de recortar la ayuda al desarrollo si no colaboran en la admisión de sus ciudadanos deportados.

Angela Merkel ya dijo que muchas cosas tendrán que cambiar en Alemania después del trauma que supuso el ataque con un camión a un mercadillo navideño berlinés. “El ataque nos advirtió de que tenemos que reaccionar rápidamente y no quedarnos solo en anuncios”, aseguró el lunes la canciller, que advirtió que la devolución a sus países de migrantes sin derecho de residencia en Alemania se ha convertido en “un esfuerzo nacional”.

Un día más tarde se han reunido los ministros del Interior, el democristiano Thomas de Maizière, y de Justicia, el socialdemócrata Heiko Maas, para pactar una batería de iniciativas tras unos días en los que los dos partidos que gobiernan en coalición se han reprochado todo lo reprochable.

Una de las iniciativas más polémicas es la de recortar la ayuda al desarrollo de los países que no cooperen. El propio ministro responsable de la cooperación internacional, miembro de la CSU bávara, se ha mostrado en contra: argumenta que esta medida podría aumentar los problemas en los países más necesitados y provocar así un incremento de los flujos migratorios. Pero el caso de Amri vuelve a pesar. Porque el terrorista de Berlín debería haber sido devuelto a su país, pero las trabas de los funcionarios tunecinos impidieron un viaje que habría evitado 12 muertes en Alemania. De Maizière dijo que el resto de ministros del Interior de la UE están de acuerdo en vincular la ayuda al desarrollo con el grado de cooperación de los países en vías de desarrollo.

Muchos expertos dudan de la eficacia de aprobar nuevas medidas, y subrayan que el problema en el caso Amri no fue tanto la falta de herramientas legales, sino el fracaso en su ejecución. Pese a estos argumentos, los ministros han insistido en medidas como la colocación de tobilleras electrónicas a islamistas radicales. Las autoridades tienen fichados a dos centenares de sospechosos de simpatías yihadistas en suelo alemán, de los que 62 tienen orden de expulsión.