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Las maras ofrecen al Gobierno de El Salvador un diálogo para desarticularse

El ministro de Justicia y Seguridad Pública asegura a El PAÍS: “No hay diálogo con criminales”

Miembros de la Mara Salvatrucha tras su detención, en diciembre.
Miembros de la Mara Salvatrucha tras su detención, en diciembre.J.C. (CORDON PRESS)

Tres de las principales y más violentas pandillas de El Salvador han manifestado su interés en abrir un diálogo con el Gobierno para desmovilizarse e integrarse a la sociedad, según informó esta semana el diario local El Faro. Se trata de la Mara Salvatrucha (MS13), Barrio 18 Sureños y Barrio 18 Revolucionarios, agrupaciones que tienen en conjunto entre 60.000 y 70.000 integrantes. 

La oferta de las maras ha llegado a través de un reportaje en el periódico digital salvadoreño que entrevistó a tres representantes de las bandas criminales. Los líderes justificaron su intención de negociar para detener la crisis de violencia que vive el país centroamericano y frenar la escalada bélica entre las pandillas y las fuerzas de seguridad. Estos enfrentamientos provocaron en 2016 más de 500 muertos entre los pandilleros y un poco más de 60 entre los agentes del Estado.

En el reportaje, uno de los pandilleros asegura que “todo ser humano tiene derecho a cambiar”. Y agrega: “no toda la vida va a andar uno haciendo cosas ilícitas”. En sus declaraciones, los delincuentes, a los que El Salvador califica como terroristas, proponen al Gobierno crear mesas de diálogo en las que estén presentes el Ejecutivo, las pandillas, los partidos políticos y organizaciones de la sociedad civil. Los mareros toman el proceso de paz de Colombia como un modelo a seguir para su desarticulación y reincorporación a la sociedad.

El ministro de Justicia, Mauricio Ramírez Landaverde, aseguró a EL PAÍS que el Gobierno no negociará “con criminales”. “Nos apegamos a las leyes del país. Es nuestra determinación”, remarcó de forma tajante el funcionario.

En una junta con el Gabinete de Seguridad, el vicepresidente salvadoreño, Oscar Ortiz, aseguró que durante este año profundizarán los golpes a las extorsiones y el control del sistema carcelario. “El país no puede estar bajo la amenaza, con un arma en la cabeza. Un grupo criminal no puede competir con el Estado”, aseguró el político.

Alta tasa de muertes

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Debido a las acciones de las maras, las tasas de homicidios de El Salvador son de las más altas del mundo: 104 por cada 100.000 habitantes en 2015; y 84 en 2016, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y estadísticas propias de El Salvador. En 2012, el Gobierno del entonces presidente Mauricio Funes estableció con las maras un proceso de tregua al negociar beneficios penitenciarios si se reducía el número de homicidios. En 14 meses el país logró disminuir los asesinatos en un 50%. Analistas locales de distintas tendencias denunciaron que las maras habían aprovechado la tregua para fortalecerse, refinar sus métodos delictivos y para ampliar su radio de operaciones.

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