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Rusia quiere incorporar a delegados de Trump y de las milicias al diálogo sobre Siria

El Kremlin invita al futuro Ejecutivo de EE UU y a los rebeldes a la reunión del día 23 en Astaná

El ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, en una rueda de prensa en Moscú, este martes.Vídeo: IVAN SEKRETAREV (AP) | REUTERS
Pilar Bonet

Rusia quiere que tanto los representantes de la nueva Administración norteamericana, que comienza su andadura el próximo viernes, como los jefes de las milicias sirias estén presentes el próximo 23 de enero en la conferencia sobre Siria que debe celebrarse en Astaná, la capital de Kazajistán, según manifestó el ministro de Exteriores ruso Serguéi Lavrov el martes en Moscú. Esta cita está todavía en fase de preparación y su “diferencia cualitativa más importante” con anteriores intentos de sentar a la mesa a todas las partes involucradas en la guerra civil en Siria será “la participación de gente que con las armas en la mano se enfrentan entre sí en tierra y que controlan determinado territorio en la República Árabe Siria”, según dijo Lavrov, en su conferencia de prensa anual. El ministro no dio ningún detalle sobre eventuales participantes concretos.

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En el proceso que comenzó en febrero bajo la égida de la ONU participaba hasta ahora sólo la oposición política, afirmó el jefe de la diplomacia rusa, según el cual resultó que “la mayoría de estos oponentes políticos no tenían influencia ni en tierra ni controlaba un territorio realmente conquistado”. Lavrov manifestó que el alto comité para las conversaciones de Siria, “cortejado” por algunos países occidentales, “adoptó la caprichosa posición” de no querer “debatir nada con nadie mientras [el presidente] Bachar el Asad no se fuera”. “No hacían nada ni dejaban que de Staffan de Mistura hiciera su trabajo”, dijo, refiriéndose al enviado especial de la ONU sobre Siria. Se llegó así a un “callejón sin salida” y de ahí, según el razonamiento de Lavrov, surgió la mediación de Turquía y de Rusia para lograr un acuerdo de alto el fuego que ha sido aprobado por el Consejo de Seguridad de la ONU. El ministro manifestó su esperanza de que el enfoque responsable predomine en Astaná, el foro convocado para que “participen no solo la oposición política, sino también por fin los jefes guerrilleros”.

Lavrov dijo que le parecía “correcto” invitar a la reunión de Astaná a representantes de la “nueva Administración norteamericana”. “Esperamos que la nueva Administración estará representada al nivel que lo considere necesario”, afirmó, y añadió que ese será el “primer contacto oficial entre Rusia y EE UU como miembros del grupo de pacificación de Siria. Según el ministro ruso, ello permitirá dar un nuevo impulso a los mecanismos de diálogo, si la Administración norteamericana “tiene intención de luchar contra el terrorismo y no como era hasta ahora”. Lavrov fue crítico con la Administración Obama y con la posición de la UE y, en diferentes momentos recurrió a expresiones como “política postcristiana” y “valores políticos postcristianos”, para calificar lo que, según él, es fundamento de un fallido rumbo adoptado tanto por la UE como por la Administración de Barack Obama.

Es sobre esta base de “pragmatismo” que el ministerio de Exteriores ruso, fiel transmisor de la línea del presidente Vladímir Putin, parece abordar la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. Según Lavrov, el nuevo secretario de Estado norteamericano Rex Tillerson considera a Rusia como una amenaza, pero también ha opinado que este país “no es imprevisible” y actúa de acuerdo con sus intereses. El ministro ruso contrapuso la “moralización y mesianismo” practicados, a su juicio, por la anterior Administración estadounidense, frente a “intereses”. “Hay que concentrarnos en la pragmática coincidencia de intereses y sobre esta base se pueden resolver muchos problemas”, dijo.

El ministro de Exteriores iraní, Mohamad Javad Zarif, indicó horas después de las declaraciones de Lavrov que su país rechaza la presencia de la Administración de Trump en la reunión de Astaná. "Nos oponemos a la presencia de Estados Unidos", ha declarado Zarif a la agencia de noticias Tasnim, subrayando que Irán "no ha invitado a Estados Unidos y está en contra de su presencia".

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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