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Los seis jóvenes alemanes murieron por intoxicación de monóxido de carbono

Las investigaciones apuntan a un horno de madera como el desencadenante de la tragedia

L. D.
Vigilia en recuerdo de los seis jóvenes fallecidos celebrada en la iglesia de Maria Sondheim en Arnstein, Alemania, el 31 de enero de 2017.
Vigilia en recuerdo de los seis jóvenes fallecidos celebrada en la iglesia de Maria Sondheim en Arnstein, Alemania, el 31 de enero de 2017. DANIEL PETER (EFE)

Las sospechas se han confirmado. La muerte de los seis jóvenes que el fin de semana conmocionó a Alemania se debió a una intoxicación por monóxido de carbono. La policía de Wurzburgo, al sur del país, informó el martes que la autopsia realizada a los seis cadáveres –una mujer de 18 años y cinco hombres de entre 18 y 19 años- apunta a una tragedia causada por un descuido en la noche del sábado. Reunidos en el cobertizo de un jardín, los indicios apuntan a un hornillo de madera como el desencadenante de las seis muertes.

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Fue el padre de dos de los jóvenes el que encontró los seis cadáveres en la pequeña localidad de bávara de Arnstein. En la gélida noche del sábado, en el que las temperaturas cayeron hasta los 11 grados bajo cero, se habían reunido en el cobertizo para celebrar el cumpleaños de uno de ellos. El padre, que llevaba horas sin saber de sus hijos y sus amigos, se acercó al lugar de los hechos en la mañana del domingo. “Las seis personas encontradas murieron por intoxicación de monóxido de carbono. Ahora debemos averiguar la causa del escape de gas”, aseguró un portavoz policial.

La policía investiga ahora más aparatos además del horno de madera, que estaba en funcionamiento durante la fiesta. Los investigadores descartan la posibilidad de que el escape de gas se debiera a una manipulación voluntaria. Cuando el pasado domingo se conocieron los hechos, los medios ya informaron de que en los cadáveres no se encontraron signos de violencia.

Un experto en este tipo de horno consultado por el diario Bild explica que las vías de escape pueden obstruirse con la ayuda de nieve o de hojas de árbol. “Este veneno ni huele ni sabe y puede hacer que la gente se quede dormida. Es algo que puede pasar en unos minutos”, asegura el técnico contactado por el tabloide.

Arnstein, el pueblo bávaro de 8.000 habitantes, celebró el lunes una ceremonia ecuménica en recuerdo a los seis jóvenes desaparecidos.

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Sobre la firma

L. D.
Es jefe de sección de Internacional. Antes fue jefe de sección de Economía y corresponsal en Berlín y Bruselas. Desde 2007 ha cubierto la crisis inmobiliaria y del euro, el rescate a España y los efectos en Alemania de la crisis migratoria de 2015, además de eventos internacionales como tres elecciones alemanas o reuniones del FMI y el BCE.

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