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El soldado Wang vuelve a China, 54 años después

Wang Qi quedó atrapado en India tras la guerra de 1962, y no había podido regresar hasta ahora

Macarena Vidal Liy
Varios refugiados huyen con sus pertenencias durante la guerra sino-India de 1962.
Varios refugiados huyen con sus pertenencias durante la guerra sino-India de 1962. GETTY IMAGES

Pocos hombres hay más felices estos días que el exsoldado Wang, Qi, de 77 años. Ha podido volver a su patria, a China, por primera vez en más de medio siglo, después de quedar atrapado en India tras la guerra que libraron ambos países en 1962.

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“Finalmente, he vuelto a casa”, sollozó el antiguo militar a su llegada a la ciudad de Xian, en el centro de China, donde las autoridades locales, sus familiares y sus amigos le habían preparado una emotiva ceremonia de bienvenida este fin de semana. “Hoy es el día más feliz de mi vida desde hace 54 años. Por fin he vuelto a este maravilloso, precioso país. No hay palabras para describir lo que siento” aseguró, en declaraciones transmitidas por la cadena de televisión estatal CCTV.

Wang viajaba acompañado de su hijo de nacionalidad india, Vishnu Wang, de 35 años, su nuera y su nieta, Khanak Wang. Su esposa, Shushila, había permanecido en India, debido a una indisposición.

En 1962, Wang había estado participando en las tareas de construcción de una carretera cerca de la línea divisoria con India. Caminando, se extravió. Se hizo de noche y no supo cómo regresar a su campamento. “Estaba cansado y hambriento. Vi un vehículo de la Cruz Roja india y pedí ayuda a sus ocupantes, que me entregaron al Ejército indio”.

Fue condenado a la cárcel como espía. Los siguientes siete años los pasó de prisión en prisión por el territorio indio, hasta que en 1969 quedó en libertad. El problema entonces pasó a ser cómo regresar a su país, pues carecía de documentos o dinero. Acabó instalándose en una pequeña localidad del estado de Madya Pradesh, en el centro de la India, donde encontró trabajo en una fábrica de harina. Allí se casó y viviría, muy pobremente, hasta ahora.

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“Estaba cansado y hambriento. Vi un vehículo de la Cruz Roja india y pedí ayuda a sus ocupantes, que me entregaron al Ejército indio”

Permanecía en contacto por correo con su familia en la provincia de Shaanxi, de la que Xian es capital. A partir de 1977 empezó a intentar recolectar toda la documentación necesaria para poder regresar a casa, pero el proceso, que implicaba a dos países cuyas relaciones nunca han sido fáciles, avanzaba con mucha lentitud.

Varios medios indios se hicieron eco de la situación de Wang, pero su caso cruzó las fronteras cuando la cadena de televisión británica BBC le dedicó un reportaje, que se viralizó en China. A comienzos de este mes, el Gobierno en Pekín indicó que el exsoldado había recibido un pasaporte en 2013 y había comenzado a cobrar una pensión.

Wang permanecerá ahora una temporada en su localidad natal, Xuezhainancun, antes de decidir cuál será su futuro definitivo. El Gobierno indio le ha facilitado un visado para que regrese si lo desea.

En su pueblo, sus paisanos aún no se hacen a la idea de que el exsoldado haya regresado finalmente a casa. El militar al que vieron por última vez en su primera juventud, aseguran, no ha cambiado mucho. “Todavía puedo reconocerle”, aseguraba uno de ellos, Wang Ming, a la agencia de noticias china Xinhua. “Todos en esta aldea hemos estado esperando su vuelta, y estamos encantados de que lo haya conseguido”.

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Sobre la firma

Macarena Vidal Liy
Es corresponsal de EL PAÍS en Washington. Previamente, trabajó en la corresponsalía del periódico en Asia, en la delegación de EFE en Pekín, cubriendo la Casa Blanca y en el Reino Unido. Siguió como enviada especial conflictos en Bosnia-Herzegovina y Oriente Medio. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.

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