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Suecia recupera el servicio militar obligatorio

El país nórdico lo eliminó en 2010 y lo recuperará para 2018

La situación de cierta inestabilidad geopolítica en Europa no sólo representa un tremendo quebradero de cabeza para los países del Este, que en su mayoría se sienten amenazados por la influencia de Rusia, sino que esa inseguridad ha llegado también a Escandinavia. Suecia ha anunciado este jueves que a partir de 2018 recuperará el servicio militar obligatorio —combinado con el voluntario—, que ya abandonó en 2010 de manos del entonces Ejecutivo conservador. 

Soldados suecos patrullan en la isla de Gotland en verano de 2016.
Soldados suecos patrullan en la isla de Gotland en verano de 2016. TT NEWS AGENCY (REUTERS)

En el primer año, la medida afectará a unos 4.000 hombres y mujeres nacidos en 1999, sobre un total de 88.000 nacidos ese año. Los convocados a las armas serán elegidos entre un grupo de 13.000 personas previamente seleccionadas mediante cuestionarios. El número de reclutados subirá progresivamente de 4.000 hasta 8.000 en 2025.

Esta medida se debe a la “dificultad” del Gobierno para encontrar voluntarios que quieran servir en las Fuerzas Armadas del país, ha asegurado el ministro de Defensa sueco, Peter Hultqvist. Los ciudadanos susceptibles de ser llamados a filas por esta medida del Gobierno de centro izquierda deberán haber nacido a partir de 1999 (que hoy tengan 17 años) y afectará tanto a hombres como mujeres. Pero no a todos. El Gobierno en su página web advierte de que se deben cumplir ciertas características como la motivación y el interés personal. Los seleccionados serán llamados en julio y comenzarán el servicio el primer día de 2018 durante, al menos, 11 meses continuados. "[Hasta ahora] Hemos tenido dificultades al convertir el servicio militar en voluntario y esto lo tenemos que atajar de alguna manera”, se ha justificado el ministro en la emisora de radio pública SR. A partir de ahora, Hultqvist se fijará en la manera de poder adaptar el modelo de Noruega a la vecina Suecia. Finlandia y Dinamarca también gozan de un servicio militar obligatorio.

“Creo que esta medida es algo que muchos [ciudadanos] vemos como penoso, algo que hicieron nuestros padres, y [ahora] hay otras muchas cosas más divertidas para hacer”, declaró Sofía Hultgren, una estudiante de 16 años, a Reuters. Admite, sin embargo, que el reclutamiento puede dar lugar a una situación de reforzamiento de las Fuerzas Armadas. Critica la medida, pero no se opone. De hecho, una encuesta de 2016 reveló que cerca del 70% de los suecos estarían a favor de un reclutamiento obligatorio. Ahora esta joven, que cumplirá 17 años en unas semanas, podría ser uno de los 4.000 suecos que el año que viene serán llamados a filas, aunque ese número podría aumentar “si la situación se deteriora”, según explica un experto a la radio SR. 

En 1991, año en que la URSS desapareció, el país escandinavo gastaba en Defensa el 2,5% del PIB (hoy el objetivo de la OTAN es del 2%, algo que incumplen la mayoría de países). En 2015, Estocolmo gastaba el 1,1%, según cifras del Instituto de Investigación Internacional para la Paz (SIPRI, por sus siglas en inglés), basado en Estocolmo. Según el plan de Defensa sueca 2016-2020, el gasto del Gobierno en sus fuerzas armadas irá creciendo paulatinamente de 43.355 millones de coronas suecas (4.500 millones de euros) en 2016 hasta 50.076 millones de coronas suecas en 2020 (5.200 millones de euros).

Suecia, que tradicionalmente comparte con Finlandia el estatus de país no alineado (con la OTAN), ha notado cómo la tensión en el Báltico ha ido en aumento tras la anexión de la península de Crimea (Ucrania) por parte del Gobierno ruso de Vladímir Putin durante la primavera de 2014. Pero a pesar de que en Suecia existe el debate de pertenencia o no a la Alianza Atlántica, la gran mayoría se ha mostrado reticente a entrar. Ahora, sin embargo, la amenaza está más cerca según dejan ver los movimientos del Gobierno.

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El norte se refuerza

En Noruega, que forma parte de la OTAN, desembarcó en Trondheim el pasado enero un contingente de 300 soldados estadounidenses por primera vez desde la Guerra Fría. Y Finlandia, país que comparte una larga frontera con Rusia —y una larga historia de ocupaciones también— debate sobre un aumento en el gasto militar y en el número de tropas que iría de 230.000 hasta 280.000, entre otras medidas.

El Gobierno noruego lleva semanas quitándole hierro al movimiento estratégico y asegura que no hay un incremento de la tensión con Rusia, país con el que comparte frontera septentrional. “Sin embargo, existe un claro elemento de señal política”, explicaba hace días Karsten Friis, del Instituto Noruego de Asuntos Internacionales (NUPI), por correo electrónico. De hecho, los soldados están apostados en una localidad a caso 1.500 kilómetros de las puertas de Rusia.

No obstante, el movimiento es un gesto que marca músculo militar: “Noruega remarca a Rusia que es un aliando de EE UU, y EE UU señala a Noruega y a Rusia que está del lado de los socios de la Alianza Atlántica”, sentencia el experto.

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