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Cárcel para el alcalde de Dakar, el gran rival del presidente de Senegal

Khalifa Sall, acusado de no justificar 2,7 millones de euros, denuncia un complot para apartarle de la carrera presidencial

José Naranjo
Khalifa Sall, alcalde de Dakar, en una foto de 2009.
Khalifa Sall, alcalde de Dakar, en una foto de 2009.GEORGES GOBET (AFP)

El alcalde de Dakar, Khalifa Sall, ingresó este martes por la noche en prisión acusado de malversación de fondos públicos, en concreto 2,7 millones de euros, cuyo uso no ha podido justificar. El destacado político socialista y primer edil de la capital senegalesa desde el año 2009 está considerado el gran rival del actual presidente de Senegal, Macky Sall, de cara a las elecciones presidenciales de 2019 y una de sus grandes preocupaciones ante las legislativas del próximo mes de julio. Sus abogados han denunciado que esta acusación es una maniobra política para excluirle de la carrera presidencial.

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El procedimiento que ha conducido a Sall a la prisión de Rebeuss, bajo arresto pero pendiente de juicio, tiene su origen en un informe de la Inspección General del Estado que denunciaba que entre 2011 y 2015 no se justificaron de la manera adecuada unos 2,7 millones de euros procedentes del Estado y destinados a la atención de las necesidades más urgentes de la población vulnerable. En concreto, el órgano fiscalizador estatal reprocha a Khalifa Sall y su equipo haber generado facturas falsas para intentar justificar a posteriori el uso fraudulento de este dinero.

Tras ser interrogado por los auditores los pasados 21 y 22 de febrero, el alcalde de Dakar y varios de sus colaboradores fueron convocados este lunes por un juez de instrucción a instancias del Fiscal General de la República, Serigne Bassirou Gueye, quien aseguraba que se había detectado la presencia de un gran número de facturas falsas a nombre del Ayuntamiento en concepto de compra de arroz y mijo para la población sin recursos.

El pasado domingo, el propio Khalifa Sall dio una rueda de prensa en Dakar en la que negó estas acusaciones y denunció “un complot político” destinado a apartarle de la carrera presidencial. “Me han hecho saber por distintos cauces que debía apartar mis ambiciones políticas si quería que este procedimiento judicial se detuviera”, aseguró Sall, quien además expresó que “si tengo que ir a prisión estoy listo. Ya he preparado a mi esposa, mis hijos y mis amigos para ello”.

Senegal celebra elecciones legislativas el próximo 30 de julio y hasta ahora ningún partido de la oposición parece tener la fuerza suficiente para arrebatar a Benno Bokk Yakaar, la coalición que sustenta al Gobierno, su amplia mayoría parlamentaria. Sin embargo, mientras el Partido Democrático Senegalés (PDS) aún a las órdenes del octogenario Abdoulaye Wade sigue sin acometer la renovación de sus dirigentes, la figura de Khalifa Sall se presenta como la única capaz de hacer sombra al actual presidente.

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Desde que su partido apoyó a Macky Sall en las presidenciales de 2012, Khalifa Sall ha formado parte de Benno Bokk Yakaar. Sin embargo, sus constantes diferencias con el presidente senegalés le habían conducido a una ruptura con el Partido Socialista y a anunciar, el pasado mes de diciembre, la presentación de una lista autónoma a las elecciones legislativas de julio. De hecho, el alcalde de Dakar había iniciado contactos con otros partidos de la oposición para crear una candidatura conjunta.

Su posición crítica dentro del PS y su enfrentamiento con el jefe del Estado habían ido incrementando su popularidad en los últimos años hasta el punto de estar considerado un firme candidato a enfrentarse a Macky Sall en los comicios de 2019. Por eso, este pulso judicial es percibido por una parte de la sociedad senegalesa como un intento del presidente de despejar su camino hacia su reelección.

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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