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La derecha francesa asume la candidatura de Fillon como mal menor

Al goteo de escándalos que envenena la campaña del líder conservador se suma ahora la ocultación de patrimonio

François Fillon, a su llegada a un encuentro con representantes de territoriales en París, este miércoles.
François Fillon, a su llegada a un encuentro con representantes de territoriales en París, este miércoles.CHRISTOPHE PETIT TESSON (EFE)
Carlos Yárnoz

En medio de un dramático y público viacrucis, el católico François Fillon acaba de llegar el pasado día 4 a su 63 cumpleaños con su imagen por los suelos y sufriendo los peores golpes y censuras de su vida. El flamante ganador de las primarias de la derecha en otoño y enseguida claro favorito a conquistar el Elíseo ha dilapidado su tesoro electoral y ha provocado un cisma en Los Republicanos. Todo en solo tres meses, los más amargos de la carrera del ex primer ministro, pero se ha encastillado y su partido no ha tenido más remedio que asumir a un candidato que en una semana será imputado por malversación de fondos públicos.

Todo empezó con ocultamientos y mentiras y así sigue hasta hoy. El 14 de octubre pasado, durante un debate entre candidatos de las primarias de las derechas, Fillon se presentó como “el presidente de la honestidad” y preguntó mirando al imputado Nicolas Sarkozy: “¿Quién se imagina a De Gaulle imputado?” El 24 de noviembre, en su debate final frente a Alain Juppé, aseguró que los ministros deben tener una “actitud ejemplar” y tienen que dimitir si son imputados.

La noche del pasado 27 de noviembre, eufórico con el triunfo sobre Alain Juppé en la segunda vuelta de las primarias, Fillon prometió “verdad y hechos” tras haber desgranado un duro proyecto para el país: trabajar más horas, recortes sociales, restricciones en el acceso a la sanidad pública, 500.000 funcionarios menos, endurecimiento de la reforma laboral.

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La verdad, sin embargo, llegó el 25 de enero en las páginas del semanario satírico Le Canard Enchainé, que destapó los sueldos de Penelope Fillon como supuesta asistente parlamentaria de su marido: más de 900.000 euros desde 1998, más otros 45.000 de indemnización.

El entonces candidato acusó de “misoginia” al semanario. Además, pidió una investigación rápida y se comprometió a dimitir si era imputado. Unos días después, cuando la Fiscalía Nacional Financiera registró el Parlamento e interrogó al matrimonio, Fillon se quejó de la "inusitada celeridad" de la justicia en este caso. “No confundir velocidad con precipitación”, precisaron sus abogados.

El 9 de febrero, el candidato conservador dijo ser víctima “de una investigación ilegal” porque no se respetaba el principio de la separación de poderes. “Es un proceso más mediático que jurídico”.

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A mediados de febrero, anunció que no dimitiría aunque fuera imputado y que se remitía “al veredicto de las urnas”. El pasado día 1, al enterarse de que será imputado el día 15, aseguró ser víctima de “un asesinato político”. “Solo el sufragio universal, y no un procedimiento lanzado ad hoc en mi contra puede decidir quién es el presidente de la República”.

“No cederé, no me rendiré, no me retiraré”, dijo ese día. Fue la señal para iniciar la masiva huida de colaboradores de un barco a la deriva con su capitán desnortado. Dejaron de colaborar con él más de 300 dirigentes y cuadros del partido y se quedó sin director de campaña, tesorero y portavoz.

El empresario que le prestó dinero es el que pagó 100.000 euros a su esposa Penelope

Fue el principio del fin. O eso parecía. Pero no. La derecha más dura ha cerrado filas con su líder, como lo demostraron 40.000 de sus leales en París este domingo. Y su cerrada negativa a dimitir se ha llevado por delante a su propuesto sucesor, Juppé, y ha obligado a la cúpula de Los Republicanos a apoyarle con ruedas de molino.

Pero la erosión y el descrédito continúan. Le Canard Enchainé destapa esta semana que Fillon no declaró un préstamo de 50.000 euros que le hizo su amigo empresario Ladreit de Lacharrière. Este editor contrató a Penelope Fillon en la revista Revue des deux Mondes por 5.000 euros al mes durante todo el año 2013. La mujer solo publicó en ese periodo dos artículos con seudónimo y se embolsó 100.000 euros.

Nada frena a Fillon, que se siente víctima de un compló. Sus fieles lo jalean pese a todo, pero sus mensajes de campaña son inaudibles cuando no se prestan a chanzas. Este martes pasado, sin ir más lejos, ha difundido un comunicado por el Día Internacional de la Mujer, celebrado este miércoles, con este mensaje: “Haré de la defensa de las mujeres un eje prioritario de mi mandato”. Al menos en su casa, así ha sido.

Pase lo que pase, es el candidato de los duros. El conservadurismo ha impregnado la vida de Fillon. Desde que nació cerca de Le Mans, al lado del circuito de velocidad, y durante su larga carrera política, que comenzó con solo 23.

El calendario se echa encima

C. Y.

MARZ0

Día 15: François Fillon será imputado.

Día 17: Concluye el plazo para presentar ante el Consejo Constitucional los 500 avales de cargos electos exigidos a cada candidato. Fillo ya ha entregado 1.500.

Día 20: Primer debate en la cadena TF1 de los cinco principales aspirantes.

Día 21: Se publica la lista oficial de candidatos.

ABRIL

Día 10: Comienzo oficial de la campaña.

Día 20: Segundo debate en France 2.

Día 23: Votación. Primera vuelta.

MAYO

3 de mayo: Debate de los dos finalistas.

7 de mayo: Votación. Segunda vuelta.

Hijo de un historiador y una notaria, Fillon se educó con los jesuitas. Considera que el aborto no es “un derecho fundamental”, aunque así figura en la ley francesa, y que se debe restringir la adopción a las parejas homosexuales.

En la Francia republicana que ha sumado el laicismo a sus tres principios básicos libertad, igualdad, fraternidad, Fillon afirma que sabe separar fe y política. “Pero tengo un compromiso religioso, tengo una fe, y no aceptaré que el Estado me impida practicarla”.

Estudió Derecho en París y allí conoció a su esposa, Penelope Clark, de Gales, con la que se casó dos veces —en Francia por lo civil, en Gales por la iglesia— y ha tenido cinco hijos.

Entró en política en 1976 como ayudante del diputado Joël Le Theule, amigo de su madre y padrino político del ahora defenestrado líder. A los 27, Fillon se convirtió en el diputado más joven de Francia.

Desde entonces, no se ha bajado de un coche oficial. Alcalde, diputado o senador, presidente de asamblea regional, seis veces ministro, jefe de Gobierno.

Serio, reservado, con poco sentido del humor, según sus colaboradores, redactó el programa para Nicolas Sarkozy y este le designó primer ministro en 2007. Pese a las tensiones entre ambos por el desprecio público que le dedicaba el jefe del Estado —le llamaba “colaborador”—, Sarkozy lo mantuvo en el puesto durante los cinco años de mandato, un gesto excepcional en Francia.

La historia da muchas vueltas. Ahora, un hombre de Sarkozy, François Baroin, será primer ministro si Fillon gana. Parece imposible, pero esta es la campaña más volátil, la de las sorpresas.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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