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Estados Unidos prohíbe llevar ordenadores y tabletas en cabina en vuelos desde ocho países

Los aparatos deben viajar en la bodega del avión en rutas desde Oriente Próximo y África

Imagen de archivo del control de seguridad en un aeropuertoFoto: reuters_live
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El Gobierno estadounidense ha prohibido a los pasajeros que viajen en vuelos desde 10 aeropuertos en Oriente Próximo y Norte de África a Estados Unidos llevar en la cabina de la aeronave grandes aparatos electrónicos, según anunció este martes el Departamento de Seguridad Interior. Los dispositivos tendrán que viajar en la bodega del avión dentro de la maleta facturada del pasajero. La restricción, que responde a una presunta amenaza terrorista, incluye aparatos como un ordenador portátil, una tableta o una cámara de fotos, pero quedan excluidos teléfonos móviles y determinados artefactos médicos.

La medida solo afecta a aerolíneas extranjeras que vuelan desde ocho países de mayoría musulmana: Egipto, Turquía, Kuwait, Qatar, Marruecos, Jordania, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos. La restricción no se aplica en los vuelos que parten de Estados Unidos, sino únicamente en los que lo tienen como destino. Las compañías afectadas tendrán hasta el viernes para adecuar sus normas de seguridad a la nueva directiva, cuya vigencia es indefinida, según la agencia Reuters.

Desde que asumió la presidencia estadounidense a finales de enero, Donald Trump ha promovido una política fronteriza de mano dura. El republicano ha aprobado dos decretos, ambos parados por la justicia, para prohibir temporalmente la entrada a EE UU de ciudadanos de determinados países de mayoría musulmana alegando motivos de seguridad. Trump también ha ampliado el número de agentes fronterizos.

Poco después de hacerse oficial la medida, Emirates incluyó el aviso en su página web. La compañía de Dubái, sin duda la más afectada por el elevado número de vuelos que mantiene con EE UU, anunció que la restricción será efectiva a partir del próximo sábado, día 25, y estará en vigor hasta el 14 de octubre, informa Ángeles Espinosa.

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A quién afecta la medida

La medida puesta en marcha por la administración Trump afectará a nueve compañías aéreas —Saudi Arabian Airlines, Royal Jordanian Airlines, Emirates, Etihad, Qatar Airways, Kuwait Airways, Turkish Airlines, Egypt Air y Royal Air Maroc—. Estas tendrán cuatro días para adecuar sus normas a la nueva disposición que afectará a estos diez aeropuertos: El Cairo, Estanbul, Kuwait, Doha, Casablanca, Ammán, Riad, Jeddah, Dubái y Abu Dhabi.

Además, precisa, que afecta no sólo a los pasajeros que salgan desde el aeropuerto de Dubái con destino a EE UU, sino también a aquellos en tránsito. Emirates opera 119 vuelos a la semana a varias ciudades estadounidenses, entre ellas Nueva York, Los Ángeles, Boston y Seattle. Gran parte de sus pasajeros provienen de Asia y hacen escala en Dubái antes de proseguir viaje hacia su destino final. Ninguna compañía de EE UU vuela directamente desde el emirato.

Es habitual que EE UU refuerce de repente la seguridad en determinados vuelos desde el extranjero, pero es inusual que impulse una restricción tan severa como esta. Las nuevas normas se habrían hecho necesarias tras una detallada evaluación por parte de los servicios de inteligencia estadounidenses, según afirmó a Reuters un funcionario estadounidense.

Washington tomó la decisión tras obtener información sobre las técnicas de diseño de explosivos de Al Qaeda tras una operación antiterrorista contra el grupo el pasado enero en Yemen.  El funcionario subrayó que los vuelos comerciales siguen siendo uno de los objetivos de los grupos terroristas y que la medida es "adecuada" para defender la seguridad de los pasajeros. 

En julio de 2014, EE UU autorizó temporalmente a los agentes de seguridad en los aeropuertos a pedir a los pasajeros que encendieran sus aparatos electrónicos y, en caso de no tener suficiente batería para hacerlo, se los podían confiscar. El refuerzo de la seguridad afectó a algunos aeropuertos de África, Europa y Oriente Próximo con vuelos directos a ciudades estadounidenses y respondió al temor de que Al Qaeda hubiese desarrollado un nuevo tipo de bombas muy difíciles de detectar.

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