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“Permitir que el PRI siga en el Gobierno es traición a la patria”

El presidente municipal de la capital de Jalisco impulsa una tercera opción que contraste con los proyectos del PRI y de Andrés Manuel López Obrador

Luis Pablo Beauregard
Enrique Alfaro y Miguel Ángel Mancera, en septiembre de 2016.
Enrique Alfaro y Miguel Ángel Mancera, en septiembre de 2016.Diego Sánchez (Cuartoscuro)

Enrique Alfaro conoce bien la fuerza del discurso antisistema. Este político conquistó en 2015 la alcaldía de Guadalajara, una de las tres ciudades más importantes de México, impulsado por un movimiento que rechazaba a los partidos políticos. Su triunfo, junto al del independiente Jaime Rodríguez Calderón El Bronco , en Nuevo León, marcó un parteaguas en el sistema político mexicano. Para 2018, Alfaro hace un llamado a construir una “tercera alternativa” que contraste con los dos grandes proyectos que se disputan las presidenciales del próximo año: el PRI y el movimiento de Andrés Manuel López Obrador. “México ya no aguanta más de lo mismo. Tenemos que construir algo distinto, un proyecto de refundación nacional donde hagamos coincidir a actores políticos que hoy parecen antagónicos”.

La ruta de Alfaro incluye una gran coalición de los grandes partidos de la oposición —el PAN y el PRD— unidos a otras fuerzas en torno a un programa de Gobierno y de principios. “Creo que debería ser una agenda de libertades, de igualdad, de respeto a los derechos de todos y un planteamiento que supere dogmas y que entre de fondo a los problemas del país”.

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“México ha estado durante mucho tiempo al servicio de los partidos. Ha llegado el momento de que los políticos se pongan al servicio de México”, señala el alcalde de 43 años. Alfaro imagina esta gran coalición liderada por un candidato “capaz de dignificar la política”. “Es momento de que los políticos entiendan el nivel de cansancio que tiene la gente”, afirma este ingeniero civil con una maestría en urbanismo.

Alfaro desea reeditar nacionalmente el modelo local que lo catapultó al poder. El hoy alcalde utilizó a Movimiento Ciudadano, un partido minoritario de izquierdas, como vehículo electoral. En 2012 buscó el Gobierno de Jalisco, pero perdió a manos del aspirante del PRI, Aristóteles Sandoval. En 2015, sin embargo, ganó la alcaldía con un triunfo aplastante con un mensaje ciudadano ligeramente escorado a la izquierda. Su fuerza en la región se caracteriza por oponerse tajantemente a los grupos de facto que han controlado al estado, entre ellos el que domina a la Universidad de Guadalajara.

El alcalde de la capital de Jalisco descarta ser quien lidere esta tercera alternativa. Alfaro prepara su segundo asalto a la gubernatura. Parte como el rival a vencer rumbo a las elecciones de junio de 2018 a pesar de que su gestión no ha estado libre de polémicas. Sus adversarios trataron de vincular su Administración al narcotráfico cuando hallaron al hijo de un capo trabajando para la alcaldía. No obstante, su capital político representa un potente fenómeno local que puede reunir 1.5 millones de votos en Jalisco y hasta 2.5 millones si se suman estados donde tiene influencia: Colima, Sinaloa, Sonora, Nayarit. Este respaldo hace muy apetitosa su oferta rumbo a las presidenciales.

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México ha estado durante mucho tiempo al servicio de los partidos. Ha llegado el momento de que los políticos se pongan al servicio de México

El proyecto nacional que Alfaro impulsa planea llenar el centro político y alejarse de la izquierda, un sector que López Obrador ha monopolizado desde 2006. “En esa cancha él tiene una fuerza innegable y si quieres contrastar no puedes plantear lo mismo. Necesitamos un proyecto antisistémico que parta de reconocer que el país tiene instituciones que funcionan. La apuesta de dinamitar todo no lleva a nada bueno”.

Alfaro admite que en las semanas recientes se ha reunido con políticos de todos los partidos de oposición: Margarita Zavala, Ricardo Anaya, Rafael Moreno Valle, Miguel Ángel Mancera, El Bronco, Jorge Castañeda, Armando Ríos Piter y Juan Ramón de la Fuente. “Hay un diálogo amplio y la posición es firme. Sobre la mesa vamos a poner una opción distinta. Si los partidos quieren ir por la ruta de siempre que les vaya bien”.

El alcalde de Guadalajara asegura estar presionando para lograr un compromiso de los actores políticos para finales de abril. En sus reuniones dice estar sugiriendo a varios aspirantes que declinen sus intenciones personales en favor del proyecto que aún se esboza. Alfaro cree que el gran acuerdo nacional tendrá que forjarse antes de las elecciones de junio de este año, pues los comicios del Estado de México podrían marcar un punto de no retorno rumbo a 2018. “Estamos ante la posibilidad de que por nuestros errores e incapacidad para llegar acuerdos permitamos que el PRI siga en el Gobierno. Y eso sí sería un acto de traición a la patria”.

AMLO y la izquierda

La propuesta de Alfaro se distancia del Cuarto Polo, un movimiento ideado por los dirigentes de los partidos de izquierdas para dejar atrás las fricciones y acudir unidos en la boleta electoral de 2018. “Hay un grave error de planteamiento al pensar que el objetivo de este proyecto es parar a Andrés [Manuel López Obrador]. Ese no puede ser el objetivo. También es un grave error pensar que este es un asunto de izquierdas y de derechas”. Alfaro también asegura que el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, no es el candidato definitivo del movimiento que se está formando. “Sería un grave error estar pensando en candidatos antes de pensar en el proyecto”, sentencia.

Alfaro inició su trayectoria política en el PRI. Después abandonó este partido para saltar al PRD, donde coordinó la campaña de López Obrador en Jalisco en 2006. Ambos hicieron campaña como candidatos en 2012. La relación entre los dos se descompuso hace algunos años, cuando López Obrador lo acusó de ser una marioneta del PRI por no haberse ido a su Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). La comunicación entre ambos políticos está rota desde finales de 2012. Sin embargo, Alfaro no deja a un lado la posibilidad de recuperar la interlocución. “En la mesa de diálogo me gustaría que estuviera Andrés Manuel, pero para ello se necesita que deje la soberbia y que deje de decir que quien no está con él es malo por definición”.

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Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.

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