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El hallazgo del cadáver de un niño mutilado conmueve a Argentina

Un cuerpo sin órganos ni cerebro aparece en una carretera y obliga a reconstruir el rostro en forma digital

El arroyo donde fue encontrado el pequeño cadáver.
El arroyo donde fue encontrado el pequeño cadáver.Télam

Un suceso que no encuentra antecedentes por sus características ha conmocionado a la opinión pública de Argentina y tiene ocupada a gran parte de la policía científica del país desde hace casi una semana. El hallazgo de un pequeño cuerpo mutilado, a la vera de una carretera provincial, se ha convertido en uno de los casos más difíciles de resolver para los investigadores, que hasta el momento no descartan ninguna hipótesis. “No había órganos, ni vísceras, ni dientes. Tenía amputadas las manos y los pies”, dice a EL PAÍS la fiscal Ana María Caro, a cargo de las pesquisas. Hasta el momento no pudo determinarse siquiera el sexo de la joven víctima que, por el tamaño del cuerpo, se cree que tendría entre dos y tres años. El cadáver presenta una intervención quirúrgica en la calota (la parte superior del cráneo), un detalle que agrega aún más desconcierto.

Los ribetes macabros comienzan desde el hallazgo mismo del cuerpo el pasado martes, a la vera de una carretera provincial que une la localidad de Miramar (a 470 kilómetros de Buenos Aires) con Mar del Sud, una pequeña y apacible localidad balnearia cercana a Mar del Plata, que si alguna vez figura en las noticias es por la aparición de un cachalote encallado en la playa o algún robo de poca monta. El que se encontró con el horror fue un hombre que circulaba en bicicleta en horas de la madrugada y divisó a unos perros hurgando entre los pastizales contiguos al arroyo Los Totoras, un hilo de agua que desemboca en el mar. Al acercarse encontró al pequeño cuerpo en momentos en que los animales lo mordían y sólo atinó a ahuyentar a los canes y llamar a la policía. Horas más tarde, las autoridades del municipio de General Alvarado confirmaban la noticia.

La fiscal Ana María Caro reveló que además de habérsele amputado las extremidades, el cuerpo estaba vacío de órganos, con las piezas dentales arrancadas –incluso las muelas que todavía no le habían salido- y sin cerebro, pero con la tapa del cráneo vuelta a coser. Dos días más tarde se sumó otro dato estremecedor: el cuerpo había sido enfriado, lo que dificulta establecer una fecha de muerte concreta. “No podemos descartar ninguna hipótesis y recién sobre el final de esta semana podremos tachar alguna”, confía la fiscal. El cuerpo podría haber sido víctima de un homicidio, profanación o sustracción de alguna morgue. “A mi modo de ver me inclinaría por el robo en una morgue, aunque todavía no se puede establecer nada”, agrega Caro. Entre los móviles que se investigan están la venta de órganos, un rito satánico (existen antecedentes en Argentina pero con niños algunos años mayores), o la utilización del pequeño cuerpo para el transporte de drogas. “Algunos no son delitos usuales acá, pero no por eso podemos descartarlos”, amplia la fiscal. Por último, se trabaja sobre otra hipótesis de un chico oriundo de Tucumán, que desapareció en noviembre junto a su madre y tiene esa edad.

El otro problema que le surgió a la policía fue la inexistencia de denuncia de paradero de una persona con esas características, por lo que fue necesario golpear puerta por puerta en todo el municipio, donde viven unas 40.000 personas, y pedir informes al resto de las localidades de la Provincia de Buenos Aires y sus morgues. Todas las respuestas fueron negativas. A seis días del hallazgo, la fiscal solicitó pruebas de ADN sobre varias partes del cuerpo y restos de pelo que se encontraron en la cinta asfáltica y que se desparramaron, en teoría, cuando los perros arrastraron el cadáver. También esperan los resultados del análisis toxicológico y la realización de una técnica nunca usada en Argentina: la construcción digital del rostro del niño o niña, para conocer al menos su sexo.

El procedimiento es el mismo que resultó clave para determinar la identidad de Bella Bond, una beba de casi tres años que fue hallada muerta, envuelta en bolsas plásticas, en inmediaciones al puerto de Boston, en Estados Unidos, y que durante meses nadie sabía quién era. Esa tarea está a cargo de los mejores efectivos de la policía científica y los resultados se esperan para finales de esta semana. El misterio, mientras tanto, ya se apoderó de todos.

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