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Uribe capitaliza la marcha contra Santos en Colombia

La movilización, promovida por el expresidente colombiano, fue la antesala a la campaña de las presidenciales del próximo año

Vídeo: JUAN CARLOS ZAPATA
Sally Palomino

Renuncie Santos estampado en camisetas, afuera las FARC escrito en pancartas, no queremos ser Venezuela, impreso en enormes vallas. Miles de colombianos salieron este sábado a las calles a gritar las razones por las que, según ellos, se oponen al Gobierno del presidente Juan Manuel Santos. La marcha del 1 de abril, promovida por el expresidente Álvaro Uribe; el exprocurador Alejandro Ordóñez, el ex vicepresidente Francisco Santos y otros líderes que llevan la bandera de la oposición, de la derecha y del conservadurismo nacional se midieron en las calles. Y ganaron, a juzgar por la gran movilización de ciudadanos que lograron.

En la capital, Bogotá, desde antes de la hora pactada para el inicio de la protesta, la multitud, en su mayoría vestida con la camiseta de la Selección de fútbol de Colombia, llenaba los alrededores del Parque Nacional. Desde allí partieron rumbo a la Plaza de Bolívar, en donde tras una caminata de casi dos horas, los opositores levantaron una tarima frente al Congreso y a pocos pasos de la Casa de Nariño (sede presidencial) para hablar del "nuevo rumbo" que necesita el país.

Pablo Robayo, bajo la lluvia que amenazó con minimizar la marcha, caminó sin dejar de sostener una pancarta con la foto de Andrés Felipe Arias, condenado a 17 años de cárcel por la Corte Suprema de Justicia tras comprobarse su responsabilidad en la dudosa gestión de dinero mientras fue el ministro de Agricultura del Gobierno del propio Uribe. "Que el mundo sepa que en Colombia hay perseguidos políticos. Que se ha hecho una campaña para atacar a los funcionarios del presidente Álvaro Uribe". Para Robayo, las pruebas que ha dado el Supremo colombiano para su condena, no fueron suficientes. Por eso marcha. Del círculo cercano al expresidente Uribe hay 18 funcionarios investigados, y algunos ya condenados. En la protesta de este sábado, quienes creen en su inocencia decidieron hacerlo público en las calles.

También lo hicieron quienes rechazan el "nuevo concepto de familia". Como lo dice Clara Bautista, una mujer que con una cruz colgando de su cuello asegura que la marcha es "para defender a la patria del modelo de familia que se quiere imponer". Muy cerca, el grupo de Martha Lucía Ramírez, como se identificaban, hablaba del "rescate" que necesita Colombia tras la firma del acuerdo de paz con las FARC. Con la frase "yo doy un paso adelante" en sus camisetas, los ciudadanos convocados por la exministra de Defensa (en el Gobierno de Uribe) y líder del movimiento conservador nacional, hablaban del "miedo" que sienten ante lo que llaman una "inminente" entrega del país a la guerrilla. "Vamos a terminar igual que Venezuela, hundidos en una dictadura. Alguien tiene que evitar que las FARC lleguen al poder", decía la empresaria Patricia Castro.

Mientras en Bogotá la marcha mostraba el apoyo a la oposición, en Medellín con la presencia del expresidente Uribe se confirmaba la capacidad del ahora senador para mover gente. "Esta marcha tiene que seguir en una campaña amplia y generosa para construir una gran coalición que gane las elecciones el próximo año", dijo en su discurso Uribe, ante sus seguidores en la capital de Antioquia, su región. Tras pedir un minuto de silencio por las víctimas de la tragedia que este sábado enluta al país después de que el desbordamiento de tres ríos en el sur dejara más de 150 muertos, Uribe continuó con lo que parecía el inicio de su campaña política de cara a las presidenciales de 2018. "Vamos a trabajar para revocar la justicia humillante creada con los caprichos del terrorismo. Esta marcha continúa para trabajar en la recolección de firmas para que haya que revocar lo que sea necesario".

Casi como un eco, en la Plaza de Bolívar, en Bogotá, se escuchaba un discurso parecido. "Estamos aquí para decirle a Juan Manuel Santos que es un presidente ilegítimo y que aquí no va a pasar lo mismo que Venezuela. Estamos dispuestos a lo que sea menester, no vamos a entregar el país a las FARC", decía Ordóñez, de quien se cree que tan solo estaba a la espera del resultado de este marcha para anunciar su candidatura presidencial. Si necesitaba ver una multitud para lanzarse al ajedrez político, en cuestión de días seguramente será oficial su aspiración.

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Aunque en un principio la marcha tenía como fin pronunciarse contra la corrupción, terminó convertida más en un grito contra Santos, contra las FARC y contra la diversidad. Pocos de los manifestantes estaban enterados de la trágica noticia de la avalancha con la que había amanecido el país. Sin embargo, en medio de las arengas políticas en el centro de Bogotá, como en Medellín, se hizo un minuto de silencio por las vidas arrebatadas por los desbordamientos de agua en el Putumayo.

La Colombia que votó por el No al acuerdo de paz con las FARC en el plebiscito parece no haber quedado conforme con los ajustes que se hicieron posteriormente al acuerdo. En la jornada del sábado, quedó claro que la paz será determinante para las elecciones que se avecinan y la oposición, con esta marcha, probó en el terreno que el discurso, basado en argumentos debatibles y hasta imprecisos, de que las FARC llegarán al poder y el país será entregado a ellos, funciona. Al menos para mover gente, que en unos meses se podría traducir en votos.

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Sobre la firma

Sally Palomino
Redactora de EL PAÍS América desde Bogotá. Ha sido reportera de la revista 'Semana' en su formato digital y editora web del diario 'El Tiempo'. Su trabajo periodístico se ha concentrado en temas sobre violencia de género, conflicto armado y derechos humanos.

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