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Los proveedores de Internet podrán vender la información de los usuarios en EE UU

Trump elimina las protecciones a la privacidad de los internautas que aprobó Obama

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump.WIN MCNAMEE (AFP)

Las principales proveedoras de Internet en Estados Unidos aseguran que no venderán los datos de navegación de los usuarios a pesar de tener permiso para hacerlo. El presidente Donald Trump acaba de ratificar la ley impulsada por el Partido Republicano en el Congreso y que da luz verde a las empresas que proporcionan la conexión a Internet para vender datos como su localización, su historial de búsqueda o las aplicaciones que ha descargado en su tableta, a compañías de publicidad.

“Nosotros no vendemos el historial de navegación de nuestros clientes. No lo hacíamos antes de que se adoptaran las nuevas reglas y no tenemos intención de hacerlo ahora”, declaró en un comunicado el responsable de privacidad de Comcast, Gerard Lewis. Su homólogo en Verizon, otra de las grandes proveedoras estadounidenses, declaró que la compañía “no vende la información de dónde navegan nuestros usuarios” y el de la telefónica AT&T añadió que “no vendemos información personal a nadie y por ningún motivo”.

A pesar de que las proveedoras declaran estar “comprometidas con la privacidad”, la aprobación de la ley ha disparado las alarmas en EE UU por la falta de protección a los datos de los usuarios. En respuesta, varios Estados consideran regular independientemente lo que pueden hacer las operadoras con la información de los clientes que se conectan a la red desde dentro de su territorio.

La ley que acaba de firmar Trump elimina regulaciones impuestas por la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) durante la era Obama. A pesar de que no habían entrado en vigor aún, aquella normativa establecía que los proveedores de Internet sólo pueden comercializar los datos de sus usuarios si estos dan su consentimiento expreso. Las compañías, por defecto, no podían vender esos datos. Ahora sí. Al anular la regulación, los republicanos han establecido que se puedan comercializar a menos que los clientes digan lo contrario.

Los republicanos y defensores de las nuevas normas argumentan que el reglamento impuesto por el gobierno anterior añadía regulaciones innecesarias y que ponían freno a la innovación. Sus detractores, por el contrario, alertan de que al abrir la puerta a la comercialización de los datos equivale a abandonar la protección de la privacidad de los usuarios.

Las proveedoras estadounidenses reconocen en sus términos de uso que almacenan y, en el caso de T-Mobile, por ejemplo, también comparten paquetes de datos anónimos que reflejan los patrones de comportamiento de los usuarios. El temor que inspira la ley que acaba de firmar Trump —defensor de la desregulación de los mercados— es que la información a la venta cada vez cuente con detalles más personales que después puedan utilizar los anunciantes.

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Aunque las consecuencias prácticas son indetectables aún, organizaciones en defensa de la privacidad como la Electronic Frontier Foundation han planteado varias situaciones que pueden surgir del nuevo contexto legal y que ya habían sido vetadas por la FCC. La organización destaca la posibilidad de que los proveedores inserten monitores del tráfico desde las direcciones IP a las que proporcionan conexión, para después conocer todas las páginas que visita un usuario desde su ordenador, así como inspeccionar los datos de navegación para insertar anuncios específicos según el cliente, rastrear las direcciones de Internet a las que se accede desde un teléfono móvil y vender todos estos datos a los anunciantes.

Este último factor también está detrás de la campaña de las proveedoras contra las regulaciones que estrenó la FCC bajo el mandato de Obama. Google y Facebook reciben dos tercios de los ingresos por publicidad online en EE UU. Verizon, Comcast y AT&T, sin embargo, proporcionan el acceso a la Red y hasta ahora no podían sacar provecho de la información que obtienen del comportamiento de sus usuarios —cuánto tiempo pasan conectados, si visitan páginas o descargan contenido de vídeo en directo, si usan un ordenador, teléfono o tableta.

Los usuarios cada vez están más acostumbrados a ver anuncios que les “persiguen” por las páginas —anuncios de productos que aparecen en webs después de haberlos visto en una tienda, por ejemplo— y que servicios como Google o Facebook analizan su comportamiento para mejorar su oferta. Pero la eliminación de las protecciones a la privacidad que impuso la Administración Obama supone que ahora también podrán hacerlo las empresas que proporcionan la conexión. Google o Facebook sólo tienen conocimiento de lo que hace un usuario dentro de ese dominio, mientras que las proveedoras pueden acceder a todos los dominios que visita cada internauta.

Varios Estados consideran propuestas alternativas

Ante el giro que ha dado la Administración republicana, Estados como Illinois, Montana y Minnesota estudian aprobar regulaciones que limiten lo que pueden hacer las proveedoras con los datos de usuarios dentro de su territorio. Illinois, por ejemplo, debate actualmente una normativa de “derecho a saber” similar a la aprobada por la Unión Europea y que garantiza que los usuarios conozcan lo que las proveedoras hacen con sus datos. Montana considera prohibir que las proveedoras que acumulen datos de sus usuarios sin permiso reciban después contratos públicos del Estado.

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