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Christos Stylianides | Comisario de Ayuda Humanitaria

“La UE se ha convertido en un saco de boxeo”

El también responsable de gestión de crisis de la UE defiende la unidad del continente frente al populismo

Álvaro Sánchez
El comisario junto a un grupo de jóvenes en Níger, el pasado verano.
El comisario junto a un grupo de jóvenes en Níger, el pasado verano.Comisión Europea

Christos Stylianides nació un año después de la firma del Tratado de Roma. Chipriota de Nicosia, su país aún no ha cumplido una década desde su entrada en el club comunitario —ingresó en 2008—, una membresía a la que Stylianides contribuyó formando parte de las negociaciones de adhesión tras dar el salto a la política desde una actividad muy alejada de los despachos. Estudió para dentista y ha acabado tratando las caries de Europa y más allá desde su puesto de comisario de Ayuda Humanitaria y Gestión de Crisis, una cartera de largos apellidos que le lleva a tener un pie en Bruselas y otro en un avión: es el responsable de dirigir los esfuerzos del Continente por tapar algunas de las goteras que aparecen en el edificio global en forma de guerras, terremotos, inundaciones o crisis migratorias. En esa labor de fontanería no falta el trabajo —siempre aparece una nueva grieta— y todo lo que se hace deja a menudo la sensación de ser un parche.

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El aniversario del tratado fundacional europeo toma a la UE con el pie cambiado, con una crisis existencial reconocida a los cuatro vientos por los líderes comunitarios con el presidente Juncker a la cabeza y un complejo calendario electoral que se ha convertido en una suerte de cuerpo a cuerpo contra las fuerzas eurófobas en el que la UE se juega su futuro. La próxima partida se juega en Francia y está al caer. En ese contexto Stylianides defiende los beneficios de la Unión, primero, por cuestiones prácticas. “Europa representará en 20 años menos del 5% de la población mundial. Quizá entonces sea difícil para cualquier país europeo ser parte del G-20”, augura.

Pero aunque la posición de cada Estado miembro por separado parece condenada a empequeñecerse en el futuro entorno global, los números no siempre son suficientes para convencer al ciudadano de a pie de la necesidad de unidad. La Unión no enamora, y Stylianides tiene su opinión sobre los motivos. “Hemos fallado muchas veces en comunicar todas las cosas importantes que ha supuesto. La UE es una historia de éxito sin precedentes. Ha traído paz y progreso. Es cierto que el mensaje y el lenguaje se han vuelto burocráticos y ha perdido sentido para la gente de la calle, pero, al mismo tiempo, la UE se ha convertido en un saco de boxeo. Se le culpa de todo lo que no sale bien”.

Un presupuesto a la baja

2017: 1.200 millones de euros. Se espera que durante el año la cifra aumente hasta ronda la misma cantidad del pasado año.

2016: 2.100 millones de euros. Creció gracias al fondo de apoyo creado para paliar los problemas de Grecia, la crisis siria y los efectos de El Niño.

2015: 1.500 millones de euros.

2014: 1.200 millones de euros.

Para Stylianides, esa tendencia de los Veintiocho de europeizar los fracasos y nacionalizar los éxitos viene de lejos y ha sido dañina para la imagen comunitaria. El expresidente de la Comisión Europea Jose Manuel Durão Barroso ya advertía contra la propensión a culpar a la UE de errores propios en una entrevista en 2012. Los mayores críticos son, sin embargo, aquellos que quieren llegar al poder esgrimiendo ideas nacionalistas y xenófobas. “[La UE] Se ha vuelto un objetivo fácil para los populistas y todos los que rechazan el proyecto europeo”, lamenta Stylianides.

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El político chipriota llama a los europeos a no dejar que las fuerzas extremistas dominen el debate en medio del temor a que los partidos tradicionales copien parte de sus fórmulas para ganar electores. “La discusión sobre el futuro de la UE es sobre nosotros. No sobre las instituciones de Bruselas. Tampoco sobre las élites. La discusión no es un ejercicio burocrático. Creo firmemente que no podemos permitir a las fuerzas populistas que rechazan el proyecto europeo dominar la discusión y prevalecer. Debemos salvaguardarlo y luchar”.

En su ámbito de trabajo, el comisario reivindica la importancia de la ayuda humanitaria como seña de identidad europea. “Uno de los principios fundadores de la UE es la solidaridad. Ahora está en crisis, hay que admitirlo, pero el modelo social europeo ha protegido a los europeos de la calle. Hay que reconocer que la razón de que mucha gente alrededor del mundo quiera llegar a Europa es porque desea disfrutar de esos beneficios sociales”.

Stylianides no toca de oídas. En poco más de dos años de mandato ha viajado hasta cinco veces a Irak. La crisis en Oriente Medio es una de las grandes inquietudes para la UE, el mayor donante mundial en la zona pero hasta ahora incapaz de lograr que los Estados miembros cumplan sus compromisos de acogida de refugiados. “Hay que admitir que la situación en Siria e Irak sigue siendo una amenaza global real. Es la crisis humanitaria más compleja y dolorosa desde la Segunda Guerra Mundial”, advierte el comisario chipriota. Entre sus mayores preocupaciones también está la situación en África. La Comisión Europea anunció el mes pasado una partida de 165 millones de euros en ayuda humanitaria para Sudán del Sur, Somalia, Etiopía y Kenia, países inmersos en conflictos violentos, sequía y hambruna, pero ACNUR alerta de que la crisis humanitaria en el Cuerno de África, Nigeria, Sudán del Sur y Yemen puede ser incluso peor que la de 2011, cuando murieron 260.000 personas.

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Sobre la firma

Álvaro Sánchez
Redactor de Economía. Ha sido corresponsal de EL PAÍS en Bruselas y colaborador de la Cadena SER en la capital comunitaria. Antes pasó por el diario mexicano El Mundo y medios locales como el Diario de Cádiz. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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