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Dos opiáceos procedentes de China disparan las muertes por sobredosis en Canadá

Las muertes por sobredosis han aumentado en algunas provincias del país hasta en un 90%

DEA alerta del tráfico de fentanilo en redes sociales
Incautación de heroína con fentanil. Getty

Canadá sufre una epidemia provocada por los opiáceos. La imagen de consumidores en busca de una experiencia ligada a la diversión ha sido reemplazada por personas enganchadas a los analgésicos legales, que recurren cada vez más a los traficantes para adquirir estos medicamentos y también heroína. Según un índice elaborado por la Universidad de Wisconsin con datos de la Organización Mundial de la Salud, Canadá es el primer consumidor per cápita de opiáceos legales en el mundo. 

El punto neurálgico de esta epidemia es la provincia de Columbia Británica, aunque la ola de muertes ha avanzado hacia el este. En 2016, 914 personas murieron por sobredosis en esa región, 79% más respecto a 2015. En enero y febrero de 2017, 218 individuos han fallecido por la misma causa. En Alberta, las víctimas aumentaron un 91% en estos dos primeros meses, en comparación con el mismo periodo en 2016. Saskatchewan y Manitoba también han experimentado una subida.

Además de un consumo desmedido de analgésicos de venta legal, la epidemia ha tenido como origen el hecho de que los traficantes mezclan sus mercancías con fentanil, un opiáceo 40 veces más fuerte que la heroína. También ha sido detectada la presencia de carfentanil, cien veces más potente que el fentanil. Ambos productos provienen principalmente de China.

Las autoridades han mostrado su preocupación por que este fenómeno golpee de lleno a Ontario y Quebec. No hay cifras de estas provincias  de 2015 y 2016, pero la prensa ha informado de varias muertes por fentanil en los últimos meses en ciudades como Toronto, Hamilton, Montreal y Quebec. “El fentanil está cada vez más presente en las calles. Las muestras que hemos tomado así lo indican. Los decomisos de la policía también nos inquietan”, señala Guy-Pierre Lévesque, fundador de Méta d'Âme, un centro montrealés de apoyo a farmacodependientes.

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En febrero, la policía desmanteló un laboratorio de producción de drogas cerca de Montreal, donde se detectó también la presencia de fentanil. El mismo mes, autoridades de Ontario y Quebec decomisaron 11.500 pastillas de este opiáceo a una red de traficantes. Asimismo, agentes de aduanas descubrieron carfentanil en el aeropuerto Mirabel de Montreal.

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El Gobierno canadiense ha adoptado varias medidas para abordar el problema. Jane Philpott, ministra de Salud, presentó en julio un plan de choque. Se busca por ejemplo mejorar el intercambio de datos entre instituciones y subrayar la importancia de la prescripción responsable de opiáceos. También se autorizó una mayor distribución de naloxona, sustancia que ayuda a neutralizar las sobredosis.

Los liberales de Trudeau presentaron en diciembre una propuesta de ley enfocada al tráfico ilegal de sustancias. La propuesta incluye la posibilidad de inspeccionar en las aduanas paquetes de poco peso y limitar la compra de material que pueda ser utilizado para comercializar estas sustancias. Asimismo, el Gobierno federal ha autorizado la próxima apertura de centros de consumo supervisado en Toronto y Montreal. Asociaciones profesionales plantean algunas medidas más, como es el caso de controles específicos que permitan detectar qué médicos recetan analgésicos de forma desproporcionada. La ministra Philpott ha atinado en su diagnóstico: Canadá enfrenta una crisis de salud pública por culpa de los opiáceos.

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