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Javier Duarte: seis meses a salto de mata

El exgobernador de Veracruz pasó de ser una de las caras nuevas del PRI al prófugo más buscado de México

Elías Camhaji
Javier Duarte y Enrique Peña Nieto en octubre de 2011.
Javier Duarte y Enrique Peña Nieto en octubre de 2011. Rodolfo Angulo (Cuartoscuro)

Javier Duarte (Veracruz, 1973) iba a cumplir en 2012 dos años al frente del Gobierno de Veracruz, el Estado que flanquea el Golfo de México y uno de los más importantes a nivel político y económico. No rebasaba los 40 años y era uno de los nuevos rostros del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que concentró el poder más de 70 años en el siglo XX y que ese año recuperó la presidencia del país. “Pertenece a los actores de la nueva generación política que forma parte del Partido”, dijo el presidente Enrique Peña Nieto, en una entrevista televisiva a pocos meses de haber ganado las elecciones. Cuatro años después, Duarte acabó desterrado del PRI, prófugo de la justicia y con la huella de un gobierno endeudado y arrastrado por la narcoviolencia. Esta es la cronología del ascenso y la caída del exgobernador veracruzano, detenido recientemente por las autoridades.

El hombre cercano a Fidel Herrera

Duarte comenzó su carrera política en 1995 como asesor de la coordinación general para la Promoción de la Participación Social de la Secretaría de Gobernación. Dio el salto dos años más tarde a la Cámara de Diputados como secretario particular de Fidel Herrera, cónsul en Barcelona desde octubre de 2015 y gobernador de Veracruz entre 2004 y 2010. En su mandato, Herrera lo nombró subsecretario y, después, secretario de Finanzas, cargo del que se separó en enero de 2009 para buscar una curul como diputado federal.

Una carrera fugaz en el Congreso

Duarte obtuvo en marzo de ese año la candidatura del PRI por el decimosexto distrito federal del Estado. Triunfó en la elección de julio con el 52.15% de los votos, en una demarcación que su partido no ganaba desde hacía 12 años. El oriundo del puerto de Veracruz asumió el cargo en septiembre y fue vicecoordinador del PRI en la Cámara baja, pero en febrero de 2010 solicitó licencia para participar en la carrera priista por la gubernatura de su Estado.

Elección a gobernador y la primera controversia

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En la contienda participó Héctor Yunes, primo de Miguel Ángel Yunes, eventual sucesor y uno de los más acérrimos rivales de Duarte. El joven político amasó en febrero de 2010, en los primeros días de la precampaña, la candidatura del Partido Verde Ecologista de México, el aliado más íntimo del PRI en las últimas tres elecciones federales. Duarte consiguió poco después el apoyo de las corporaciones campesina y obrera del partido, y para marzo fue electo candidato oficial, al ser el único de los aspirantes que cumplía con los requisitos.

Durante la campaña, que duró de mayo a junio, el diario Excélsior difundió unas grabaciones en las que supuestamente se escuchaba la voz del entonces gobernador, Fidel Herrera, ofrecer recursos a los candidatos de su partido al estar “en la plenitud del pinche poder”. A pocos días de los comicios se divulgaron más conversaciones y Herrera denunció al opositor Partido Acción Nacional (PAN) por intervención y espionaje. Los panistas se deslindaron. La Procuraduría Federal de la República, la Fiscalía nacional, archivó el caso.

La coalición de Duarte se impuso en las elecciones de julio con un 43,54% de los votos sobre un 40,99% al panista Miguel Ángel Yunes. Los recursos presentados por la oposición ante el Tribunal Electoral por supuesta injerencia de Herrera e imparcialidad del Instituto Electoral Veracruzano no prosperaron.

El gobernador de los Frutsis y los Pingüinos

Duarte fue gobernador de Veracruz del 1 de diciembre de 2010 al 12 de octubre de 2016, le faltaron 48 días para cumplir su mandato. Una de sus primeras acciones controvertidas fue la llamada ley Duarte, aprobada en septiembre de 2011, que castigaba las perturbaciones al orden social y la difusión de rumores en redes sociales. La Suprema Corte resolvió que violaba los derechos humanos dos años más tarde.

El sexenio de Duarte también obtuvo notoriedad a nivel nacional por la inseguridad y el asesinato de periodistas. La organización civil Artículo 19 registró 17 asesinatos de miembros de la prensa durante su gobierno hasta julio de 2016. Los homicidios violentos alcanzaron una cifra de 800 al año.

El portal Animal político reveló en mayo de 2016 una trama de corrupción que involucraba a altos mandos del gobierno estatal. El medio acusó al gobernador de desviar en 2015 431 millones de pesos (22 millones de dólares) a través de supuestas empresas fantasma, que ganaron 73 licitaciones arbitrarias para proveer útiles escolares que nunca se entregaron.

Todas las compañías se crearon al mismo tiempo, cerraron al ganar el contrato o tenían socios relacionados entre sí. La investigación calculó que el desvío superó en total los 35 millones de dólares. “Antes se hablaba de balaceras y asesinatos, de participación de la delincuencia organizada, y hoy hablamos de robos a negocios, de que se robaron un Frutsi [bebida azucarada] y dos Pingüinos [pastelillos] en el Oxxo [tienda de autoservicio]”, presumía Duarte sobre la eficacía de su mandato en octubre de 2014.

2016, el año fatídico 

Las elecciones de 2016 que definieron 12 gubernaturas fueron un desastre para el priismo. El partido cedió a la oposición cuatro Estados en los que había gobernado sin interrupción durante 86 años: Durango, Quintana Roo, Tamaulipas y Veracruz. El saldo fue de siete gobiernos para el PAN y cinco para el PRI. La lectura fue que los escándalos de corrupción de los gobernadores priistas les habían costado la derrota. Enrique Ochoa, un burócrata cercano a Peña Nieto y con una trayectoria discreta en la organización, fue elegido el 12 de julio de 2016 como candidato único a presidir el partido con la encomienda de limpiar su imagen.

Uno de los consejeros nacionales del PRI, Armando Barajas, pidió el 21 de julio la expulsión del partido de tres gobernadores salientes por presuntos actos de corrupción: Roberto Borge (Quintana Roo), César Duarte (Chihuahua) y Javier Duarte (Veracruz). El contrataque del político veracruzano llegó una semana después, con la promesa de publicar su declaración patrimonial, declaraciones sobre su “poco probable” expulsión y una denuncia por enriquecimiento ilícito contra Miguel Ángel Yunes, que se presentó el 2 de agosto. El 5 de agosto negó que tuviera una propiedad en Texas, valuada en varios millones de dólares y el 10 de ese mes que terminara en la cárcel cuando abandonara el cargo y el fuero político. “Hay que limpiar la casa”, dijo Ochoa, el 15 de agosto.

El Servicio de Administración Tributaria (SAT) comenzó el 24 de agosto auditorías de los bienes de Duarte. El secretario de Economía veracruzano, José Antonio Mansur, renunció cinco días más tarde tras ser señalado como supuesto prestanombres. Las investigaciones del SAT sobre la presunta evasión fiscal del gobernador se hicieron oficiales el 20 de septiembre. El PRI lo despojó de sus derechos partidistas el 26 de ese mes. Finalmente, el miércoles 12 de octubre, pidió licencia como gobernador para “limpiar su nombre” y desapareció de la escena pública.

La periodista Denise Maerker dio a conocer que, una semana después de que Duarte pidió licencia, la Fiscalía había girado una orden de aprehensión en su contra. Su fuga se convirtió en la cuenta pendiente más escandalosa de las autoridades mexicanas y fue reportada en 190 países a través de la Interpol. La oposición destapó en noviembre, a unos días del cambio de gobierno en Veracruz, que el daño patrimonial del mandato de Duarte asciende a los 16.000 millones de pesos (837 millones de dólares).

La caída

El prófugo político más buscado de México fue capturado en el municipio de Panajachel, en el centro de Guatemala, el sábado 15 de abril de 2017. Los seis meses en fuga pusieron contra las cuerdas al Gobierno de Enrique Peña Nieto. El exmandatario tendrá que ser extraditado a México ara que responda a las acusaciones de peculado y corrupción que pesan sobre él.    

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Sobre la firma

Elías Camhaji
Es reportero en México de EL PAÍS. Se especializa en reportajes en profundidad sobre temas sociales, política internacional y periodismo de investigación. Es licenciado en Ciencia Política y Relaciones Internacionales por el Instituto Tecnológico Autónomo de México y es máster por la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS.

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