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Netanyahu planta al vicecanciller alemán por reunirse con ONG pacifistas israelíes

Sigmar Gabriel advierte en Israel de que es “inconcebible” vetar encuentros con la sociedad civil

Juan Carlos Sanz

Benjamín Netanyahu, jefe del Gobierno y ministro de Exteriores de Israel, ha plantado este martes al vicecanciller y jefe de la diplomacia de Alemania, Sigmar Gabriel, que se encontraba en Jerusalén en una visita oficial en el marco de su gira por Oriente Próximo. El desaire al principal socio diplomático, económico y militar del Estado hebreo en la Unión Europea se ha producido tras el ultimátum lanzado por Netanyahu, quien advirtió a Gabriel de que cancelara los encuentros que tenía previstos con ONG pacifistas israelíes críticas con la ocupación, ya que en caso contrario se iba a negar a recibirle. El primer ministro israelí ha cumplido su amenaza. Cuando intentó telefonear al titular de Exteriores de Alemania para explicarle los motivos de su decisión, Gabriel rechazó la llamada.

El ministro de Exteriores alemán, Sigmar Gabriel (derecha), y el embajador alemán en Israel, Clemens von Goetze, en el Museo del Holocausto en Jerusalén.
El ministro de Exteriores alemán, Sigmar Gabriel (derecha), y el embajador alemán en Israel, Clemens von Goetze, en el Museo del Holocausto en Jerusalén.ABIR SULTAN (EFE)

El lunes era el Día del Recuerdo del Holocausto en Israel. Con toda la carga simbólica y emocional que tiene para un alemán, Gabriel —que convivió con un padre nazi hasta los 10 años– se había cubierto la cabeza con la kipá en el Museo Yad Vashem de Jerusalén. Al abandonar el memorial por el genocidio de más de seis millones de judíos perpetrado por el régimen que gobernó en Berlín hace siete décadas, el dirigente socialdemócrata fue informado del ultimátum que le acababa de lanzar el primer ministro israelí.

La inusual represalia diplomática –planteada al ministro de Exteriores de un Gobierno que ha vendido recientemente a precio de amigo a la Armada israelí sus buques y submarinos más modernos— amenaza con enfriar las estrechas relaciones que ambos países mantienen desde hace 50 años, en los que Alemania ha tratado de saldar con creces su deuda histórica con el pueblo judío.

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El jefe de la diplomacia germana —un político escasamente templado que no vaciló en alertar de la “amenaza” que suponía la llegada del presidente Donald Trump a la Casa Blanca o en acusar a Arabia Saudí de financiar al islamismo radical– replicó a primera hora de la mañana al ultimátum de Netanyahu a través del canal de televisión alemán ZDF. “Sería deplorable que la reunión fuese cancelada”, advirtió Gabriel. “Pero tampoco será una catástrofe para mí. He viajado a este país a menudo y tengo aquí muchos amigos. No va a cambiar mi relación con Israel”.

El ministro de Exteriores alemán considera que las reuniones incluidas en su agenda con Breaking the Silence, una ONG de exmilitares israelíes que recoge testimonios sobre abusos del Ejército en territorios palestinos, y  B'Tselem, que documenta casos de violaciones de los derechos humanos bajo la ocupación, son “completamente normales”. “No se puede percibir el panorama completo de un país si uno se reúne solo con ministros del Gobierno”, apostilló el número dos del Gabinete de Angela Merkel. Gabriel argumentó que sería “inconcebible” que un ministro alemán cancelara un encuentro con el líder israelí si este fuera a entrevistarse además con personas críticas con el Ejecutivo de Berlín.

Dos años después de las elecciones que dieron paso a la coalición gubernamental más derechista en la historia de Israel, el actual Gobierno de Netanyahu ha promovido una serie de reformas legales que amenazan con amordazar las expresiones de disidencia, en especial las de ONG pacifistas que aspiran a ser la conciencia crítica del Estado hebreo tras medio siglo de ocupación.

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La Oficina del Primer Ministro difundió un comunicado en el que se puntualizaba que Netanyahu “tiene la política de no reunirse con visitantes extranjeros que, durante una visita oficial a Israel, mantienen encuentros con grupos que difaman a los soldados israelíes al llamarles criminales de guerra”. El mismo texto oficial subrayaba que los diplomáticos pueden reunirse con representantes de la sociedad civil, pero que Netanyahu no recibirá a quienes pretenden criminalizar a los soldados. Los partidos nacionalistas y de la extrema derecha consideran que las ONG pacifistas dañan la reputación del Estado hebreo en el exterior.

Breaking the Silence –que recibe donaciones de la Unión Europea y de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo– diseñó el año pasado la gira por Israel y Palestina del Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, que se plasmó en la serie de reportajes “Estragos de la ocupación israelí” publicada por EL PAÍS. B´Tslem fue la organización que difundió en marzo de 2016 las imágenes de un soldado israelí que remató de un tiro en la cabeza en Hebrón (Cisjordania) a un atacante palestino que ya había reducido a tiros y yacía en el suelo malherido. El militar fue sometido a un consejo de guerra y condenado a 18 meses de cárcel por homicidio.

No es la primera vez que se eleva la tensión entre el Gobierno de Netanyahu y un Estado europeo por los encuentros con ONG pacifistas. El pasado febrero, el primer ministro de Bélgica, Charles Michel, se reunió al final de su visita a Israel con representantes de Breaking the Silence y B´Tselem. El embajador belga fue convocado poco después ante el Ministerio de Exteriores, donde le fue presentada una protesta formal.

El líder de la oposición israelí, el laborista Isaac Herzog, mantuvo en su agenda la entrevista que tenía concertada con Gabriel. “Netanyahu se ha salido del terreno de juego”, alertó, “y su ultimátum supone un serio revés para las relaciones de Israel con la mayor economía de Europa y con un país amigo”. El presidente de Israel, Reuven Rivlin, también recibió al jefe de la diplomacia de Berlín y le recordó que "las relaciones entre Alemania e Israel nunca han sido fáciles y nunca lo serán”. Rivlin destacó que, como Estado democrático, Israel está acostumbrado a las críticas siempre que estén conectadas con la realidad.

El ministro de Exteriores alemán había iniciado una gira para intentar reactivar la solución de los dos Estados en Oriente Próximo que le ha llevado también a Jordania y Palestina. Las negociaciones entre israelíes y palestinos se encuentran paralizadas desde hace tres años. Ante la falta de avances en el frente diplomático y tras la aprobación por la Knesset (Parlamento) de una ley que regulariza con efectos retroactivos los asentamientos no autorizados en Cisjordania, Berlín canceló recientemente la reunión anual de alto nivel intergubernamental entre ambos países que estaba prevista el próximo mes de mayo. Sigmar Gabriel es un firme partidario de una solución negociada al conflicto y de la creación de un Estado palestino. En 2012, el entonces líder del SPD, acusó a Israel a través de las redes sociales de imponer “un régimen de apartheid” en Hebron.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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