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MIGUEL ÁNGEL BALLESTEROS | Director del Instituto Español de Estudios Estratégicos

“El Daesh reivindica ahora atentados que no son suyos”

El general de brigada asegura que el ISIS se está preparando para el día después de la pérdida del califato

Un militar hace guardia en unas ruinas en Mosul. De fondo, un violinista que vivió bajo el régimen del ISIS toca una pieza.
Un militar hace guardia en unas ruinas en Mosul. De fondo, un violinista que vivió bajo el régimen del ISIS toca una pieza.MUHAMMAD HAMED (REUTERS)

¿Qué tienen en común los atentados de París, Bruselas, Niza o Londres? Todos han sido reivindicados por el Daesh (ISIS, por sus siglas en inglés), pero mientras los dos primeros fueron cometidos por comandos armados perfectamente instruidos, los últimos han sido obra de individuos aislados pertrechados solo con un camión o un cuchillo.

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El general de brigada Miguel Ángel Ballesteros, director del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE) y autor de Yihadismo (La Huerta Grande, 2016), sostiene que el Estado Islámico está inmerso en un proceso de metamorfosis para adaptarse al día después de la inevitable pérdida del califato que ha construido a caballo entre Siria e Irak.

El punto de inflexión lo sitúa en otoño de 2015, cuando las tropas rusas desembarcan en Siria para apoyar a El Asad y evitar la caída completa de Alepo en manos rebeldes, que hubiera puesto en peligro su base de Tartús.

“La situación sobre el terreno empieza a darse la vuelta y Daesh, que había protagonizado un avance imparable desde 2013, pierde por primera vez terreno”, explica. Un análisis de las publicaciones yihadistas —especialmente de su revista Dabiq, rebautizada luego como Rumiyah— revela el cambio de estrategia. “Hasta noviembre de 2015, se dedican a pintar con tintes elegíacos la vida en el califato, con el objetivo de atraer al mayor número de musulmanes, sin preocuparse demasiado de los lobos solitarios. Es en esa fecha cuando reivindican los ataques contra el avión ruso [que volaba de Sharm el Sheikh a San Petersburgo] y la sala de fiestas Bataclán. Simultáneamente, piden a los musulmanes que no puedan ir al califato para hacer la yihad que combatan a los cruzados en su propio país. En publicaciones posteriores, recomiendan el uso de vehículos pesados, de más de 900 kilos, para lanzarlos contra la muchedumbre”.

Sin embargo, hasta el ataque contra el Parlamento británico, de marzo pasado, el Daesh no había asumido acciones que no fueran suyas, reflexiona Ballesteros. Ahora reivindica atentados que, aunque no hayan sido planeados ni ordenados por la organización, están inspirados en sus llamamientos. Entre los autores puede haber personas con trastornos mentales y otras que estén en las antípodas del prototipo de combatiente yihadista. No hace falta ni siquiera impartir instrucciones; funciona el efecto imitación.

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“El Daesh está en una situación desesperada. Ha perdido su atractivo más poderoso, su imagen de fuerza imbatible en Siria e Irak, y ahora solo puede ofrecer una huida hacia delante a sus seguidores”.

El general Ballesteros cree que la estrategia del Daesh pasa en estos momentos por evitar a toda costa una derrota humillante en Mesopotamia y mantener los símbolos del califato —lo que pasa por intentar salvar la vida del califa Al Bagdadi—, mientras busca un territorio más propicio en Estados fallidos, como el sur de Libia y el Sahel. Advierte, además, que el debilitamiento del Daesh devolverá protagonismo a Al Qaeda, con la que mantiene desde hace años una pugna, en ocasiones sangrienta y aún no definitivamente resuelta, por la hegemonía en la constelación yihadista.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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