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Alemania detiene a otro militar sospechoso de planear atentados y responsabilizar a refugiados

Los arrestados habían elaborado listas con víctimas potenciales, entre ellas destacadas figuras políticas

La ministra de Defensa alemana, Ursula von der Leyen, se dirige a los periodistas la semana pasada, tras visitar la base militar en Illkirch, cerca de Estrasburgo, donde estaba acuertelado el militar detenido.
La ministra de Defensa alemana, Ursula von der Leyen, se dirige a los periodistas la semana pasada, tras visitar la base militar en Illkirch, cerca de Estrasburgo, donde estaba acuertelado el militar detenido. VINCENT KESSLER (REUTERS)

El caso del soldado ultraderechista que se hizo pasar por refugiado para atacar ha cobrado una nueva dimensión con la detención de otro sospechoso, también militar, anunciada este martes por la Fiscalía alemana. Maximilian T., inicialmente citado como testigo, se convirtió en sospechoso después que la policía registrara varias residencias en Alemania y Francia.

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Las investigaciones indican así que Franco A., otro detenido, no es un lobo solitario y que al menos dos personas más colaboraron en el siniestro plan. La presión política, mientras, va en aumento. El Ministerio de Defensa alemán se ve obligado a ofrecer explicaciones a diario, a medida que salen a la luz nuevas revelaciones que apuntan a la existencia de actitudes ultraderechistas toleradas en el Ejército. Este fin de semana, las autoridades han ordenado poner patas arriba los cuarteles en busca de evidencias y de material con contenido racista o de exaltación del pasado nazi.

La Fiscalía Federal ha informado de que los tres detenidos —dos de ellos en abril, Franco A. y un estudiante alemán, y un tercero ahora— “planeaban atentar contra la vida de políticos de alto rango y personas públicas “, responsables de políticas de inmigración y asilo. Los detenidos habían elaborado listas con varias categorías de víctimas, entre las que figuran el expresidente, Joachim Gauck o el ministro de Justicia, Heiko Maas. El plan consistía en hacerse pasar previamente por refugiado, con la idea de incriminar a demandantes de asilo, prosigue la Fiscalía. Franco A. habría llegado incluso a cobrar parte de las ayudas que se entregan a los refugiados en Alemania. Maximilian T., el teniente detenido el martes, se encargaba de cubrir las ausencias de Franco A. en el cuartel. Ambos pertenecían a una compañía franco-alemana destacada en Illkirch, cerca de Estrasburgo.

Para preparar el ataque, Franco A. aprovechó un baile de oficiales celebrado en Viena. Allí compró una pistola automática Browning del calibre 7,65 mm. El pasado enero, el acusado metió el arma en una bolsa y la escondió en un retrete para discapacitados del aeropuerto de Viena, donde fue descubierta más adelante por la policía, que le tendió una trampa y lo cazó cuando fue a recogerla. AL comprobar sus huellas dactilares, vieron que correspondían a un supuesto refugiado sirio. Los investigadores han descubierto también que Franco A. robó hasta mil balas con las que planeaba perpetrar el ataque.

“Historia increíble”

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Este caso ha puesto contra las cuerdas a la ministra de Defensa, Ursula von der Leyen, que en un primer momento acusó a la tropa y a los mandos de corporativismo y de falta de liderazgo a la hora de atajar ciertos comportamientos. Sus palabras provocaron un fuerte malestar entre los militares, hasta el punto que Von der Leyen se vio obligada a disculparse más tarde. La canciller, Angela Merkel, ha defendido a su ministra de los ataques. “Esta es una historia increíble con un trasfondo de extremismo de derechas y la ministra de Defensa hizo lo correcto al no tratar de minimizarlo y llamarlo por su nombre”, ha dicho Merkel.

El Ministerio de Interior, mientras tanto, ha anunciado que revisará miles de casos de asilo concedidos y gestionados por el mismo equipo que concedió la protección internacional a Franco A., quien alegó ser sirio a pesar de que ni siquiera habla árabe.

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