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Reino Unido despliega hasta 3.800 militares en la calle para prevenir otros ataques

Las autoridades situarán a los soldados en los sitios clave e incrementan el nivel de amenaza a "crítico"

Dos mujeres dejan flores en Tarleton, donde vivía una de las víctimas mortales del atentado de Mánchester, este miércoles.Vídeo: FOTO C. Furlong Getty Images | VÍDEO REUTERS-QUALITY
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Tras el atentado del lunes en Manchester, en el que murieron 22 personas, el Gobierno británico decidió el martes por la noche elevar el nivel de alerta terrorista a “crítico”. Es el grado más alto en una escala de cinco, y solo se activa cuando se espera un ataque inminente. Como consecuencia, se ha puesto en marcha la llamada Operación Temperer, un protocolo de seguridad que prevé el despliegue del ejército para sustituir a la policía en labores de vigilancia, y permitir así a los agentes que se concentren en realizar patrullas, detenciones y otras labores que ayuden a evitar nuevos atentados.

De momento, hay 984 soldados repartidos por la capital, y la cifra llegará a 3.800 en todo el país. La presencia del ejército, que actuará bajo las órdenes de la policía, se hará notar en lugares estratégicos como el Parlamento, el Palacio de Buckingham, el 10 de Downing Street o ciertas embajadas extranjeras, así como en eventos multitudinarios como la final de la FA Cup de fútbol, que se celebrará este sábado en Wembley. La Policía Metropolitana de Londres también ha anunciado un incremento de agentes armados en las calles. La comandante Jane Connors lo ha justificado asegurando que deben estar preparados “para lidiar con agresores armados y letales”.  

Además, el Parlamento ha cancelado durante todo el miércoles las visitas turísticas al palacio de Westminster, y la popular ceremonia de cambio de guardia en el Palacio de Buckingham también ha sido suspendida hasta nueva orden. Los alrededores de la residencia oficial de la reina, sin embargo, están tan abarrotados de turistas como de costumbre. Uno de ellos es Edson, de Rio de Janeiro, que descansa con un mapa de Londres desplegado sobre sus rodillas: “Es cierto que hoy se ve más policía, pero no te sientes en peligro, la gente va caminando tranquilamente. Yo no voy a dejar de hacer nada de lo que tenía previsto. Esta noche, por ejemplo, tengo entradas para un musical”.

En la confluencia de Oxford Street y Regent Street, las dos arterias comerciales más importantes de la ciudad, se avistan algunos agentes armados patrullando, pero los transeúntes caminan a ritmo tranquilo. “Ayer lloraba pensando en mi hijo, que vive en México. Me imaginaba que no regresaba a casa después de un concierto y se me ponían los pelos de punta –cuenta Gloria, una turista de Bolonia–. Pero no puedes dejar de salir a la calle, con el fatalismo no se consigue nada”. Kristyna, encargada checa de una cafetería junto a Piccadilly Circus, aseguraba no haber notado ningún cambio en la zona “más allá de una mayor presencia policial”. Y en el parque de St. James, un grupo de estudiantes de París de 14 y 15 años coincidían en esa apreciación. “Estamos muy tranquilos, porque hay policías por todas partes”.

Los grandes centros comerciales también han ampliado sus efectivos de seguridad y sus mecanismos de control, y sus empleados han sido instruidos para que extremen la vigilancia. Asimismo, en estaciones de metro con tanta afluencia como la de Victoria, un miembro de la British Transport Police confirmaba que el nivel crítico de alerta les ha llevado a implementar medidas adicionales: “Ahora todos llevamos chalecos de alta visibilidad, y hacemos patrullas cada media hora para detectar cualquier objeto o individuo sospechoso”.

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La decisión de incrementar el nivel de alerta fue tomada por un organismo independiente, el Joint Terrorism Analysis Centre, y será reevaluada de forma constante, pero tanto Theresa May como la ministra de Interior, Amber Rudd, han incidido en que se trata de una situación “temporal”. “La última vez que el nivel de alerta se elevó a 'crítico' duró cinco días, y la vez anterior, cuatro”, ha señalado Rudd en referencia a las otras dos ocasiones (en agosto de 2016 y en junio de 2017) en las que la amenaza terrorista tocó techo. La primera ministra ha pedido a los ciudadanos que no estén “excesivamente alarmados” por la medida. “Es una respuesta sensible y proporcionada a la amenaza que nuestros expertos en seguridad consideran que afrontamos”, ha asegurado.

El alcalde de Londres, Sadiq Khan, ha animado a londinenses y turistas a mantenerse “tranquilos y atentos”. Y aunque la tónica general en la ciudad, que sigue latiendo a su ritmo habitual, pasa por volver a la normalidad cuanto antes, también hay personas en quienes la masacre del Manchester Arena ha hecho mella. Entre ellas está Paqui, una sevillana que se encuentra en Londres visitando a su hija. “Hoy tiene un concierto y he intentado convecerla por todos los medios para que no vaya”. No lo ha conseguido. “Me ha contestado que tenemos que seguir viviendo”.

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