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Un activista condenado por injurias a Correa regresa a Ecuador

Fernando Villavicencio regresa de EE UU para refugiarse en algún lugar de la selva amazónica junto al asambleísta Cléver Jiménez

Eva Saiz
Fernando Villavicencio durante su visita a Washington.
Fernando Villavicencio durante su visita a Washington.E.S.E.

El activista y periodista ecuatoriano Fernando Villavicencio estaba en Washington cuando, el 14 de enero, la Corte Nacional de Justicia de su país confirmó su condena y la del líder del movimiento Pachakutik, el asambleísta Cléver Jiménez, a 18 meses de prisión y a una multa de 140.000 dólares por injurias al presidente Rafael Correa. Villavicencio, que días antes había presenciado un cuestionable registro policial de su vivienda en Quito, cuyas presuntas irregularidades él mismo se encargó de denunciar, decidió quedarse en este país mientras sopesaba qué hacer en el futuro para evitar un fallo que él considera injusto y abusivo. “Hay héroes que van al cementerio. Yo podría ir a Ecuador y entregarme, y podrá pasar cualquier cosa y acabar siendo recordado como un hombre que alguna vez fue crítico con el poder. Estoy sopesando todas las opciones, pero la verdad es que no me veo con esposas", señaló a este periódico entonces.

Dos meses después y pese a que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) le otorgó el pasado lunes a él, a Jiménez y a Carlos Figueroa –también condenado por injurias a Correa- medidas cautelares que ordenaban al Gobierno de Ecuador suspender la ejecución de su sentencia, Villavicencio ha regresado a su país para afrontar su destino junto a sus compañeros de condena. “Yo no me oculto. He decidido dar la cara en mi país, pese al riesgo que eso conlleva”, ha reconocido a EL PAÍS durante una llamada telefónica realizada desde un lugar de la selva amazónica de su país donde están resguardados tanto él, como Jiménez y Figueroa.

Yo no me oculto. He decidido dar la cara en mi país, pese al riesgo que eso conlleva”

Villavicencio ya había tomado la decisión de regresar a Ecuador y acompañar a sus colegas el mismo 21 de marzo, fecha en la que se ordenó la ejecución de la sentencia en su contra. La petición de la suspensión del fallo solicitada por la CIDH no modificó ni un ápice esa resolución, consciente de que era muy poco probable que el Gobierno de Correa acatara las medidas cautelares de un organismo al que le ha declarado la guerra. La Corte Nacional de Justicia, el Ministerio de Relaciones Exteriores y la Procuraduría General del Estado rechazaron la solicitud de la CIDH, un día después de que fuera emitida.

Esa certeza, sin embargo, no ha sumido en la resignación a Villavicencio quien, desde su refugio en la Amazonía, denuncia esa clandestinidad a la que, sostiene, le ha forzado el Gobierno ecuatoriano al negarse a acatar la decisión de la CIDH. “No vamos a conformarnos. Vamos a pedir a la comunidad internacional que intervenga, porque es gravísimo que un país desoiga las medidas cautelares de un organismo internacional, máxime cuando está tratando de firmar un acuerdo bilateral con la Unión Europea. Europa debería tener en cuenta esta circunstancia”, advierte el periodista.

El Gobierno ecuatoriano considera de las medidas cautelares de la CIDH no son vinculantes y que su decisión supone una injerencia en los asuntos internos del país. “La CIDH está generando inseguridad jurídica porque nos manda a suspender una sentencia ejecutoriada en casación. Es como que cualquier delincuente vaya a la CIDH y pida medidas cautelares para que no se ejecute la sentencia.. Por eso llama mucho la atención, es extraño y pone en duda la objetividad de este organismo en la protección de los derechos humanos", señaló la ministra de Justicia y Derechos Humanos de Ecuador, Ledy Zúñiga.

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Vamos a pedir a la comunidad internacional que intervenga, porque es gravísimo que un país desoiga las medidas cautelares de un organismo internacional, máxime cuando está tratando de firmar un acuerdo bilateral con Europa"

Mientras tanto, las comunidades indígenas han convocado para este domingo una asamblea en Tundayme, en Zamora Chinchipe, la provincia natal de Jiménez y de la que él es representante. Allí, está previsto que acuerden solicitar al presidente Correa que cumpla con el pedido de la CIDH. Sea lo que sea lo que se decida allí, Villavicencio ha adelantado a este periódico que la intención de los tres es elevar la denuncia de su situación ante la comunidad internacional. Tras el otorgamiento de la tutela la comisión deberá estudiar el fondo de su caso, un proceso que suele demorarse bastante tiempo, pese a que la concesión de las cautelares ha acelerado los trámites.

La búsqueda del asambleísta y de sus colaboradores se ha convertido en una prioridad para el Gobierno ecuatoriano. El ministro del Interior, José Serrano, emitió diferentes alertas a Interpol, según constató él mismo, unos avisos que pueden ser desactivados toda vez que Villavicencio ha unido su destino al de sus compañeros, abandonando su refugio solitario de Miami por el común de la selva.

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Sobre la firma

Eva Saiz
Redactora jefa en Andalucía. Ha desarrollado su carrera profesional en el diario como responsable de la edición impresa y de contenidos y producción digital. Formó parte de la corresponsalía en Washington y ha estado en las secciones de España y Deportes. Licenciada en Derecho por Universidad Pontificia Comillas ICAI- ICADE y Máster de EL PAÍS.

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