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elecciones en afganistán

Los talibanes siguen siendo fuertes pese al éxito de las elecciones afganas

Kabul confirma la muerte de 176 insurgentes durante la jornada de votaciones

Ángeles Espinosa (ENVIADA ESPECIAl)
Trabajadoras de la comisión electoral independiente de Afganistán recuentan papeletas en Kandahar.
Trabajadoras de la comisión electoral independiente de Afganistán recuentan papeletas en Kandahar. MUHAMMAD SADIQ (EFE)

La ONU, la Casa Blanca y la mayoría de los Gobiernos occidentales han felicitado hoy a los afganos por el éxito de la jornada electoral del día anterior. En cierta medida, ayuda a despejar el camino hacia la retirada de las tropas internacionales a finales de este año. Sin embargo, la euforia causada por la ausencia de un atentado espectacular y la elevada participación en las ciudades requiere cautela. Afganistán va a seguir necesitando el apoyo extranjero durante muchos años.

Nadie discute que con su voto los afganos han enviado un poderoso mensaje a los talibanes. Sin embargo, los expertos recuerdan que el entusiasmo electoral no ha sido el mismo en todo el país. Mientras en Kabul, Herat, Mazar-i-Sharif e incluso Kandahar, hubo una elevada participación, los testimonios recogidos en zonas menos accesibles y con más problemas de seguridad (y en consecuencia menor presencia extranjera), ofrecen otra imagen.

“Existe una profunda brecha entre las ciudades y el ámbito rural”, constata Graeme Smith, analista del International Crisis Group en Kabul. En su opinión, si las elecciones continúan sin contratiempos hasta la segunda vuelta, “van a reforzar la legitimidad del Gobierno en las áreas bajo su control, pero eso no eclipsa la existencia de una insurgencia fuerte”.

Elecciones presidenciales en Afganistán.Foto: reuters_live

¿Cómo de fuerte? Las estimaciones hablan de 30.000 hombres armados, sobre todo en el sur y el este del país, donde la presencia del Estado es como mucho tenue. Aunque un reciente análisis ha cuestionado la capacidad de los talibanes para derribar al Gobierno, otros observadores temen que estén esperando a la salida de los 51.000 soldados extranjeros para actuar.

“Vamos a tener que revisar el compromiso alcanzado en 2012 en la cumbre de la OTAN en Chicago para financiar las fuerzas de seguridad afganas a partir de este año”, opina Smith. Entonces los países de esa organización acordaron destinar 4.100 millones de dólares (unos 3.150 millones de euros) anuales a ese objetivo. Según Smith, ese plan sólo cubre la paga de 220.000 tropas, muy por debajo de las 370.000 actuales. “Si se reducen, tendremos un problema grave”, advierte este experto.

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“Para que el Estado afgano pueda acabar con la insurgencia talibán, que aunque sea marginal causa muchos problemas, necesita un líder fuerte y con legitimidad”, afirma por su parte Kate Clark, analista del Afghanistan Analysts Network.

Existe consenso en que el próximo presidente afgano afronta graves desafíos en materia de seguridad. “No sólo va a tener que extender la mano a quienes han votado por otros candidatos, sino también a aquellos que no han votado y envían a sus hijos a combatir contra las fuerzas gubernamentales”, resume Smith.

Clark, que da por supuesta la necesidad del apoyo internacional, se muestra convencida de que un elevado fraude o la no aceptación del resultado por parte de los candidatos jugaría a favor de los talibanes. De momento, ayer prevalecía la esperanza.

“Las fuerzas de seguridad dieron la talla y al parecer lograron prevenir varios ataques”, declaraba una fuente de seguridad occidental, que expresaba el alivio generalizado con el resultado.

El Ministerio del Interior informó de la muerte de 176 talibanes en choques con las fuerzas de seguridad durante la jornada electoral. A pesar de la relativa calma, hubo decenas de incidentes y se tuvo noticia de al menos 4 civiles y 12 policías muertos. Los observadores consideran altamente exagerado el anuncio de los talibanes de “más de mil ataques y decenas de personas muertas”. No obstante, las dificultades continúan. Una bomba de fabricación casera destruyó ayer en Kunduz un camión que transportaba urnas y mató al funcionario electoral, el policía y el conductor.  

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa (ENVIADA ESPECIAl)
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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