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Tres agentes que custodiaban a Nisman, apartados de la policía

Dos guardaespaldas tardaron más de once horas en avisar a sus superiores de que Nisman no respondía a las llamadas y otro lo asesoró sobre la compra de un arma

Francisco Peregil
La fiscal Viviana Fein, encargada de investigar la muerte de Alberto Nisman, a su salida ayer del domicilio del fiscal.
La fiscal Viviana Fein, encargada de investigar la muerte de Alberto Nisman, a su salida ayer del domicilio del fiscal.STR (AFP)

La investigación sobre la muerte del fiscal Alberto Nisman, cuatro días después de denunciar a la presidenta por encubrimiento de terroristas, sigue deparando novedades. El martes fueron apartados provisionalmente de la Policía Federal dos de los diez policías encargados de proteger a Nisman y este miércoles fue expulsado un tercer agente de forma temporal. Los del martes son el suboficial Armando Niz y el sargento Luis Miño. Ambos declararon haber llegado a la casa de Nisman a las 11 de la mañana del domingo 19 de enero. Sin embargo, solo informaron a sus mandos de lo ocurrido casi 12 horas después, a las 22.40, cuando ya se encontraban en el domicilio de Nisman la madre del fiscal y el juez encargado de investigar el suceso.

Los tres agentes han pasado al régimen de “disponibilidad preventiva”, es decir, han sido castigados con una sanción administrativa mediante la cual se les separa de sus cargos y se les impide portar armas hasta que se pronuncie la Superintendencia de Asuntos Internos.

Niz y Miño incurrieron, además, en contradicciones. Coinciden en declarar que llegaron a las once de la mañana del domingo al domicilio, tal como Nisman les había solicitado. Pero, en sus declaraciones a la fiscal Viviana Fein, discrepan sobre el momento en que aseguran haber subido para llamar a la puerta del departamento, una vez que Nisman con contestaba al teléfono. Niz asegura que subieron entre las 14:00 y las 14:30 y Miño sostiene que lo hicieron a las 17:00. Además, Miño declaró que permanecieron con el coche aparcado en el subsuelo del edificio, donde no había cobertura telefónica. Y Niz afirma que se encontraban en el conocido como “estacionamiento de cortesía”, donde sí podían recibir llamadas. En cualquier caso, permanecieron más de 11 horas sin informar a sus superiores.

La jueza encargada de investigar la muerte  ha ordenado investigar  los traslados por autopista entre la casa del fiscal muerto y la del informático Lagomarsino

En cuanto a Rubén Benítez, el policía apartado este miércoles, se trata del que más años llevaba escoltando al fiscal y en quien más confiaba Benítez. La prensa argentina ha revelado que el fiscal invitó a Nisman a entrar en su departamento el sábado por la mañana, horas antes de su muerte. El fiscal le dijo que quería comprarse una pistola y le preguntó cuestiones prácticas como la marca, el calibre y el lugar donde podría conseguirla. La intención de Nisman, según el testimonio de Benítez, era tener la pistola consigo cuando saliera con su hija.

Por otra parte, el último hombre que supuestamente vio a Nisman con vida, el técnico informático Diego Lagomarsino, ha contratado al abogado penalista Maximiliano Rusconi, quien ya defendió en su día al expresidente Carlos Menen en otro caso. Lagomarsino se ha visto de pronto en el centro del huracán que ha desatado la muerte de Nisman en Argentina. El lunes fue imputado en el caso por haber prestado al fiscal el arma de donde salió la bala que acabó con su vida. Prestar el arma está penado en Argentina con cárcel de uno a seis años. Además, la presidenta puso el foco sobre él al mencionarlo tanto en sus cartas de Facebook como en su comparecencia por televisión el lunes pasado.

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La presidenta aludió a varios mensajes soeces que Lagomarsino tenía en su cuenta de Twitter donde criticaba a Cristina Fernández y a su Gobierno. Además, utilizó hasta en cuatro ocasiones la palabra íntimo para referirse a la confianza y a la amistad que unían a Nisman y Lagomarsino. “No es solamente un feroz opositor y tiene todo su derecho de serlo”, declaró la presidenta, “sino que además es el hermano de un importante ejecutivo del estudio Saenz Valiente, socio del Grupo Clarín”. El Grupo  desmintió a la presidenta con un comunicado donde aseguraba que el hermano de Lagomarsino “jamás trabajó ni tiene ninguna vinculación con el Grupo Clarín”.

Por su parte, el abogado del técnico informático, Maximiliano Rusconi, declaró este miércoles: “Voy a sugerir que Cristina Fernández y Aníbal Fernández [secretario de presidencia], ya que tienen tanta información, se presenten como testigos”.

Mientras tanto, la jueza encargada de investigar la muerte de Nisman, Fabiana Palmaghini, publicó en la página del Centro de Información Judicial un informe completo sobre las diligencias practicadas desde el 20 al 27 de enero. Palmaghini indica las 20 medidas de prueba que encargó a la fiscal Viviana Fein. La jueza pide una copia de la grabación que el canal privado C5N difundió acerca de la llegada del fiscal Nisman al aeropuerto internacional de Buenos Aires, cuando interrumpió sus vacaciones para tramitar la denuncia contra la presidenta. A Palmaghini le resulta “llamativo” el seguimiento que la cámara hace de Nisman.

La jueza ordena también que se aporten todas las pruebas posibles que puedan verificar traslados entre el domicilio de Alberto Nisman y el informático Diego Lagomarsino, el último hombre que asegura haberlo visto con vida. Señala la jueza en su informe:

Atendiendo a la estratégica ubicación del departamento donde residía Natalio Alberto Nisman –próximo a Autopistas con peajes- y por cuanto el domicilio aportado por Diego Angel Lagomarsino en esta encuesta guarda idéntica características, estimo indispensable que con carácter de muy urgente se requiera todo tipo de registro (fílmico, nominal, fotográfico) que pudiera obrar en las Autopistas que resultan útiles a los fines de trasladarse entre ambos lugares.

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Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

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