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Pájaros en campaña

Reino Unido elige en una gran encuesta en Internet su ave autóctona favorita

Un grupo de cisnes durante la ceremonia anual en la que se censa su población en el río Támesis.
Un grupo de cisnes durante la ceremonia anual en la que se censa su población en el río Támesis. D. Kitwood (Getty Images)

La “otra campaña” de Reino Unido, aquella que discurre en paralelo a la liza política que decidirá el color del nuevo Gobierno mañana, tiene entre sus candidatos al petirrojo, el martín pescador, el cisne o la lechuza común. En juego está la designación del pájaro nacional británico a través de una encuesta en Internet abierta al público de las islas, cuyos resultados se conocerán al mismo tiempo que los de las elecciones generales. Y, aunque mucho menos trascendental que los designios de la política, tampoco esta es cosa de broma en un país de ornitólogos y amantes del mundo de las aves.

Si los estadounidenses han abrazado al águila calva como emblema, o los franceses a su gallo, ¿por qué los británicos no tienen entre sus símbolos a ningún representante de las especies aladas que proliferan en sus espacios naturales y urbanos? Ese es el planteamiento que el ornitólogo y presentador televisivo David Lindo ha convertido en una votación nacional para elegir al ave autóctona favorita. Avalada por la Royal Society for the Protection of Birds, esta iniciativa destinada principalmente a “educar y concienciar a la gente que vive al margen de la naturaleza y de la riqueza de su fauna” se ha traducido en un ameno debate en la prensa y los foros de Internet. Mucho menos tenso que el que se desarrolla en el mundo de la política, aunque también con posiciones enconadas sobre las cualidades de los aspirantes al cetro.

El perfil rechoncho del petirrojo, uno de los más asiduos visitantes de los jardines ingleses y presencia recurrente en las postales navideñas, parte con ventaja en la competición. Pero aquellos que lo consideran demasiado corriente apuestan por la elegancia del cisne, el plumaje multicolor del martín pescador y el herrerillo o la originalidad del frailecillo, que es el pájaro nacional de Islandia y también el ingrediente de uno de los platos más típicos de aquel país. El minúsculo chochín, el mirlo con su familiar canto, el azor, el aguilucho pálido y la lechuza completan el panel de los 10 finalistas, tras la criba de una lista de 60 especies decidida por decenas de miles de ciudadanos en una primera fase de la campaña Vote National Bird (Vota al pájaro nacional).

Lindo ha subrayado que la lista de candidatos entre el abanico de especies autóctonas “habría sido muy diferente hace 50 años” y, ante notables ausencias como el literario ruiseñor o el cuclillo, viene a revelar los cambios medioambientales que han afectado a la vida de los pájaros de la región. Sus preferencias se decantan hacia el aguilucho pálido, un ave en riesgo de extinción a resultas de su caza ilegal y que “vería incrementadas las posibilidades de supervivencia” en caso de resultar finalmente elegida por los votantes.

Una vez conocido el ganador al cierre de las votaciones que se prolongarán hasta el jueves, los promotores de la campaña anhelarían que su proclamación como pájaro nacional fuera uno de los primeros gestos del Gobierno salido de las urnas el mismo día, una pretensión tan simpática como poco realista. Porque el mundo de las aves no estará precisamente entre las prioridades del futuro ocupante de Downing Street, ya sea el conservador David Cameron o el laborista Ed Miliband, mucho más preocupado en forjar pactos o coaliciones que —según todos los sondeos— serán imprescindibles para garantizarle el puesto.

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