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Los islamistas de Marruecos afianzan su poder en las elecciones locales

El Partido de la Justicia y el Desarrollo obtiene las alcaldías de las principales ciudades

Francisco Peregil
El presidente del Gobierno del Reino de Marruecos, Abdelilá Benkirán vota en Rabat el pasado 4 de septiembre.
El presidente del Gobierno del Reino de Marruecos, Abdelilá Benkirán vota en Rabat el pasado 4 de septiembre. STR (EFE)

Las elecciones locales, regionales y comunales celebradas el viernes en Marruecos han colocado en las manos de los islamistas moderados del Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD) más poder del que nunca tuvieron. Si en 2009 ganaron las alcaldías de Kenitra y Tetuán y en 2011 las presidenciales, a partir de ahora controlarán también los ayuntamientos de Rabat, Tánger, Agadir, Casablanca, Marrakech y Fez. Y todo eso, a pesar de que han jugado con el viento en contra de la mayoría de los medios de comunicación, muy críticos con este partido.

El PJD es la formación mayoritaria en la coalición de cuatro partidos que gobierna Marruecos. Es también la formación cuyo presidente, Abdelilá Benkirán, pidió sancionar al canal público de televisión 2M por emitir en directo un concierto de Jennifer López donde la cantante, en opinión del presidente, ofreció “escenas de connotación sexual” que atentaban contra “el pudor y a los valores religiosos y morales de la sociedad marroquí”. Y es el partido que ha presentado un anteproyecto de Código Penal donde se prevén penas de hasta tres años de cárcel para los homosexuales y de uno a tres meses para los adúlteros.

La gran incógnita de estos comicios era saber hasta qué punto los tres años de gobierno habían desgastado o no a los islamistas. Y el resultado es que, cuando queda un año para que se celebren elecciones generales en Marruecos, los islamistas moderados gozan de excelente salud.

Una vez escrutados todos los votos en los consejos regionales, el PJD ha conseguido 174 escaños (25,6%) de los 678 disputados. Le seguía el Partido Autenticidad y Modernidad (PAM, laico, liberal y muy cercano al monarca Mohamed VI) con 132 asientos (19,4%), según informó este sábado el Ministerio del Interior. En cuanto a las comunas, donde se disputaban 31.503 candidaturas, los islamistas han quedado en tercer lugar con 5.021 candidatos (15,9%), por detrás del PAM (21%) y del Partido Istiqlal (16,2%), de carácter nacionalista y conservador. La participación en estas elecciones fue del 53,6%, ligeramente superior a las locales de 2009 (52,4%).

El profesor Bernabé López, colaborador de este diario y acreditado como observador internacional por el Consejo Nacional de Derechos Humanos, destaca la eficacia de la maquinaria electoral del PJD. “En los colegios electorales de Rabat a los que he asistido los islamistas eran los que tenían a gente mejor preparada. En cada urna disponían de observadores propios, militantes convencidos, no como otros partidos, que han tenido que contratar observadores”.

En cuanto al resultado de las elecciones, Bernabé López resalta el hecho de que los tres años de Gobierno no han desgastado a los islamistas del PJD. “Se han visto obligados a subir el precio de la gasolina y a hacer recortes económicos, pero nada de eso les ha pasado factura. Puede que eso se deba a que mucha gente no los ve como los verdaderos gobernantes y creen que quien gobierna en realidad es el rey”.

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Varios votantes marroquíes consultados por este diario resaltaron la integridad de los políticos del PJD. “En los tres años que llevan en el Gobierno”, indicaba un ciudadano que prefirió preservar su nombre, “a los islamistas no se les ha conocido un solo caso de corrupción flagrante. Sus miembros suelen ser personas honestas y bien cualificadas. Y eso en este país se valora muchísimo. Además, están muy bien organizados. Son los que mejor uso han hecho de las redes sociales en esta campaña”.

Buena parte del éxito del PJD obedece también al carisma y popularidad de su líder, el presidente marroquí, Abdelilá Benkirán, un político que cautiva a millones de electores con su buen humor y un lenguaje llano y directo.

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Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

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