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La Guardia Civil apadrina a la futura policía iraquí

El ministro de Seguridad y Defensa de la Autoridad Provisional de la Coalición (CPA), el estadounidense Walter Slocombe, y su adjunto, el teniente general español Luis Feliú, visitaron Madrid en la primera quincena de junio para abordar el futuro de la policía iraquí. Slocombe se reunió con el comisionado del Gobierno para Irak, Fernando Díez Moreno, y con el director general de la Guardia Civil, Santiago López Valdivielso. Este último le entregó el proyecto de creación de la futura Gendarmería iraquí, un cuerpo policial de carácter militar inspirado en la propia Guardia Civil. Basándose en las experiencias adquiridas por la Guardia Civil en varios países africanos y centroamericanos, el proyecto prevé la implantación progresiva de un cuerpo policial de carácter estatal, apartidista y con presencia de todas las comunidades presentes en Irak (kurdos, chiitas y sunitas, fundamentalmente), en el que sólo se vetaría la presencia de personas ligadas al antiguo partido gubernamental Baaz. Aunque la Guardia Civil se ofrecía para patrocinar la creación de este cuerpo, el informe subrayaba la necesidad de tener en cuenta las peculiaridades del país y sugería la posibilidad de incorporar al proyecto a la policía de algún país árabe, como la Gendarmería Real marroquí, con la que el instituto armado español mantiene buenas relaciones.

Slocombe se mostró muy interesado por la idea, pero de momento ha tenido que aparcarla ante necesidades más perentorias. La creación de la nueva Gendarmería iraquí sólo será posible a medio plazo y el problema de la inseguridad requiere soluciones inmediatas en Irak. Por eso, con carácter transitorio, se planea la creación de un cuerpo policial multinacional, con unos 6.000 efectivos. Para planificar su puesta en marcha viajaron la semana pasada a Bagdad dos oficiales de la Guardia Civil y un mando del Cuerpo Nacional de Policía. Aunque no hay nada decidido, se da por sentado que España contribuirá a dicho cuerpo multinacional. La Guardia Civil tenía ya preparado el envío a Irak de una compañía de 120 agentes, los mismos que retiró de Kosovo. En principio estaba previsto enviarlos al puerto de Um Qasr, donde el buque Galicia realizó tareas humanitarias hasta finales de junio, y luego se estudió la posibilidad de desplegarlos en Bagdad, a petición de Estados Unidos. Ambos planes se han abandonado, a la espera del resultado de las conversaciones en marcha. Sólo sigue vigente el envío de un reducido contingente, unos 45 agentes, a la zona donde se desplegarán las tropas españolas.

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