La UE protesta contra el boicoteo de Israel a su enviado especial
La Unión Europea estudia imponer sanciones diplomáticas contra Israel si continúa dificultando la labor de su enviado especial para Oriente Próximo, el belga Marc Otte, que reemplazó en el cargo el pasado julio al español Miguel Ángel Moratinos. El Gobierno israelí ha cortado contactos con Otte en protesta por su visita a principio de mes al presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yasir Arafat.
Los Quince acusan a Israel de aplicar una política de "contaminación" que afecta a cualquier dignatario o responsable extranjero que se entrevista con el anciano líder y luego intenta hacer lo mismo con las autoridades israelíes.
"Esta clase de tratamiento es seriamente contraproducente para nosotros, pero también para los propios israelíes", comentó ayer la portavoz del alto representante de la UE, Javier Solana. Éste visitó por última vez la zona a finales de agosto, pero no se reunió con Arafat.
"Gestos como éste nos preocupan mucho y son intolerables", afirmó la portavoz de Solana, quien agregó que la UE contempla la posibilidad de medidas de retorsión contra diplomáticos israelíes si las autoridades hebreas persisten en mantener el boicoteo contra Otte. También el portavoz del nuevo enviado europeo calificó la actitud de lamentable y dijo que "el primer perjudicado es el propio Israel".
"Resulta contradictorio que el ministro de Asuntos Exteriores israelí, Silvan Shalom, diga públicamente cuando viene a Europa que Israel quiere tener unas relaciones de calidad con la UE y luego el jefe del Gobierno, Ariel Sharon, dificulte la labor de nuestro enviado especial", comentó una fuente diplomática comunitaria.
Rabia popular
El Gobierno israelí acusa a Arafat de negligencia para frenar los atentados terroristas de los grupos radicales palestinos y amenaza con deportarlo, un gesto que los Quince estiman provocará la rabia popular palestina y alejará aún más si cabe la posibilidad de alcanzar la paz.
El boicoteo a Otte será suscitado por la parte europea cuando el próximo 18 de noviembre se celebre en Bruselas la reunión del Consejo de Asociación UE-Israel, que pasa revista anual al estado del acuerdo de cooperación suscrito en 1995. Este acuerdo entró en vigor hace tres años y se centra fundamentalmente en el desarrollo del comercio bilateral.
La reunión tendrá más que nunca un cariz político, adelantan fuentes diplomáticas del Consejo de Ministros de la UE, no sólo a causa del caso Otte, sino también para protestar por la decisión israelí de continuar con la construcción del muro de Cisjordania. Los Quince comprenden que Israel quiera protegerse de la infiltración de terroristas suicidas palestinos, "pero no puede aceptar que por la vía de los hechos se establezca una división territorial no aceptada", según un diplomático bruselense.
