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LOS REHENES ITALIANOS | LA POSGUERRA DE IRAK

Lucha desesperada por la vida

Enric González

Las familias de los tres italianos prisioneros en Irak intentarán satisfacer las exigencias del grupo secuestrador: el jueves estarán en Roma, al frente de una manifestación contra la guerra en Irak. Las Brigadas Verdes de Mahoma, que el día 12 secuestraron a los guardaespaldas Maurizio Agliana, Salvatore Stefio, Maurizio Quattrocchi y Umberto Cupertino, y el 15 asesinaron a Quattrocchi, anunciaron el lunes que liberarían a los rehenes si en el plazo de cinco días los italianos realizaban "una gran manifestación" en la capital del país.

"Nosotros nos manifestaremos, ¿qué queréis que hagamos?, lo importante es salvar a los chicos", declaró ayer el padre de Stefio. El padre de Cupertino suplicó a sus compatriotas que acudieran "en masa" a Roma. Resultaba imposible predecir si la marcha romana, de recorrido aún incierto, aunque se hablaba de concluirla en la plaza de San Pedro, resultaría al fin numerosa o exigua. Todos los partidos dieron la espalda a la convocatoria, con el argumento de que no se debía ceder ante chantajes criminales.

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La izquierda, sin embargo, no cerró puertas. "Hay que respetar las iniciativas humanitarias de los familiares", declaró Francesco Rutelli, presidente de La Margarita y coordinador de la llamada Lista Prodi en las elecciones europeas. Alfonso Pecoraro, presidente de Los Verdes, fue más lejos: "No aceptamos ninguna presión de quien razona con las armas, pero hasta ahora hemos acudido a todas las manifestaciones a favor de la paz, y seguiremos haciéndolo". La coalición conservadora en el Gobierno desaconsejó la manifestación con palabras más o menos duras. En algún caso llegó al insulto contra los patrocinadores: "Aunque parezca increíble, hay quien tiene la brillante idea de organizar manifestaciones que corren el riesgo de parecer una consecuencia del chantaje de los terroristas; no hay nada que hacer, la madre de los imbéciles está siempre embarazada", dijo el vicepresidente de Senado y coordinador de la Liga Norte, Roberto Calderoli.

Sólo grupos pacifistas y el grupo radical romano Desobedientes se sumaron a la iniciativa de las familias de los secuestrados, que disponían también del apoyo de los alcaldes de las tres localidades donde residían los tres rehenes. "En la manifestación no debe haber banderas partidistas, sólo los estandartes de los alcaldes que quieran participar y las banderas de la paz", manifestó Nicola Madaro, alcalde de Sammichele (Bari), el pueblo de los Cupertino.

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