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Reportaje:LA ENFERMEDAD DE ARAFAT

Demasiados herederos para Arafat

Las distintas tendencias de Al Fatah y los demás grupos políticos negocian el reparto del poder tras la muerte del 'rais'

Los partidos palestinos se hallan inmersos en diabólicas negociaciones para lograr una transición sin desmanes tras la previsible muerte de Yasir Arafat, que dejará un vacío político considerable por el control casi absoluto que ejerció de los resortes del poder durante décadas. Las dificultades son de enorme magnitud, no sólo porque las tendencias de los diferentes grupos -laicos y fundamentalistas- son radicalmente divergentes, sino por las tremendas disputas que se adivinan en el interior de Al Fatah, el movimiento creado por el rais, entre la llamada "vieja guardia" o "los revolucionarios" y la nueva generación de dirigentes que han comenzado su carrera política al amparo de la Autoridad Nacional Palestina (ANP).

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"El problema es que todos pretenden sumarse a la negociación para conseguir su cuota de poder político y financiero. Entre los que participan en las conversaciones hay dirigentes que crearon un partido en su momento, pero que no tienen representatividad alguna", aseguran fuentes diplomáticas occidentales en Jerusalén. Salvo Al Fatah, cuyos líderes más prominentes trabajan en los territorios ocupados por Israel, los demás partidos no pueden contar con sus dirigentes sobre el terreno. La prisión o el exilio se lo impiden.

Al Fatah

La organización fundada por Arafat en 1957 se sumó a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en 1968 y un año después pasó a dominarla. Tiene estatuto de observador en la Internacional Socialista. Principal partido de la ANP, su influencia se diluye poco a poco en Cisjordania. "Las acusaciones de corrupción rampante y la imposibilidad de la ANP de ejercer el poder sobre el terreno, ya que sus funcionarios no pueden desplazarse libremente entre las ciudades palestinas, están fortaleciendo a los grupos locales en varias ciudades", apunta un diplomático europeo.

Con todo, el dirigente que tiene más papeletas para presidir la ANP es Mahmud Abbas, Abu Mazen, nacido en 1935. Fundador de Al Fatah, ex primer ministro de Arafat -dimitió en septiembre de 2003 de su cargo por sus diferencias con el rais, que se negó a traspasarle las competencias sobre seguridad- y actual secretario general del Comité Ejecutivo de la OLP, se perfila como el favorito para la sucesión. "Al Fatah, para evitar cualquier división en su interior, va a elegir a Abu Mazen. Al partido le interesa aparecer unido ante la población en este periodo convulso", afirma Ashraf al Ajrami, director del Departamento de Asuntos Israelíes del Ministerio de Información.

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"Creo que Abu Alá [Ahmed Qurei, actual primer ministro] será el presidente del Parlamento. Y Raui Fatuh, actual presidente de la Cámara, no pinta nada, pero, por su cargo, tendrá cierta influencia". Abbas es, junto a Mohamed Dahlan, uno de los dirigentes preferidos por Estados Unidos e Israel. Abu Mazen recibía besos de soldados israelíes cuando el lunes cruzaba el puente de Allenby, en la frontera entre Israel y Jordania camino de Ammán para viajar a París.

Ahmed Qurei

Nacido en Jerusalén en 1937, miembro de la vieja guardia y actual primer ministro, padece del corazón. También amagó con dimitir en meses pasados por el mismo motivo que su predecesor. La mayoría de los palestinos le cree incapaz de poder manejar la coyuntura que se avecina.

Mohamed Dahlan

(Yan Yunis, Gaza, 1961) es uno de los jóvenes que empujan fuerte para desplazar a los tunecinos, los leales a Arafat que se exiliaron en 1982 a Túnez acompañando al rais. Con prestigio en Gaza, pero con muy escasa influencia en Cisjordania, abundan los dirigentes que opinan que de ser el próximo presidente palestino, la ira popular no tardaría en desatarse.

Hamás

Movimiento para la Resistencia Islámica (Hamás) es una organización fundamentalista ligada a los Hermanos Musulmanes -organización nacida en la década de los años veinte en Egipto, respaldada por las clases medias de comerciantes-, cuyo objetivo es un Estado basado en la sharia (ley islámica) y la destrucción del Estado de Israel. Dispone de financiación propia y de una red de asistencia social que le está granjeando creciente apoyo en Cisjordania. En Gaza es ya, casi con seguridad, el partido mayoritario. Tiene conexiones con otros grupos de países árabes, pero, a diferencia de la Yihad Islámica, no sufre dependencia del exterior. Para Hamás, la violencia no es requisito indispensable para lograr su objetivo. "En la actualidad, cuenta con una dirección colegiada. No desean que ninguno de sus líderes destaque. Se está intentando que los dirigentes en los territorios ocupados tengan un perfil bajo", asegura un diplomático europeo. Y ello porque la pasada primavera fueron asesinados por el Ejército israelí sus dos principales líderes, el jeque Ahmed Yasin y Abdelaziz al Rantisi. Entre los que más destacan ahora se encuentra Ismail Hania, uno de los negociadores que el 6 de noviembre se reunió con el primer ministro Qurei, en Gaza, para pactar la transición. En principio, parece que han llegado a un acuerdo para ahuyentar el riesgo de que las distintas facciones se enzarcen en enfrentamientos armados. Otros líderes de este movimiento son Jaled Meshal, refugiado en Siria; Mahmud al Zahar, y Mohamed Nazal.

Yihad Islámica

A diferencia de Hamás, sus fieles se encuentran entre los sectores más populares de la población y son mucho más dependientes de la financiación exterior. "Ha perdido capacidad porque está perdiendo respaldo de algunos países árabes. Sólo le queda Irán", comenta la misma fuente. Yihad Islámica sí otorga a la lucha armada enorme relevancia. Sus cabezas, en ningún caso visibles, son el secretario general, Ramadán Shalah, residente en Siria, y Mohamed al Hindi y Jalid el Bach, que se esconden en la franja de Gaza.

Frente Popular para la Liberación de Palestina

Partido de izquierda del que surgieron en décadas pasadas varias escisiones, sufre el encarcelamiento de sus dos principales dirigentes. Ahmed Saadat purga condena en una prisión de Jericó bajo vigilancia de guardias británicos y estadounidenses, después de que el brazo armado de su partido reivindicara el asesinato de un ministro israelí en 2001. Abderrahim Maluh también está entre rejas en una cárcel israelí.

Otros grupos

El líder histórico del Frente Democrático para la Liberación de Palestina (FDLP) -de izquierda, pero más moderado que el anterior-, Nayef Hawatme, reside en Damasco desde hace años. Su número dos, Abu Leila, vive en Cisjordania. Aparte de estos cinco movimientos, en las negociaciones para garantizar la calma tras la muerte de Arafat participan la Unión Democrática Palestina, encabezada por Yasir Abbed Rabo, impulsor de los acuerdos de Ginebra junto al israelí Yosi Beilin; el Partido Popular Palestino (antiguo Partido Comunista), dirigido por Bassam al Sabhi; el Frente de Liberación Árabe, liderado por Mahmud Ismael; el Frente de Liberación Palestina, de Ahmed Abu Halab; el Frente de Lucha Popular, a cuyo mando se encuentra Samir Goshi; el Frente Árabe Palestino, cuyo principal dirigente es Jamil Shihadi, y Al Jalas (Salvación), grupo que manda Jamal al Ostaz.

Un joven, frente a una gran bandera palestina, ayer en Ramala.
Un joven, frente a una gran bandera palestina, ayer en Ramala.ASSOCIATED PRESS

Recelos ante los primeros sondeos

Las encuestas que universidades palestinas y centros de estudios llevan a cabo en los territorios ocupados arrojan resultados muy similares. El sondeo efectuado la semana pasada por la Universidad An Najah, de Nablús (Cisjordania), otorga a Al Fatah, el partido de Arafat, el 27,2% del apoyo popular. Un porcentaje ridículo si se compara con el 87,1% de votos que obtuvo el rais en las elecciones del 20 de enero de 1996. Al movimiento fundamentalista Hamás, cuyos adeptos crecen sin prisa pero sin pausa, le concede el 20%, y el 4,9% a Yihad Islámica. Otras consultas muestran que este grupo fundamentalista goza de mayor representatividad: entre el 10% y el 13%.

El Frente Popular para la Liberación de Palestina alcanzaría en unos eventuales comicios el 5%, y el Frente Democrático para la Liberación de Palestina se quedaría en el 2%.

Ashraf al Ajrami, director del Departamento de Asuntos Israelíes del Ministerio de Información, sonríe cuando se le pregunta por el resto de partidos políticos. "No tienen la más mínima influencia", asegura. ¿Por qué se negocia con ellos? Por la imperiosa necesidad de lograr una transición tranquila.

"Muchos tenían", añade Al Ajrami, "representación en la Organización para la Liberación de Palestina. Ahora se trata de no excluir a nadie". No obstante, este funcionario no esconde sus recelos sobre los sondeos: "No me fío de esas encuestas. Creo que Hamás tiene ya tanta popularidad como Fatah".

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